Signos y síntomas de la fiebre tifoidea que hay que tener en cuenta

La fiebre tifoidea es una enfermedad grave que puede tener consecuencias fatales. Esta enfermedad prevalece sobre todo en los países en desarrollo y está causada por una bacteria conocida como Salmonella typhi. Esta bacteria puede vivir en las personas infectadas y puede transmitirse a través de las heces o la orina. Se puede contraer la fiebre tifoidea al consumir alimentos o agua contaminados con materia fecal u orina infectada o al entrar en contacto directo con una persona infectada, por ejemplo, si le toca con las manos contaminadas.

Si vas a viajar a zonas del mundo donde la fiebre tifoidea es frecuente, es importante que conozcas los síntomas para poder identificarla y tratarla lo antes posible. Los síntomas de la fiebre tifoidea suelen aparecer una o dos semanas después de la infección por Salmonella typhi. Veamos algunos de los signos que apuntan a esta enfermedad:

Fiebre

La fiebre tifoidea comienza lentamente pero se agrava en pocos días, con una temperatura máxima de unos 40 °C. Se mantiene alta durante 10-14 días y luego vuelve a la normalidad alrededor de la cuarta semana después del inicio de los síntomas.

Dolor de cabeza

El dolor de cabeza también puede ser un signo de advertencia de la fiebre tifoidea. Por lo general, es la frente la que se ve afectada y el dolor se siente como una «banda apretada». Pero algunas personas también experimentan un dolor de cabeza punzante, en forma de estallido o palpitante.

Dolores musculares

Aunque muchas afecciones pueden provocar dolor muscular, hay que prestar atención a los dolores musculares que se producen en combinación con otros signos de la lista. El dolor corporal general también es común con la fiebre tifoidea.

Estreñimiento y diarrea

Tanto el estreñimiento como la diarrea son síntomas de la fiebre tifoidea. Al principio puede haber estreñimiento y desarrollar diarrea después de unas dos semanas. Los adultos pueden ser más propensos al estreñimiento, mientras que los niños pueden tener diarrea con frecuencia: las deposiciones pueden ser hasta 8 veces al día. La diarrea que se produce con la fiebre tifoidea se traduce en heces finas y de color verde amarillento, y a menudo se denomina diarrea de «sopa de guisantes» por su aspecto. En la mayoría de los casos, la persona infectada no podrá controlar la diarrea.

Problemas gastrointestinales

Además del estreñimiento y la diarrea, otros problemas gastrointestinales como las náuseas, los vómitos, la pérdida de apetito y el dolor en el abdomen también pueden ser indicativos de tifus. El dolor abdominal puede ser generalizado y de intensidad leve a moderada durante la primera semana. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar un dolor intenso.

El dolor también puede volverse más localizado, concentrado alrededor de la parte inferior derecha del estómago, durante la segunda semana.

Erupción cutánea

Otro síntoma de la fiebre tifoidea es un sarpullido de manchas pequeñas, planas y rosadas. Esta erupción se desarrolla en el abdomen y el pecho y se observa en alrededor del 10-20% de las personas que contraen la fiebre tifoidea.

Fatiga y agotamiento

Normalmente, todos sentimos la necesidad de descansar después de hacer un esfuerzo físico, experimentar estrés o lidiar con la falta de sueño. Pero si se siente fatigado constantemente o después de actividades que antes no le cansaban, puede ser motivo de preocupación. Las personas con fiebre tifoidea a veces pueden sentirse tan agotadas que realizar cualquier actividad se vuelve difícil.

Cambios en su estado mental

La fiebre tifoidea puede provocar muchos cambios en su estado mental. Puede experimentar:

Confusión y delirio
Alucinaciones
Problemas de atención
Agitación

Esto puede manifestarse como una sensación de desorientación y confusión en la que no puede pensar con claridad, no puede prestar atención o no sabe dónde está o qué hora es. También puede ver u oír cosas que no existen. Algunas personas divagan de forma incoherente, murmuran o se ponen nerviosas. También pueden hurgarse la nariz, el dedo, la ropa de cama u objetos imaginarios.

Hemorragia interna

Algunas personas con fiebre tifoidea, normalmente las que no han recibido tratamiento para esta enfermedad, pueden experimentar complicaciones como hemorragias internas en el aparato digestivo o perforación en una parte del mismo.

La hemorragia interna causada por la fiebre tifoidea no suele ser mortal. Pero puede causar

Una sensación de cansancio constante
Piel pálida
Falta de aliento
Latidos irregulares del corazón
La evacuación de heces con sangre, de aspecto alquitranado y oscuro
Vómitos de sangre

Si tiene una hemorragia interna, puede requerir una intervención quirúrgica para reparar el daño, así como una transfusión de sangre para reponerla.

Perforación intestinal

Una perforación o un agujero en los intestinos puede causar graves problemas. Las bacterias de su sistema digestivo pueden desplazarse hacia su abdomen e infectar el revestimiento abdominal. Esta condición se conoce como peritonitis. Es una urgencia médica porque, a diferencia de otros órganos como la piel, el revestimiento abdominal es indefenso ante las infecciones. Por lo tanto, la infección puede extenderse rápidamente al torrente sanguíneo y pasar a infectar otros órganos. Esto puede acabar provocando un fallo multiorgánico. Algunos signos de esta enfermedad son

Dolor abdominal que comienza repentinamente y se vuelve muy intenso
Náuseas y vómitos
Falta de apetito
Fiebre y escalofríos
Latidos rápidos del corazón
No orinar o orinar menos
Abdomen hinchado

Realice pruebas para diferenciar la fiebre tifoidea del paludismo

El paludismo y la fiebre tifoidea tienen muchos síntomas en común, como fiebre, vómitos, dolor de cabeza, dolores musculares y diarrea. Esto puede dificultar la diferenciación entre ambas enfermedades basándose únicamente en los síntomas. Un rápido análisis de sangre puede confirmar si tiene paludismo, mientras que los análisis realizados en las heces, la orina o la sangre pueden servir para diagnosticar la fiebre tifoidea.