Tratamiento de la tricotilomanía (arrancarse el pelo compulsivamente)
Todos hemos sentido alguna vez el impulso de arrancarnos el pelo por frustración. Pero ¿sabía que existe una enfermedad conocida como tricotilomanía en la que ocurre exactamente eso? Las personas que la padecen pueden arrancarse el pelo del cuero cabelludo o de otras zonas, como las pestañas o las cejas. Se trata de un trastorno del control de los impulsos, es decir, la persona es incapaz de contener el impulso de arrancarse el pelo. Experimentan un impulso intenso de hacerlo y sienten una tensión creciente hasta que lo consiguen. Y, por lo general, después hay una sensación de alivio. Aproximadamente 1 ó 2 personas de cada 50 padecen tricotilomanía en algún momento de su vida y es más frecuente en las mujeres.
La tricotilomanía suele iniciarse al final de la infancia o al principio de la pubertad y puede desencadenarse por estrés o depresión. Este comportamiento repetitivo centrado en el cuerpo también puede causar efectos físicos como daños en los tejidos e infecciones. A veces, las personas que se arrancan el pelo también lo ingieren. Esto puede dar lugar a la formación de bolas de pelo en el estómago o los intestinos que podrían necesitar una extirpación quirúrgica.
A continuación te explicamos las causas de esta afección y cómo puedes tratarla.
¿Qué causa la tricotilomanía?
Aún no sabemos qué causa la tricotilomanía, pero los expertos han propuesto algunas teorías: se cree que es un tipo de adicción, una forma de aliviar la ansiedad o el estrés y, en algunos casos, un tipo de autolesión. Como es un tipo de comportamiento compulsivo, algunos expertos consideran que está relacionado con el trastorno obsesivo-compulsivo. También se cree que la genética, la química cerebral y los cambios hormonales desempeñan un papel en este trastorno.
¿Cómo reconocer la tricotilomanía?
Muchas veces, las personas con tricotilomanía pueden negar que se arrancan el pelo porque les da vergüenza. O puede que no sean conscientes de que se están arrancando el pelo. En cualquier caso, algunas pistas pueden indicar si una persona padece tricotilomanía:
En los casos en los que una persona no sea consciente de su comportamiento, pregúntele si «juega» con su pelo; por ejemplo, retorciéndose el pelo o tirándose de las puntas. Este paso ayuda a evitar la confrontación directa. También es útil explicar a la persona que algunas personas suelen arrancarse el pelo inconscientemente mientras ven la televisión, leen o estudian. De este modo, el paciente no se siente culpado.
Las personas con tricotilomanía suelen tener otros hábitos repetitivos similares centrados en el cuerpo, como hurgarse la piel, morderse las uñas o morderse los labios. La comprobación de estos hábitos puede ser útil.
El pelo no se arranca fácilmente en la tricotilomanía, mientras que es más fácil arrancarlo en una enfermedad como la alopecia areata, que provoca la caída del cabello. Una prueba de tirón del pelo puede determinar si el pelo está suelto y ayudar a confirmar esta condición médica.
La caída natural del cabello suele dejar una calva lisa. Pero en la tricotilomanía, es posible que pueda notar un rastrojo en las zonas arrancadas recientemente. También puede encontrar cabellos rotos de distintas longitudes y algunos mechones rotos a mitad del tallo.
La tricotilomanía de las pestañas suele asociarse a las pestañas del párpado superior. Las pestañas del párpado inferior, que son más cortas, más difíciles de agarrar y más dolorosas de arrancar, pueden dejarse intactas.
¿Cómo superar la tricotilomanía?
La terapia cognitivo-conductual, un tipo de terapia verbal, es el tratamiento preferido para la tricotilomanía. Algunos médicos pueden recetar medicación además de aconsejar la terapia. La terapia cognitivo-conductual se centra en identificar los pensamientos y comportamientos que pueden ser problemáticos y cambiarlos para que pueda funcionar mejor. En la terapia cognitivo-conductual para abordar la tricotilomanía se suelen utilizar el entrenamiento en la inversión de hábitos y el tratamiento conductual integral. Se ha descubierto que la adición de enfoques como la terapia de aceptación y compromiso y la terapia dialéctica conductual mejoran la eficacia de estas terapias.
Entrenamiento para invertir hábitos
El entrenamiento para invertir el hábito consiste en ayudar al paciente a identificar y centrarse en las situaciones en las que suele arrancarse el pelo. Es lo que se conoce como entrenamiento de sensibilización. Se combina con el entrenamiento en respuestas competitivas, en el que se enseña al paciente a sustituir su comportamiento por otra respuesta que detenga los tirones de pelo. Por ejemplo, el tirón de pelo puede producirse cuando la persona está aburrida o cuando ve la televisión. Una vez que es consciente de ello, puede sustituirlo por otra acción cuando sienta el impulso de tirarse del pelo. Por ejemplo, puede cerrar la mano en un puño o tensar los músculos del brazo para «bloquear» los brazos y evitar tirarse del pelo. Otro componente del entrenamiento para invertir el hábito es el apoyo social, que implica que la familia y los amigos proporcionen un refuerzo positivo cuando la persona adopta una respuesta competitiva en lugar de tirarse del pelo.
Tratamiento conductual integral
Según el modelo conductual integral, una persona se arranca el pelo porque satisface una necesidad (o necesidades) específica. Por ejemplo, puede ayudarle a conciliar el sueño, a relajarse o a sentir que ha logrado un objetivo. Tras comprender por qué, cómo y dónde se arranca el pelo una persona, este modelo diseña una intervención que aborda la necesidad que se satisface con el arrancamiento. Por ejemplo, si el picor es el desencadenante de los tirones de pelo, se puede animar al paciente a utilizar un peine para aliviar el picor, sin que las yemas de los dedos toquen el cuero cabelludo. O, si una persona se tira del pelo para disminuir sus pensamientos preocupantes, se le pueden enseñar formas alternativas de afrontar el estrés.
Terapia de aceptación y compromiso
La terapia de aceptación y compromiso pretende fomentar una mayor aceptación del impulso de arrancarse el pelo sin intentar eliminarlo. Durante esta terapia, se anima al paciente a experimentar las emociones negativas que conducen a arrancarse el pelo o vienen después sin juzgarlas. Y se le enseñará que los pensamientos, las emociones y los impulsos son acontecimientos temporales ante los que puede elegir no reaccionar.
Terapia dialéctica conductual
La terapia conductual dialéctica es otro enfoque que puede mejorar la eficacia de otras terapias conductuales. Incorpora componentes como la atención plena, la regulación de las emociones y la tolerancia a la angustia. La atención plena se centra en vivir el momento y experimentar las sensaciones y los sentimientos sin juzgarlos (un concepto tomado del budismo). La regulación emocional se centra en enseñar a las personas a gestionar mejor sus emociones sin tirarse de los pelos. La tolerancia a la angustia se centra en ayudar a la persona a superar una crisis a corto plazo aceptando la realidad de la angustia y tratando de no empeorar las cosas con comportamientos negativos (como tirarse de los pelos). Esta terapia puede incluir técnicas como visualizar una salida satisfactoria de la crisis, encontrar razones para estar agradecido, ayudar a otra persona, relajarse mediante la respiración profunda, escuchar música, etc.
Grupos de apoyo
Escuchar las luchas de otras personas con este trastorno permite a la persona saber que no está sola. Esto también puede ser una fuente de inspiración en su propia batalla contra la tricotilomanía. El apoyo emocional y el sentido de comunidad que una persona obtiene de un grupo de apoyo pueden ser muy valiosos cuando se trata de esta enfermedad.
Terapias alternativas a tener en cuenta
Dado que la tricotilomanía puede estar relacionada con trastornos como la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo, es posible que también desee preguntar a su médico si las terapias alternativas que funcionan para estas condiciones serán útiles para usted. Podría consultar técnicas terapéuticas como la hipnosis, la biorretroalimentación y la respiración profunda.
Tricotilomanía en niños
La tricotilomanía suele desarrollarse en niños de 11 a 15 años. Sin embargo, existe la posibilidad de que aparezca antes, ya que se han registrado casos de tricotilomanía en niños de tan sólo un año. Según los expertos, tirarse del pelo en niños muy pequeños es similar a actividades como chuparse el dedo o morderse las uñas, y una simple orientación por parte de los padres puede ayudarles a dejar de hacerlo. Además, los niños pequeños responden muy bien al tratamiento, aunque los padres deben dirigir el proceso con la ayuda de un terapeuta. A medida que los niños crecen, permitirles participar en el desarrollo de estrategias y técnicas de intervención aumentará las posibilidades de éxito.