Signos de que puede padecer asma inducida por el ejercicio

No mucha gente sabe que el asma puede ser inducida por el ejercicio. De hecho, el ejercicio es uno de los desencadenantes más comunes, y hasta el 90 por ciento de las personas que padecen asma experimentan asma inducida por el ejercicio después de una sesión de ejercicio. Sin embargo, cualquier persona puede desarrollar esta afección a lo largo de su vida. Esta afección se produce cuando las vías respiratorias se estrechan debido a la respuesta inflamatoria del organismo a la actividad física. Se suele denominar BIE o broncoconstricción inducida por el ejercicio. En la mayoría de los casos, los síntomas son similares a los de un ataque de asma y pueden resultar bastante molestos para el paciente. Los síntomas incluyen sibilancias, tos, dificultad para respirar, opresión en el pecho y dolor de garganta, y tienden a comenzar cuando la persona lleva entre 15 y 20 minutos de ejercicio. Los síntomas también pueden recrudecerse entre cinco y quince minutos después de terminar el entrenamiento. Aunque todo el mundo experimenta falta de aire después de hacer ejercicio, los síntomas del asma inducida por el ejercicio son mucho más graves y la falta de aire puede durar mucho más tiempo. Si presentas alguno de estos síntomas, podrías padecer asma inducida por el ejercicio.

Agotamiento en lugar de energía

El ejercicio es una de las mejores maneras de sentirse con energía durante el día, así que si en lugar de eso se siente fatigado y agotado, debería considerar este signo como una bandera roja. Aunque es cierto que podemos sentirnos cansados después de un entrenamiento, la fatiga es mucho más profunda que un simple «cansancio». La fatiga rara vez viene sin problemas respiratorios cuando estamos haciendo ejercicio, por lo que este puede ser un signo importante a tener en cuenta.

Pereza

Aunque seas una persona sana y en forma y hagas ejercicio a menudo, es posible que acabes sintiéndote más perezoso de lo que deberías. Esta pereza se debe a la broncoconstricción inducida por el ejercicio y no tiene nada que ver con su estado físico o su salud. El tratamiento adecuado puede reducir esta sensación y hacer que vuelva a sentirse bien haciendo ejercicio.

Ambiente seco y fresco

La broncoconstricción inducida por el ejercicio puede producirse con mayor frecuencia si vive en ambientes secos y fríos. Cuando hacemos ejercicio, somos más propensos a respirar por la boca, lo que hace que el aire que respiramos sea mucho más seco y frío en comparación con el resto del cuerpo. Esto, combinado con una zona que ya tiene un clima similar, puede empeorar las cosas. Este aire es uno de los principales desencadenantes del estrechamiento de las vías respiratorias, lo que aumenta el riesgo de sufrir un ataque de asma durante el entrenamiento.

Largo tiempo de recuperación

Aunque a todos nos lleva tiempo recuperarnos de un entrenamiento, a los que sufren broncoconstricción inducida por el ejercicio les puede costar mucho recuperarse, dependiendo de la gravedad de la afección. Puede seguir sintiendo falta de aliento y opresión en el pecho incluso 30 minutos después del entrenamiento, y las personas con asma grave pueden tardar hasta una hora en volver a sentir que han vuelto a la normalidad. Las personas que no padecen broncoconstricción inducida por el ejercicio pueden recuperarse de sus entrenamientos en 2 ó 3 minutos, lo que supone una gran diferencia si se compara con quienes la padecen.

Tos

La tos y la dificultad para respirar son uno de los síntomas más comunes y característicos de la broncoconstricción inducida por el ejercicio. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden no darse cuenta de que su tos se debe al asma. Estos síntomas aparecen unos 20 minutos después de empezar a hacer ejercicio, o incluso pueden tardar hasta 40 minutos en aparecer, y también pueden aparecer cuando aumenta la exigencia o la presión sobre el cuerpo. Si alguien sufre una broncoconstricción grave inducida por el ejercicio, puede incluso acabar jadeando durante el entrenamiento.

Opresión en el pecho

Si tiene la sensación de que el pecho se le oprime, como cuando no puede respirar profundamente o no puede llevar suficiente aire a los pulmones, éste podría ser otro síntoma revelador de broncoconstricción inducida por el ejercicio. La garganta también puede apretarse durante este tiempo. Si esto se combina con todos los demás síntomas mencionados anteriormente, podría estar sufriendo broncoconstricción inducida por el ejercicio. Se recomienda que si la opresión en el pecho continúa, deje de hacer ejercicio y acuda a un médico para que le recete la medicación adecuada para tratar la broncoconstricción inducida por el ejercicio. Con el tratamiento adecuado, podrá seguir haciendo ejercicio sin que el asma le interrumpa.