Qué es la hipocondría y cómo controlarla

La hipocondría es un miedo intenso a padecer una enfermedad grave, aunque no existan pruebas médicas. Las personas hipocondríacas suelen creer que tienen problemas de salud graves, aunque no tengan síntomas o éstos sean leves. Estos sentimientos pueden llegar a ser tan abrumadores que resulta difícil hacer otra cosa.

A menudo, el miedo obsesivo se desencadena por síntomas corporales normales. Continúa incluso si los médicos confirman que no hay nada malo. Se diagnostica oficialmente hipocondría cuando la preocupación dura al menos seis meses.

La hipocondría puede causar un malestar importante y afectar a la vida diaria de una persona. Por supuesto, no se puede dejar de ser hipocondríaco de la noche a la mañana. Pero es posible aprender a gestionarla, gracias a estos cinco pasos.

Cómo controlar la hipocondría

Aprenda a aceptar la muerte

Suena morboso, pero puede ayudar. Un estudio sugiere que la hipocondría está relacionada con una menor aceptación de la muerte. Sin embargo, cuando la terapia se centra en la aceptación de la muerte, los sentimientos hipocondríacos disminuyen.

Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Empiece por hablar de su propia muerte con sus seres queridos. Hable de que todo el mundo muere algún día. Es una conversación difícil, pero mantendrá las cosas reales.

Si no está seguro de con quién hablar, busque un terapeuta. Él o ella te ayudarán a afrontar la mortalidad de forma terapéutica.

Reducir la depresión

La hipocondría está estrechamente relacionada con la depresión. De hecho, entre el 75 y el 85 por ciento de las personas con hipocondría también padecen depresión.

Por supuesto, también puedes tratar la depresión de forma natural. Céntrese en una dieta saludable llena de frutas, verduras, carnes magras y cereales integrales. Nutrientes como los ácidos grasos omega-3 y la vitamina D están relacionados con un mejor estado de ánimo.

Otra forma de aliviar la depresión mayor es hacer ejercicio con regularidad. Tiene el mismo efecto que la medicación, y el efecto puede durar incluso más tiempo. Y lo que es mejor, no tiene efectos secundarios desagradables.

Practique el alivio del estrés

La hipocondría también está relacionada con el estrés. Puede empeorar aún más con el estrés crónico, por lo que la gestión es clave.

El yoga es una de las mejores actividades para combatir el estrés. Libera la tensión física y mental al tiempo que mejora la memoria y la concentración. Los estiramientos también pueden hacer que te sientas más relajado.

El autocuidado también es esencial. Incluye ejercicio, comer bien y dormir lo suficiente. Tómate tiempo para hacer las cosas que te gustan. Y no te olvides de los masajes o los baños de burbujas de vez en cuando.

Visita a un terapeuta

Recuerda que la hipocondría es una forma de ansiedad. Si no puedes deshacerte de esos sentimientos, acude a un terapeuta. La terapia cognitivo-conductual se considera el tratamiento más eficaz para la hipocondría.

Hablar con un terapeuta también alivia la depresión, la ansiedad y el estrés. Incluso puede guiarle en la aceptación de la muerte.

Hágase revisiones periódicas

Acuda a revisiones periódicas para estar tranquilo. Esto debería incluir revisiones con su médico de cabecera, oftalmólogo, dentista y ginecólogo. Si acude a un especialista para determinadas afecciones, no deje de acudir a sus citas. Hágase periódicamente análisis de sangre, mamografías y citologías. Si eres sexualmente activa, hazte una prueba de enfermedades de transmisión sexual cada vez que tengas una nueva pareja.

Si haces todo esto, tendrás menos motivos para preocuparte. Las revisiones periódicas son las mejores herramientas de prevención y tratamiento.

Aprender a gestionar la hipocondría lleva tiempo. Es muy parecido al tratamiento de la depresión o la ansiedad. Sé paciente contigo mismo y busca el apoyo de los demás.