Signos de sepsis que todo el mundo debe conocer
La sepsis es una enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando una infección no se trata adecuadamente o se descontrola. El sistema inmunitario se descontrola y el cuerpo empieza a dañar sus propios órganos y tejidos. Según las estadísticas, millones de personas sufren sepsis y miles de ellas mueren cada año por esta causa.
Si no se trata a tiempo, la sepsis puede evolucionar a shock séptico, que es la forma más grave de la afección y compromete el sistema cardiovascular y provoca una presión arterial muy baja y un flujo sanguíneo insuficiente a los órganos vitales. Para complicar aún más el asunto, la sepsis y el shock séptico son muy difíciles de diagnosticar, ya que no existe una prueba única para esta afección.
La sepsis es un síndrome sensible al tiempo, lo que significa que los daños aumentan cada hora. Las investigaciones demuestran que cuanto antes se traten la sepsis y el shock séptico, mayores serán las posibilidades de recuperación de los pacientes. Éstos son los signos comunes de sepsis a los que debe estar atento.
Estado mental alterado
La sepsis puede provocar una reducción del flujo sanguíneo al cerebro, deshidratación y liberación de toxinas nocivas en el organismo, lo que se traduce en confusión, bajo nivel de alerta, aturdimiento y mareos. Todos estos síntomas pueden ser bastante intensos en las personas que sufren un shock séptico. Algunas personas también pueden experimentar versiones extremas de mareo.
Los expertos aclaran que estos signos deben producirse debido a una infección para significar sepsis. Si no es así, pueden resultar ser síntomas comunes de otras afecciones, como un derrame cerebral o fatiga.
Menos orina u orina oscura
El riñón es uno de los órganos más afectados en la sepsis, ya que es muy sensible a las alteraciones del flujo sanguíneo y la presión. Esto, a su vez, afecta a la cantidad y calidad de la orina. La presión arterial baja hace que el cuerpo retenga tanto líquido como sea posible, lo que se traduce en menos líquido en la orina. Esto hace que la orina sea más olorosa y de color más oscuro.
También puede producirse deshidratación debido a la pérdida de líquidos por sudoración a causa de la fiebre y de una ingesta inadecuada de líquidos. Este efecto deshidratante combinado puede alterar la orina y provocar fugas en los vasos sanguíneos, en las que el líquido sale del torrente sanguíneo y entra en el organismo. En casos extremos, los pacientes pueden incluso dejar de orinar por completo. Si se encuentra mal y nota cambios drásticos en su micción, puede que no se deba únicamente a una mala hidratación.
Piel fría o húmeda
Durante la sepsis, el organismo se concentra en bombear sangre a los órganos vitales, como el corazón, los riñones y el cerebro, en lugar de a zonas menos importantes del cuerpo, como las extremidades. Esto hace que la piel se sienta fría y húmeda. Esta situación puede permanecer tal cual o empeorar cuando el cuerpo entra en shock séptico.
Sin embargo, una piel fría y húmeda también puede ser síntoma de otras afecciones menos graves o inofensivas. Debe tomárselo en serio sólo si experimenta otros síntomas de una infección primaria.
Frecuencia cardiaca anormalmente rápida
El ejercicio también puede disparar el ritmo cardíaco. Pero, es anormal que la frecuencia cardíaca aumente cuando simplemente estás sentado en una silla sin hacer nada. La frecuencia cardiaca media de una persona oscila entre 60 y 90 pulsaciones por minuto. Por lo tanto, si su corazón late más rápido de 90, esto podría ser una indicación de sepsis.
La sepsis hace que el organismo se acelere al intentar combatir la infección y tratar de suministrar sangre a los tejidos dañados, lo que hace que el corazón lata más deprisa para aumentar la cantidad de sangre bombeada. Dado que los síntomas no tienen por qué evolucionar necesariamente de sepsis a shock séptico, la frecuencia cardiaca puede aumentar o no durante un shock séptico.
Falta de aliento o dificultad para respirar
Si nota que respira con rapidez o experimenta dificultad para respirar, puede ser señal de algo más siniestro. Según los expertos, la neumonía es la infección que con más frecuencia provoca sepsis. Al igual que el aumento de la frecuencia cardiaca, estos síntomas se producen cuando el organismo entra en sobrecarga, en este caso, utilizando más oxígeno y, como consecuencia, produciendo más dióxido de carbono de lo habitual.
Esto hace que el cuerpo necesite más oxígeno y lo satisface respirando más deprisa, lo que provoca sensación de agotamiento. En algunos casos extremos, la respiración puede empeorar hasta el punto de que el paciente no pueda respirar por sí mismo.