Tétanos: Causas comunes y raras, síntomas y prevención
El tétanos también se llama trismo porque afecta al sistema nervioso y provoca contracciones musculares dolorosas, sobre todo en los músculos de la mandíbula, que dificultan el movimiento de las mandíbulas. La bacteria del tétanos es común en el medio ambiente y puede encontrarse en el suelo, el polvo y el estiércol.
Existe en forma de esporas que están latentes pero se activan al entrar en el cuerpo humano a través de cortes y heridas. Por suerte, la vacuna antitetánica impide que la bacteria infecte al ser humano y las pocas infecciones que se registran se dan entre personas que nunca se han vacunado contra el tétanos.
Cómo se puede contraer una infección por tétanos
La infección por tétanos está causada por una bacteria conocida como Clostridium tetani. Aunque esta bacteria es bastante común, sólo puede causar una infección si entra en el torrente sanguíneo, lo que significa que necesita un punto de entrada para introducirse en el organismo. Estos puntos de entrada pueden ser roturas de la piel o heridas.
Algunas de las vías habituales de infección son las heridas contaminadas con saliva, suciedad o heces. Las heridas punzantes causadas por un alfiler, un clavo o una aguja también podrían convertirse en un punto de entrada para las bacterias. Otras causas son las quemaduras, los golpes y las heridas con tejido muerto. En raras ocasiones, una infección por tétanos también puede estar causada por infecciones dentales, picaduras de insectos, procedimientos quirúrgicos e inyecciones.
Síntomas del tétanos
Cuando la bacteria del tétanos entra en el organismo, suele hacerlo en forma de esporas. Una vez dentro del cuerpo, las esporas se convierten en bacterias que pueden producir una potente toxina conocida como tetanospasmina. Esta toxina afecta al sistema nervioso y provoca espasmos musculares. Dependiendo del tipo de herida, una infección por tétanos suele tardar entre 3 y 21 días en manifestar sus síntomas. Algunos de los síntomas más comunes son
- Espasmos musculares, normalmente en el estómago.
- Rigidez de los músculos de la mandíbula.
- Dificultad para tragar.
- Dolor y rigidez en el cuerpo.
- Dolor de cabeza, fiebre, sudoración, convulsiones.
- Cambios en la tensión arterial y aceleración del ritmo cardíaco.
¿Es mortal el tétanos?
El tétanos es una infección bacteriana grave y puede ser mortal si no se trata. La toxina del tétanos puede extenderse por todo el sistema nervioso y afectar a los músculos vitales para la respiración. En los casos graves, los pacientes son incapaces de respirar y puede ser necesario conectarlos a un respirador artificial.
Aunque no hay pruebas de laboratorio que puedan confirmar el tétanos, los médicos suelen diagnosticar la infección basándose en los síntomas y los antecedentes del paciente. El tratamiento consiste en neutralizar las toxinas, administrar antibióticos y fármacos para controlar los espasmos musculares. Afortunadamente, el tétanos no es contagioso y no se propaga por el aire ni por estar en contacto con un paciente.
Cómo asegurarse de no contraer el tétanos
Vacunación: Vacunarse es su mejor defensa contra una infección por tétanos. Si nunca se ha vacunado contra el tétanos, hable con su médico para que le ponga una de inmediato. Otro detalle importante que debe recordar es que la vacuna no dura toda la vida. Aunque se haya vacunado antes, se recomienda una dosis de refuerzo cada 10 años para personas de todas las edades.
Primeros auxilios: El cuidado de las heridas también desempeña un papel importante en la prevención de una infección por tétanos. Un buen cuidado inmediato de las heridas puede prevenir no sólo el tétanos, sino también otras infecciones. Cualquier herida cortante o punzante, como las causadas por un clavo o un alfiler, debe tratarse inmediatamente. Incluso las heridas no infectadas, como ampollas, rasguños o cualquier rotura de la piel, deben tratarse.
La ciencia moderna ha conseguido que la media de infecciones por tétanos sea mínima. Sin embargo, si hace mucho tiempo que no se vacuna contra el tétanos, es vulnerable a una infección. Hable con su médico sobre su historial médico y sobre cuándo recibió la vacuna antitetánica por última vez. Si le toca vacunarse, un pequeño pinchazo puede salvarle de una infección bastante desagradable.