Todo lo que hay que saber sobre las lesiones de los tejidos blandos

Tanto si eres una persona físicamente activa, un atleta o simplemente un torpe, es posible que tengas que enfrentarte a una lesión en algún momento de tu vida. Y, a menos que consulte a un profesional, es difícil saber exactamente la gravedad de la lesión. Sin embargo, puedes hacerte una idea del alcance de la lesión con un vistazo rápido, sobre todo si se trata de una lesión de tejidos blandos.

¿Qué es una lesión de tejidos blandos?

El término tejido blando hace referencia a los tejidos que soportan, conectan o rodean las distintas estructuras y órganos del cuerpo, incluidos los músculos, los ligamentos, la fascia, los nervios, los tejidos fibrosos, la grasa, los vasos sanguíneos, las membranas sinoviales y los tendones. Las lesiones de este tejido provocan dolor, hinchazón, hematomas y daños. En función de la causa de la lesión, las lesiones de los tejidos blandos pueden dividirse en

Agudas: Estas lesiones pueden producirse por un incidente conocido o desconocido. Los signos y síntomas de estas lesiones se desarrollan rápidamente.

Lesión por uso excesivo: Estas lesiones se producen debido a la fricción, el tirón, la torsión o la compresión repetitivos durante un largo periodo de tiempo.

Todos los tipos de lesiones de los tejidos blandos entran en estas dos categorías. Y entender cada una de ellas es la clave para tratarlas eficazmente.

Lesiones agudas de los tejidos blandos

1. Moretón

También conocidos como contusiones, los hematomas son, posiblemente, el tipo más común de lesión de tejidos blandos. Se producen cuando el cuerpo es golpeado por una fuerza directa, como una patada, una caída o un contacto con un jugador.

Esta fuerza provoca una compresión y una hemorragia en los tejidos blandos. Si tienes un hematoma, lo más probable es que veas hinchazón y decoloración en el punto de la lesión.

Opciones de tratamiento: Descansar adecuadamente, aplicar compresas de hielo, envolver la zona dolorida con una venda elástica (compresión) y elevar la parte lesionada, por encima del nivel del corazón, sobre almohadas mientras se está sentado o acostado puede aliviar un hematoma. Si crees que el hematoma es grave, consulta a un profesional lo antes posible.

2. Esguince

Un esguince se refiere a una rotura (parcial o total) del ligamento, a menudo causada por un tirón o una torsión. Los tobillos, las rodillas y las muñecas son los más susceptibles de sufrir este tipo de lesiones. Es posible que experimente dolor, hinchazón y una reducción del rango de movimiento en el punto de la lesión.

Opciones de tratamiento: El reposo, la aplicación de hielo en la lesión, la compresión del punto de la lesión con una venda elástica (para evitar la hinchazón) y la elevación de la parte del cuerpo lesionada mientras se descansa ayudarán a aliviar algunos de los síntomas de la lesión. Sin embargo, si el ligamento se ha roto por completo, necesitaría una reparación quirúrgica.

3. Distensión

Una distensión se refiere a una lesión del músculo o del tendón causada por un uso excesivo de los músculos o por una contracción demasiado rápida. Esto da lugar a un desgarro parcial o completo de las fibras del músculo o del tendón. Es posible que experimente hinchazón y decoloración en el punto de la lesión.

Además, puede experimentar dolor y dificultad para mover el músculo lesionado. Y, teniendo en cuenta que el músculo está más débil y corre el riesgo de sufrir más lesiones en este punto, lo mejor sería restringir el movimiento y consultar a un profesional lo antes posible.

Opciones de tratamiento: Aplique hielo inmediatamente en el punto de la lesión para evitar la hinchazón, deje descansar el músculo lesionado durante al menos un día y eleve la parte lesionada por encima del nivel del corazón.

Lesiones de tejidos blandos por uso excesivo

1. Tendinitis

La tendinitis se utiliza para referirse a la inflamación del tendón. Se produce por un uso excesivo del tendón debido a un movimiento repetitivo. Las zonas que suelen verse afectadas son el codo, la mano, la muñeca, el hombro, la cadera, la rodilla, el tobillo y el pie.

La tendinitis puede provocar dolor, rigidez y sensibilidad, especialmente cuando se intenta mover la parte lesionada. A menudo, la tendinitis recibe el nombre del deporte o del movimiento que provoca la inflamación, como codo de tenista o golfista, hombro de nadador y rodilla de saltador.

Opciones de tratamiento: Aparte del reposo, la aplicación de bandas de compresión y la elevación de la parte del cuerpo lesionada, puede ser necesario tomar medicamentos antiinflamatorios. Finalmente, los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a evitar nuevas lesiones. Si el dolor crónico persiste, el médico puede recomendar inyecciones de esteroides. Por último, si el tendón se rompe por completo, es posible que haya que operar.

2. Bursitis

Esta lesión se produce por una inflamación de la bursa (situada entre los huesos y los músculos o tendones). Al igual que la tendinitis, la bursitis se produce por un uso excesivo. Sin embargo, también puede deberse a un traumatismo directo en una articulación.

La bursitis suele afectar al hombro, el codo, la rodilla, la cadera, el tobillo y el pie. Lo más probable es que experimente dolor, hinchazón y rigidez en el punto de la lesión.

Opciones de tratamiento: El tratamiento de la bursitis consiste en reposo, compresión, elevación y medicamentos antiinflamatorios. Es posible que necesites una inyección si el dolor y la hinchazón persisten.

3. Fractura por estrés

Una fractura por estrés se refiere a una pequeña fisura en un hueso, especialmente en los huesos que soportan el peso de las extremidades inferiores como las piernas, las caderas y los pies. Se produce debido al uso excesivo y al aumento de la actividad física. Es posible que experimente hinchazón y dolor que empeora con el tiempo.

Opciones de tratamiento: El tratamiento inicial consiste en interrumpir la actividad que causó la fractura, elevar la parte del cuerpo lesionada y tomar medicamentos antiinflamatorios. El tratamiento a largo plazo incluye reposo, disminución del peso en la zona afectada, aparatos ortopédicos, plantillas de zapatos o inmovilización con yeso. Si la fisura del hueso se agrava, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Para prevenir cualquiera de las lesiones mencionadas, asegúrate de calentar antes de hacer ejercicio, entrenar sin sobrecargar los músculos y mantener la forma correcta durante las actividades físicas. Además, usa el calzado y el equipo de protección adecuados.