Remedios para proteger el hígado de los daños causados por la hepatitis
La hepatitis es una enfermedad que provoca la inflamación del hígado. La causa más común de esta enfermedad son los virus de la hepatitis A, B, C, D y E, que dañan el hígado. Las hepatitis A y E no causan hepatitis crónica. Sin embargo, las hepatitis B, C y D pueden causar enfermedades agudas y crónicas.
La hepatitis aguda puede tratarse en casa con algunos remedios naturales eficaces. Estos remedios caseros deben tomarse sólo después de la aprobación de un profesional de la salud. A continuación presentamos Remedios caseros para proteger el hígado dañado por la hepatitis
Té verde
El té verde se puede utilizar para proteger el hígado debido a la presencia de antioxidantes. La presencia del poderoso antioxidante catequina puede reparar las células que pueden haber sido dañadas debido a las toxinas en el cuerpo. Se aconseja beber té verde tres veces al día de forma regular. Sin embargo, esto debería ser sólo un tratamiento complementario junto con el tratamiento médico convencional.
Los resultados de un estudio muestran cómo la catequina del té verde llamada epigalocatequina-3-galato puede inhibir el virus de la hepatitis C.
Ajo
El ajo protege el hígado desactivando las toxinas hepáticas y ayuda a desintoxicarlo. Puede utilizarse para mejorar las funciones del hígado. El ajo también es rico en azufre, que puede ayudar al funcionamiento del hígado. Los resultados de un estudio en animales también demuestran que los extractos acuosos de ajo pueden reducir los daños causados por la hepatitis en el hígado.
Regaliz
La glicirricina, un componente del regaliz, es buena para tratar los daños hepáticos causados por la hepatitis. Se sabe que el uso del regaliz mejora el funcionamiento del hígado, con una recuperación completa ocasional de la hepatitis.
Mezclar miel y regaliz y consumirlo una vez al día puede ayudar a aliviar las molestias causadas por la hepatitis.
Cúrcuma
La cúrcuma tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden ayudar a mejorar las funciones del hígado y también a reconstruir las células dañadas. Los estudios también han demostrado cómo la cúrcuma puede inhibir la entrada del virus de la hepatitis C en las células del hígado humano.
Puedes utilizar cúrcuma en polvo con yogur para ayudar a proteger el hígado. Mezcla 10 gramos de cúrcuma pura en polvo con 50 gramos de yogur puro y divídelo en dos partes iguales. Beba una parte por la mañana y la otra por la noche durante unos 15 días.
Cardo mariano
El cardo mariano es un buen remedio para proteger el hígado. Algunos expertos afirman que el cardo mariano puede aliviar la congestión del hígado, el bazo y los riñones. También puede proteger el hígado actuando como antioxidante y evitando que las toxinas dañen las células hepáticas. Puede tomarse en forma de comprimido o de extracto concentrado en polvo.
Té de diente de león
El té de diente de león es bueno para limpiar el hígado y el torrente sanguíneo. Beber té de diente de león dos veces al día es bueno para mejorar las funciones del hígado. Hervir raíces de diente de león en agua y beber el extracto también es un buen remedio casero para cualquier daño hepático.
Semillas de lino
El consumo de semillas de lino puede ayudar a mejorar las funciones del hígado. El hígado elimina las hormonas que circulan por la sangre. Un compuesto llamado fitoconstituyentes que se encuentra en las semillas de lino impide que las hormonas se distribuyan en la sangre, reduciendo así el estrés en el hígado.
Para una limpieza óptima del hígado, tome dos cucharadas de aceite de semillas de lino de alta calidad, prensado en frío, como parte de su dieta. También puede espolvorear una o dos cucharadas de semillas de lino recién molidas en su comida. Se aconseja no cocinar las semillas de lino ni el aceite de semillas de lino.
Consejos para prevenir la hepatitis
Es importante comer de forma equilibrada. Coma mucha fruta y verdura y cereales, panes y granos integrales.
Beba mucho líquido.
Evite los alimentos grasos, salados y azucarados y el alcohol.
Mantenga un peso saludable.
Lávese bien las manos después de ir al baño.
Evite compartir objetos personales como cepillos de dientes, maquinillas de afeitar o cortaúñas con una persona infectada.
Siempre es importante probar remedios caseros tras la aprobación de un profesional sanitario. No empiece ningún remedio sin la orientación de un médico.