Tipos de cerumen y cuál es su significado
Los fluidos corporales nos dan náuseas a la mayoría de nosotros, por eso puede costarnos tanto hablar de ellos. Puede parecer asqueroso, pero estos fluidos y sus colores y textura pueden decirnos mucho sobre lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo. Todos sabemos que el color y la calidad del pis, la caca y los mocos se utilizan en las pruebas de laboratorio para saber si sufrimos algún problema de salud, y este caso es válido también para la cera de los oídos. Aunque no sea tan informativa como otros fluidos, la cera de los oídos puede ser bastante reveladora. El cerumen ayuda a evitar que la suciedad y las bacterias penetren en el conducto auditivo. A continuación te mostramos los diferentes tipos de cerumen que puedes encontrar saliendo de tus oídos y lo que puede significar.
Pegajoso y seco
En la mayoría de los casos, la cera que sale de los oídos es pegajosa o seca, y el tipo de cera que encuentres te dará pistas sobre tu composición genética. Una investigación publicada en la revista Nature Genetics afirma que la mayoría de las personas de ascendencia asiática tienden a tener cera seca, mientras que la mayoría de las personas de ascendencia africana o europea tienen cera pegajosa o «húmeda». Los investigadores creen que esto se debe a la adaptación genética a los climas en los que han evolucionado nuestros antepasados.
Acuosa con un tinte verdoso
Puede deberse a una sudoración excesiva. A veces, el sudor baja por la cabeza y entra en el oído, y luego se mezcla con la cera que ya se ha acumulado. Sin embargo, si no has estado sudando y la cera acuosa es de color verdoso o amarillo oscuro, esto podría ser indicativo de una infección de oído. Si encuentras este tipo de cera y dolor en el oído, visita a un médico lo antes posible.
Olor fuerte
Un olor fuerte indica una infección de oído o que tienes daños en la parte media del oído. Una infección se trata con antibióticos y gotas para los oídos durante un periodo de tiempo. Si se trata de un daño en la parte media del oído, esta cera maloliente también irá acompañada de un zumbido en los oídos, problemas con el sentido del equilibrio o una sensación de que el oído está taponado. El olor pútrido también puede deberse a una afección llamada otitis media crónica, que es una obstrucción del conducto que conecta la parte media del oído con la parte posterior de la nariz. Esta afección puede ser dolorosa y tiene como síntoma principal un «drenaje maloliente» del oído. Todas estas condiciones requieren una cita médica inmediata.
Fugas del oído
Si usted encuentra que su cera del oído está saliendo en un goteo, o que los grumos son empujados fuera de su oído sin hacer nada, podría ser debido a una infección o un desgarro dentro de su tímpano. Esta infección o desgarro puede dar lugar a la formación de un crecimiento anormal de la piel llamado «colesteatoma», que es una estructura similar a un quiste que hace que los restos del oído llenen el conducto auditivo externo, que luego es expulsado. El dolor y la presión en el oído también son síntomas de colesteatoma.
Ausencia de cera
Si usted encuentra que usted tiene absolutamente ninguna cera del oído que sale de sus oídos, hay una pequeña posibilidad de que usted tiene un oído rara condición. Esta afección no se conoce del todo, pero consiste en una acumulación de cera en el interior del oído que no se expulsa y continúa hasta que se produce un tapón duro en el interior que debe ser atendido por un médico. Esto viene acompañado de otros síntomas como dolor y plenitud en el oído.
Blanco y escamoso
La cera que es más escamosa que pegajosa significa que estás envejeciendo. A medida que envejecemos, las glándulas de nuestro cuerpo tienden a secarse, lo que significa que la cera del oído no se aglutinará. La cera blanca suele verse en personas que tienen un gen recesivo y producen menos olor corporal.
Gris
El cerumen gris es el resultado de la acumulación de polvo en el interior del oído y, aunque pueda parecer poco saludable, no es más que una señal de que tu cerumen está haciendo bien su trabajo. Puede ser que vivas en una zona muy contaminada, o que estés rodeado de demasiado polvo a lo largo del día.