Trastornos del orgasmo que debes conocer

Un buen revolcón en las sábanas es lo que mantiene vivas y excitantes las relaciones y la libido. La salud sexual es importante, pero lamentablemente a menudo se da por sentada o no se le presta mucha atención. Mientras que algunas personas tienen relaciones sexuales perfectamente sanas, otras pueden enfrentarse a dificultades de las que es difícil hablar por inhibiciones sociales.

En un intento de sacar a la luz algunos de estos problemas, a continuación se exponen cuestiones relacionadas con el orgasmo que debería conocer.

Diferentes tipos de trastornos del orgasmo

Un orgasmo, también llamado clímax o venida, es una liberación placentera e intensa de la tensión sexual en el punto álgido de la relación sexual.

Muchos pueden pensar que al ser un fenómeno natural siempre seguirá su curso natural. Pero no siempre es así. Orgasmos frecuentes, infrecuentes, ausentes y dolorosos son algunos de los trastornos del orgasmo de los que debemos empezar a hablar.

Anorgasmia: Ausencia de orgasmo

Tanto los hombres como las mujeres pueden sufrir una condición en la que son incapaces de llegar al orgasmo a pesar de una estimulación sexual suficiente. Esto se denomina anorgasmia. Alrededor del 12% de las mujeres nunca llegan al orgasmo. Los cambios biológicos que acompañan al envejecimiento suelen tener algo que ver.

Es posible que una persona que padezca esta afección no haya tenido un orgasmo en su vida o que lo haya tenido en el pasado pero ya no pueda experimentarlo. En el primer caso, la ignorancia puede ser una bendición. Pueden tener una vida sexual muy satisfactoria que no dependa de los orgasmos. Para los segundos, la insatisfacción sexual significativa es común, sin embargo, abordar la causa subyacente puede ayudar.

Trastorno de excitación genital persistente

Aunque pueda parecer atractivo y placentero, es todo lo contrario. Los orgasmos están diseñados para ser la cima del disfrute sexual, no el principio, el medio y el final.

El trastorno de excitación genital persistente consiste en la excitación genital espontánea de la mujer para la que la masturbación o los orgasmos ofrecen un alivio insignificante o nulo.

Es más, el trastorno de excitación genital persistente desencadena estimulación sexual incluso cuando no se mantienen relaciones sexuales. Por ejemplo, la más mínima estimulación del clítoris, por ejemplo a causa de ropa interior ajustada, puede provocar un orgasmo. Esto dificulta la realización de actividades cotidianas como conducir. Por ello, el trastorno de excitación genital persistente provoca niveles nocivos de estrés en las mujeres afectadas.

Afortunadamente, el trastorno de excitación genital persistente es una enfermedad muy poco frecuente.

Estornudos inducidos por el orgasmo

Estornudar cuando te acercas al clímax o cuando alcanzas el clímax es un tema poco discutido de algo muy real que afecta tanto a hombres como a mujeres. Las personas pueden estornudar cuando llegan al orgasmo en ausencia de irritación nasal o gripe.

Los científicos creen que el sistema nervioso parasimpático tiene algo que ver con este reflejo de estornudo. Esta parte del sistema nervioso está implicada en los movimientos musculares involuntarios que relajan el cuerpo hasta un estado de no excitación. Se puede considerar como la forma que tiene el cuerpo de liberar la tensión sexual acumulada.

Cefaleas orgásmicas y preorgásmicas

Este raro tipo de dolor de cabeza se produce durante o después de las relaciones sexuales y es más frecuente en hombres que en mujeres. Algunas personas experimentan un dolor de cabeza preorgásmico sordo que aumenta gradualmente con la intensidad de la actividad sexual. Otros experimentan una cefalea orgásmica repentina, explosiva y palpitante en el momento del orgasmo o justo antes.

Las cefaleas más graves duran de un minuto a un día, mientras que las más leves pueden durar hasta tres días. Los dolores de cabeza se producen en la parte posterior de la cabeza y en ambos lados. Es importante no ignorar estos dolores de cabeza, ya que pueden ser indicadores de afecciones subyacentes como una hemorragia o un síndrome de vasoconstricción cerebral reversible.

Disorgasmia: Orgasmos dolorosos

Aunque el dolor y el placer parecen ir de la mano en las relaciones sexuales, el exceso de dolor puede resultar muy desagradable. Los orgasmos dolorosos suelen ir asociados a relaciones sexuales dolorosas.

El vaginismo (estrechamiento de la vagina), la vulvodinia (dolor crónico en la vulva y alrededor de ella) y la endometriosis (tejido uterino fuera del útero) pueden causar ese dolor: dolor abdominal intenso, como calambres, durante y después de los orgasmos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta unas horas. Los hombres que se han sometido a cirugía pélvica inferior también pueden tener orgasmos dolorosos.

Factores que influyen en los orgasmos

La frecuencia, intensidad e incluso la presencia o ausencia de un orgasmo están influidas por una serie de factores fisiológicos y psicológicos:

Fisiológicos: Medicamentos recetados (antidepresivos), alcohol o drogas recreativas, afecciones médicas (problemas nerviosos, problemas en la pelvis, enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos, problemas hormonales).

Psicológicos: Depresión, ansiedad de rendimiento, antecedentes de abuso sexual, no sentirse a gusto con la pareja, imagen corporal negativa.

Para llevar

La masturbación es una buena forma de saber qué te excita y cuándo llegas al clímax. Teniendo esto como punto de referencia, podrás calibrar si es la incomodidad con tu pareja o si es una afección médica o el estrés lo que interfiere en tus orgasmos.

No rehúyas la ayuda médica cuando percibas algo anormal. Dicho esto, explora también otras formas de aumentar el placer que obtienes del sexo.