Razones que explican por qué siempre tienes hambre
Cuando se está en un viaje de pérdida de peso, la parte más difícil no siempre implica luchar en el gimnasio. Es mucho más difícil decir no a los antojos y evitar comer en exceso. El hambre es tu mayor enemigo cuando intentas restringir las calorías porque puede empujarte a tomar algunas decisiones dietéticas muy equivocadas. También puede ponerte de mal humor, hacerte improductivo y agotarte. Si siempre tienes hambre a pesar de comer una cantidad saludable de calorías todos los días, necesitas encontrar una solución. Aquí tienes cinco posibles razones por las que tu estómago no para de rugir.
Te saltas las comidas
Muchas personas sienten la tentación de saltarse comidas porque esto reduce automáticamente su ingesta de calorías. Sin embargo, saltarse las comidas puede ser una de las peores decisiones que puede tomar. A largo plazo, saltarse comidas hará que aumente de peso, porque su cuerpo se aferra a cada trocito de grasa que consigue utilizar como combustible. Pero en el presente más inmediato, saltarse comidas sólo hará que sea más probable que haga trampas en su dieta. Cuando no comes, tu nivel de azúcar en sangre baja, haciendo que tu cuerpo te pida a gritos que comas algo. Las señales de hambre te dominan por completo y acabas atiborrándote a demasiada comida. En lugar de saltarte comidas o esperar largos intervalos entre ellas, dedica siempre tiempo a comer algo sano. Esto calmará tus señales de hambre y no te sentirás tan tentado de ceder a tus antojos.
Prestas atención al reloj, no a tu cuerpo
Hemos sido condicionados a comer tres veces al día a horas específicas. Nuestro cuerpo se acostumbra tanto a este horario que, a esas horas concretas cada día, empieza a anticipar la comida. Envía señales de hambre al cerebro, haciéndole sentir hambriento aunque no lo esté. Si has tomado un tentempié abundante a media tarde, tu cuerpo te seguirá empujando a comer a la hora habitual de la cena. Esto significa que vas a sentir hambre independientemente de cuándo comas o cuánto comas. Para romper este ciclo, debes condicionarte a escuchar las señales de tu cuerpo y no las externas. Come sólo cuando sientas hambre, no porque estés acostumbrado a comer a una hora determinada. Si sigues haciendo esto, con el tiempo dejarás de prestar atención a las señales externas por completo.
Es esclavo de sus antojos
Los hábitos son difíciles de romper, sobre todo los que te producen una sensación gratificante. Si está acostumbrado a comer un donut con el café todas las tardes, sentirá hambre cuando lo elimine. Si recurres a una tarrina de helado cuando estás disgustado, tu cuerpo lo buscará de forma natural la próxima vez que estés triste. Cuando te pongas a dieta, lo primero que harás probablemente será suprimir estos caprichos ricos en calorías. Una vez hecho esto, tu cuerpo enviará señales de hambre porque está deseando esas cosas a las que estaba acostumbrado. Pero no se deje engañar, porque en realidad no tiene hambre. La clave para detener esto es crear nuevos hábitos. En lugar de un donut, come galletas de trigo con el café. En lugar de un helado, da un largo paseo cuando estés triste.
Comes mucho estrés
A algunas personas, el cuerpo les empuja a comer más cuando están estresadas. Esto se debe a que la comida actúa como una especie de sistema de recompensa. La comida dulce, en particular, puede darte un subidón de hormonas de la felicidad, haciendo que comas más. Así que si estás crónicamente estresado, probablemente también estés crónicamente hambriento. Si el estrés es la razón por la que tienes hambre todo el tiempo, tendrás que resolver el problema en su origen. Empieza a meditar o a hacer más ejercicio para reducir tus niveles de estrés. Cualquier cosa que te guste hacer (aparte de comer) te ayudará a desestresarte después del trabajo y, en última instancia, a controlar el hambre.
Sus niveles de azúcar en sangre no son estables
Cuando sus niveles de azúcar en sangre son bajos, su cuerpo le envía señales de hambre para que coma y vuelva a subirlos. Si su nivel de azúcar en sangre es bajo, probablemente se deba a una de estas dos causas: o bien hace tiempo que no come, o bien ha comido algo que ha elevado demasiado su nivel de azúcar en sangre. La primera situación es completamente normal y se resolverá si come con regularidad. Sin embargo, la segunda situación se produce cuando eliges alimentos poco saludables. Los alimentos ricos en azúcar y carbohidratos refinados son muy fáciles de descomponer, por lo que elevan los niveles de azúcar. Sin embargo, al poco tiempo, los niveles de azúcar vuelven a bajar, lo que hace que sientas hambre. En lugar de eso, come carbohidratos más complejos, que tardan más en descomponerse y liberan azúcar muy lentamente en la sangre.