Todo lo que debe saber sobre la EHGNA
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es un problema de salud que puede provocar daños crónicos en el hígado. Como su nombre indica, esta enfermedad se produce cuando hay un exceso de grasa en el hígado. Los efectos a largo plazo del exceso de grasa en el hígado incluyen la inflamación y el daño de las células hepáticas, que pueden evolucionar hasta una afección denominada esteatohepatitis no relacionada con el alcohol (EHNA).
Aunque la HGNA es muy similar a la enfermedad del hígado graso alcohólico, no está causada por el consumo excesivo de alcohol. Sin embargo, existen otras causas y factores de riesgo que pueden contribuir a esta enfermedad.
Causas y factores de riesgo de la EHGNA
Las causas del hígado graso no están claras, pero los investigadores han dado algunas explicaciones posibles. La grasa puede depositarse en otras partes del cuerpo o el hígado puede absorber una mayor cantidad de grasa del intestino. Otra posibilidad es que el hígado no sea capaz de convertir las grasas absorbidas en una forma que pueda ser eliminada.
Algunas personas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar EHGNA que debido a algunos factores de riesgo. Aunque los niños y los adultos jóvenes pueden padecer EHGNA, ésta es más frecuente en personas de mediana edad. Y algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad que otras debido a algunos factores de riesgo:
Obesidad o sobrepeso
Diabetes de tipo 2
Presión arterial alta
Niveles altos de colesterol
Edad superior a 50 años
Opciones de estilo de vida poco saludables como el tabaquismo
Síntomas de la EHGNA
Es muy difícil diagnosticar la enfermedad en sus fases iniciales, ya que puede no haber ningún síntoma. Sin embargo, cuando la EHGNA se convierte en EHNA o en otros estadios avanzados, pueden aparecer los siguientes síntomas:
Dolor sordo o punzante en la parte superior derecha de la barriga (sobre la parte inferior derecha de las costillas)
Fatiga o cansancio extremo
Pérdida de peso inusual
Debilidad corporal
A medida que la enfermedad avanza, puede dar lugar a una afección crónica denominada cirrosis, que provoca cicatrices y daños en el hígado. En estos casos, se pueden experimentar síntomas graves como los siguientes:
Cambio del color de la piel y del blanco de los ojos a amarillo (ictericia)
Picor en la piel
Hinchazón en las piernas, los tobillos, los pies o el estómago
Cómo diagnosticar el EHGNA
Como se ha mencionado anteriormente, la EHGNA se presenta sin muchos síntomas. Por lo tanto, rara vez es posible diagnosticar la enfermedad desde sus fases iniciales. El médico puede sospechar de la enfermedad si se obtienen resultados anormales en el análisis de sangre rutinario que comprueba la salud del hígado. El consumo excesivo de alcohol y las infecciones también pueden provocar informes sanguíneos anormales. La única forma de confirmar plenamente la presencia de la enfermedad es con una biopsia de hígado.
Cambios en el estilo de vida para tratar el EHGNA
La EHGNA sin otras condiciones médicas no requiere ningún tratamiento médico particular. Sin embargo, estos cambios en el estilo de vida pueden controlar o prevenir la acumulación de grasa en el hígado.
1. Adelgace de forma segura
Si se encuentra con un índice de masa corporal (IMC) superior a 25, es importante que reduzca su peso. Procure siempre tener un IMC entre 18,5 y 24,9, que se considera el rango de peso saludable. Reducir más del 10% del peso corporal puede eliminar parte de la grasa del hígado e incluso hacer que disminuyan los síntomas de la EHNA. Además, no es seguro ni saludable perder más de 1 kg por semana.
2. Lleve una dieta equilibrada
Una de las mejores maneras de mantener el peso y, a su vez, controlar los síntomas de la EHGNA es llevar una dieta sana y equilibrada. Realice de 3 a 4 comidas regulares con tentempiés saludables, beba suficiente agua (entre 8 y 10 vasos diarios), ingiera las raciones adecuadas de verduras y frutas, y evite los alimentos grasos y fritos y los productos con alto contenido en grasas no saludables. Este tipo de dieta saludable también le ayudará a mantener controlados los niveles de azúcar y colesterol en sangre.
3. Hacer ejercicio con regularidad
Cualquier tipo de actividad física y ejercicio es bueno para tratar los síntomas de la EHGNA y controlar el hígado graso. Sin embargo, le recomendamos que haga ejercicios de intensidad moderada, como montar en bicicleta o caminar, durante al menos 150 minutos al día. Recuerde que si es nuevo en una rutina de ejercicios, empiece siempre despacio y realice los ejercicios con la ayuda de un entrenador personal.
4. Dejar de fumar y beber
Dejar los hábitos poco saludables como fumar y beber también puede reducir el riesgo de padecer EHGNA. Fumar tiene efectos negativos incluso en los órganos que no están directamente en contacto con el humo, como el hígado. Fumar en exceso inflama ciertas proteínas celulares, lo que puede provocar lesiones en las células del hígado. Aunque el alcohol no es una de las causas principales de la EHGNA, beber puede empeorar la enfermedad. Para estar seguro, deje el alcohol.
Aparte de estos cambios en el estilo de vida, ciertos tratamientos a base de hierbas se han utilizado durante décadas para tratar enfermedades relacionadas con el hígado.
Tratamientos herbales para el EHGNA
1. Bayas de Goji
La baya del goji, también conocida como baya del lobo, se ha utilizado en la medicina china para tratar enfermedades del hígado y de los ojos. Las bayas contienen polisacáridos (un carbohidrato) y fuertes propiedades antioxidantes que reducen el estrés oxidativo y combaten los radicales libres que dañan las células.
2. Ajo
Múltiples estudios han informado de que el ajo y sus compuestos pueden ser capaces de inhibir el crecimiento y el desarrollo de células cancerosas inducidas químicamente en el hígado. También se cree que el ajo puede proteger las células del hígado de las toxinas dañinas. Por lo tanto, añada ajos enteros a sus platos para realzar el sabor y proteger la salud de su hígado.
3. Té verde
El té verde contiene catequinas polifenólicas que son antiinflamatorias por naturaleza. Son buenas para tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico por sus propiedades antioxidantes y de reducción de lípidos o colesterol. Beba de 2 a 3 tazas de té verde (de 100 a 750 mg al día de extracto estandarizado de té verde) todos los días para eliminar las toxinas del hígado.
4. Resveratrol
El resveratrol es un polifenol vegetal que se encuentra en abundancia en las uvas rojas y en niveles moderados en las moras, las zarzamoras y los arándanos. Se ha comprobado que es eficaz en el tratamiento de enfermedades hepáticas y en la mejora del metabolismo de la glucosa, y que el resveratrol reduce el riesgo de diabetes. Aunque estas bayas y frutas son las mejores opciones, también existen suplementos de resveratrol. Utilícelos sólo bajo la supervisión de un médico.
5. Cardo mariano
El cardo mariano se ha utilizado como remedio herbal durante años para tratar enfermedades, especialmente del hígado, el riñón y la vesícula biliar. La silimarina -un ingrediente activo del cardo mariano- tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, ambas útiles para reducir o prevenir el daño hepático que puede causar las enfermedades del hígado. El cardo mariano está disponible en forma de cápsulas y extractos líquidos. Antes de utilizar estos suplementos, asegúrese de consultar a un médico.
Para proteger la salud del hígado y prevenirlo de enfermedades, siempre es mejor practicar una alimentación consciente y hacer ejercicio con regularidad. Unas buenas elecciones de estilo de vida también pueden mejorar la salud en general. Además, los análisis de sangre rutinarios pueden ayudar a diagnosticar un hígado graso en sus fases iniciales.