Todo lo que hay que saber sobre el uso de antibióticos para tratar el acné
El acné es un problema común y no suele plantear problemas de salud graves. Sin embargo, para alguien que lucha contra una forma intensa de acné, puede llegar a ser angustioso. Sobre todo en una sociedad obsesionada con las apariencias. Combatir un brote de acné puede resultar engorroso porque no desaparece en un día. Para quienes se enfrentan a un acné extremadamente rebelde, los antibióticos son una opción de tratamiento.
Cómo se utilizan los antibióticos para tratar el acné
Dado que la mayoría de las formas de acné están causadas por bacterias que viven en la piel, pueden tratarse con antibióticos. Sin embargo, cualquier tratamiento antibiótico para el acné sólo debe iniciarse bajo supervisión médica. Existen dos tipos principales de terapia antibiótica para el acné.
Antibióticos tópicos
Uno de los tratamientos más eficaces y ampliamente aceptados para el acné es el uso de antibióticos tópicos, aplicados externamente en forma de cremas. Antibióticos como la eritromicina, la clindamicina o la tetraciclina son realmente eficaces en el tratamiento del acné inflamatorio de leve a moderado. El uso de antibióticos por vía tópica ayuda a controlar la inflamación causada por las bacterias.
Antibióticos sistémicos
Otro modo habitual de tratar el acné persistente o grave es la terapia antibiótica sistémica. Suelen ser pastillas que se toman por vía oral durante un periodo de tiempo prescrito. Se sabe que proporcionan excelentes resultados. Los antibióticos como las tetraciclinas (tetraciclina, doxiciclina, minociclina, limeciclina), eritromicina, cotrimoxazol y trimetoprima también se prescriben en forma oral.
Efectos secundarios del uso de antibióticos para el acné
Cuando se utilizan contra el acné, los antibióticos conllevan una serie de efectos secundarios. Los más comunes son sequedad de la piel, descamación, irritación y dermatitis de contacto. Suelen estar causados por antibióticos tópicos. Existen otros efectos secundarios poco frecuentes pero graves asociados a los antibióticos tópicos y sistémicos.
Inhibición del crecimiento del esqueleto.
Riesgo de decoloración de los dientes en desarrollo.
Fototoxicidad de moderada a grave (vulnerabilidad a las quemaduras solares).
Intolerancia gastrointestinal.
Por qué los antibióticos pueden no ser una solución a largo plazo
Los estudios demuestran que el uso prolongado e indiscriminado de antibióticos para el tratamiento del acné puede provocar resistencia bacteriana. Esto significa que las bacterias se adaptan para sobrevivir al antibiótico y lo hacen ineficaz. De ahí que los antibióticos se prescriban en combinación con peróxido de benzoilo y/o retinoides tópicos. Por lo general, la terapia se toma durante seis a ocho semanas para ver si hay algún resultado y luego sólo durante un máximo de hasta seis meses. Pueden realizarse tratamientos posteriores con antibióticos tópicos.
Además de esto, el acné está causado por una serie de factores ajenos a las bacterias. Los poros obstruidos y el aumento de la producción de grasa pueden permitir que las bacterias se multipliquen. La inflamación, que hace que la infección se extienda más profunda y ampliamente por la piel. Los antibióticos sólo eliminan las bacterias, pero no las causas subyacentes que permiten que prosperen en la piel. Por lo tanto, no son una cura, sino un método para controlar el acné.
Remedios naturales para el acné
Aunque los antibióticos pueden ser eficaces, plantean muchos problemas. En cambio, el acné puede combatirse con algunos cambios clave en el estilo de vida y la dieta.
Trate de mantenerse alejado de los alimentos grasos y azucarados que pueden aumentar la producción de aceite en la piel.
Beba mucha agua para mejorar la circulación y ayudar a eliminar los desechos celulares.
Duerma lo suficiente para mantener la piel sana y descansada.
Compruebe si algunos alimentos son desencadenantes personales del acné y evítelos.
Haz ejercicio para mejorar la circulación y dúchate inmediatamente después para evitar los brotes provocados por el sudor.
Limpia el móvil con un desinfectante de manos para evitar que las bacterias se propaguen a la cara.
He aquí algunos remedios naturales para combatir el acné.
Aceite de árbol de té: Utiliza unas gotas de aceite de árbol de té diluidas en aceite de coco o de oliva para combatir las infecciones bacterianas.
Pasta de cilantro y cúrcuma: La cúrcuma tiene increíbles propiedades antibacterianas. Añade una pizca de cúrcuma en polvo a dos cucharaditas de zumo de cilantro fresco. Aplica esta mezcla en la cara, déjala actuar 10 minutos y retírala. Hazlo dos veces al día.
Pasta de neem: El neem es una planta popularmente utilizada en la medicina ayurvédica por su acción antimicrobiana. Simplemente machaca y muele un puñado de hojas de neem hasta formar una pasta y aplícala sobre el rostro, déjala actuar unos minutos y luego retírala. Haga esto dos veces al día para ver los resultados.
Pasta de cáscara de naranja: La vitamina C de las naranjas ayuda a mantener la salud de la piel. Haz una pasta con cáscara de naranja seca en polvo y leche y aplícatela en la cara justo antes de acostarte. Retírala después de 10 o 15 minutos.
Si el acné te resulta frustrante y difícil de tratar, los antibióticos pueden ser una opción, pero ten cuidado con los efectos secundarios. Puedes estar tranquilo sabiendo que existen muchas otras formas de tratar el acné.