Señales de advertencia que no puedes ignorar al principio del embarazo

¡Enhorabuena! El viaje de tu embarazo ha comenzado. Ya estás tan emocionada como ansiosa. Si es tu primera vez, probablemente experimentes una plétora de emociones, aparte de los cambios físicos de tu cuerpo.

El primer trimestre es el momento de vigilar de cerca los síntomas del embarazo. Los problemas estomacales, las náuseas matutinas y un ligero flujo vaginal son algunos de los más evidentes. Pero, en algunos casos, estas pequeñas señales podrían estar apuntando a un problema mayor. Estate atenta a estas 7 señales de advertencia que podría estar dando tu cuerpo y consulta a tu médico en caso de que sientas molestias.

Sangrado vaginal

El sangrado vaginal al principio del embarazo no es inusual: unas gotas de sangre pueden deberse a cambios hormonales, a relaciones sexuales durante el embarazo, a la implantación del óvulo en el útero o a una infección.

Cuándo preocuparse: Las hemorragias y los calambres que se producen durante la menstruación, acompañados de un dolor agudo en el bajo vientre, pueden ser peligrosos: un signo de embarazo ectópico o de aborto espontáneo. Tu médico te examinará y te hará una ecografía y un análisis de sangre para averiguar la causa.

Temperatura alta

Una fiebre alta (normalmente superior a 38 grados centígrados) podría significar una infección. Dado que las mamás son más propensas a sufrir complicaciones relacionadas con la gripe durante el embarazo, los médicos recomiendan vacunarse contra ella.

Cuándo preocuparse: Llame a su médico si se siente febril. La fiebre acompañada de erupciones cutáneas y dolor en las articulaciones podría deberse a infecciones, que pueden convertirse en una de las principales causas de defectos congénitos si no se tratan.

Dolor y sensación de quemazón al orinar

Podrían ser signos inequívocos de infecciones de la vejiga o de las vías urinarias. Si no se atienden, pueden convertirse en una infección grave causante de partos prematuros.

Cuándo preocuparse: Consulte a su profesional sanitario. Le tomarán una muestra de orina y determinarán si padece una infección. En consecuencia, te proporcionará medicación segura para tu bebé.

Náuseas y vómitos excesivos

Las náuseas y los vómitos son síntomas comunes del embarazo por los que pasan todas las madres. Pero sentir ganas de vomitar o vomitar más a menudo puede provocar deshidratación.

Cuándo preocuparse: Si estos síntomas interfieren en sus actividades cotidianas y le provocan deshidratación, mareos, pérdida de apetito, debilidad y pérdida de peso, es hora de acudir al médico.

Molestias vaginales

El flujo vaginal y el picor también son frecuentes durante el embarazo. Sin embargo, pueden apuntar a una infección o a una enfermedad de transmisión sexual.

Cuándo preocuparse: No dudes en acudir al médico si el flujo vaginal tiene un color o un olor extraños. Podría tratarse de candidiasis vaginal, que puede tratarse fácilmente. Si no se trata, puede transmitirse al bebé durante el parto.

Hinchazón o dolor en un lado del cuerpo

Las madres conocen la hinchazón que se produce en los pies y los tobillos durante el embarazo. Sin embargo, el dolor en la zona de la pierna o la pantorrilla junto con la hinchazón podría significar un coágulo de sangre.

Cuándo preocuparse: Si tienes antecedentes de coágulos sanguíneos, es mejor que informes antes a tu matrona o médico. Las mujeres embarazadas tienen más riesgo de sufrir coágulos. Otros factores de riesgo, como la preeclampsia, pueden entrar en juego si la hinchazón se produce de repente.

Síntomas de enfermedades preexistentes

Tu médico debe conocer tu historial médico y los antecedentes familiares de enfermedades como hipertensión, asma, diabetes o enfermedad tiroidea. Si aparece algún síntoma familiar, los medicamentos que te prescribirá el médico estarán en consonancia con tu historial médico y serán seguros para tu bebé.

Cuándo preocuparse: Si notas que se agudizan los síntomas de alguna enfermedad anterior, informa a tu médico lo antes posible.

La salud de tu bebé depende de la tuya. Si la madre enferma, el bebé también puede contraer una infección. Asegúrate de tener una buena atención prenatal: come bien, descansa lo suficiente y haz ejercicio, sobre todo durante el primer trimestre. No dudes en acudir al médico si sientes que las cosas no van bien.