Señales que demuestran que estás sano con cualquier peso

Antes de etiquetar a alguien como poco saludable basándose sólo en el hecho de que tiene sobrepeso, piénselo de nuevo. El número de la báscula es sólo un factor de su salud. Hay muchos otros factores que deciden si una persona está sana, como su presión arterial, su nivel de colesterol y su nivel de glucosa en sangre. Lo que esto significa es que puedes tener algo de peso de más y seguir estando «metabólicamente sano». Esto también significa que si eres delgado, no significa automáticamente que también estés sano.

Para evaluar su nivel real de salud, necesita mucho más que una báscula. Necesitarás análisis de sangre, pruebas clínicas y un título de médico para evaluarlos. Estos signos de salud pueden indicar cuál es tu nivel de salud, al menos a nivel preliminar.

Escuchas a tu cuerpo

El hábito de comer sólo cuando se tiene hambre y parar cuando se está lleno puede no resultar necesariamente en la pérdida de peso, pero le hará sentirse más saludable. Cuando notes los cambios en tu cuerpo mientras comes, media hora después de comer y dos horas después de comer, empezarás a darte cuenta de que diferentes alimentos tienen diferentes efectos en ti. Ciertos alimentos te llenarán y te darán energía sostenible. Otros alimentos te harán sentirte perezoso o hinchado. Notar estas diferencias hará que tu comida tenga una función y sea una fuente de placer. En efecto, reducirá el consumo de alimentos que no le hacen ningún bien y también empezará a comer en cantidades que su cuerpo realmente requiere.

Su dieta se centra en los alimentos integrales

La mayoría de la gente piensa que sólo se puede conseguir una alimentación sana haciendo una dieta extrema (sólo ensaladas). Esto no es cierto. Puedes hacer que tu dieta sea mucho mejor simplemente teniendo menos alimentos procesados y teniendo más alimentos integrales. Por ejemplo, en lugar de la carne procesada de la charcutería, elige pechugas de pollo, que es una proteína magra. Elige quinoa y arroz integral, que son granos enteros, en lugar de patatas fritas y pan. Y asegúrate de incluir en tu dieta muchas frutas y verduras. Estos simples cambios pueden significar un efecto drástico en su salud general.

Haces un poco de ejercicio

Puede que no vayas al gimnasio durante una hora diaria, pero el simple hecho de subir las escaleras al trabajo en lugar de coger el ascensor ayuda. Cualquier acción es mejor que ninguna. Siempre que hagas al menos un poco de actividad a lo largo del día, hará maravillas para tu salud física y mental.

Puedes controlar tu estrés

Si consigues mantener la cabeza fuera del agua cuando te enfrentas a los retos de la vida sin derrumbarte cada vez, choca los cinco porque es una gran señal de que estás sano. No, no la fisiología, sino tu salud mental. Esto también significa que puedes manejar el estrés que eventualmente llevaría a enfermedades crónicas.

No tienes problemas para hacer las cosas físicamente

Si algo es importante para ti, tu salud física no debería impedirte hacerlo. Puede ser algo tan sencillo como jugar con tu hijo sin estar agotado o incluso completar una media maratón. Sé realista; si crees que puedes llegar a donde quieres con un poco de entrenamiento, lo más probable es que tengas buena salud. En otras palabras, si tienes buena salud, deberías ser capaz de hacer lo que quieres.

Duerme lo suficiente para funcionar con normalidad

Tus necesidades de sueño pueden ser diferentes a las de otras personas. Todos sabemos que lo ideal son 8 horas de sueño, pero incluso si eso no es posible, deberías dormir lo suficiente para funcionar bien. No deberías estar cansado y con ganas de dormir todo el día. Tampoco deberías arriesgar tu vida por estar privado de sueño cuando estás al volante. Las señales de hambre de tu cuerpo también se vuelven locas cuando estás privado de sueño, lo que hace que no sepas cuándo tienes hambre y cuándo no.

No te preocupas por estar enfermo cuando te das un capricho

Como no siempre comes de forma poco saludable, las pocas ocasiones en las que te das un capricho con comida basura, no te castigas por ello. En lugar de contar las calorías, disfrutas del placer. Prefieres vigilar lo que comes porque te hace sentir mejor cuando comes alimentos más sanos.

Llevar un poco de peso de más suele ser señal de hábitos poco saludables, que podrían acarrear complicaciones en el futuro. Pero la báscula del baño no tiene la última palabra sobre tu salud. Es posible tener simultáneamente un peso «normal» y no estar sano, o tener sobrepeso y estar sano. Lo que comes, cómo te mueves y cómo te sientes son también factores importantes que deciden tu salud.