¿Qué causa la sarcoidosis y cuáles son sus síntomas?
La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria en la que se desarrollan granulomas (aglomeraciones de células inflamatorias) en distintos órganos del cuerpo, lo que provoca la inflamación de los órganos y causa pequeñas manchas rojas de tejido hinchado. La sarcoidosis puede desencadenarse porque el sistema inmunitario del organismo responde a sustancias extrañas, como virus, bacterias o sustancias químicas.
Aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier órgano del cuerpo, es más probable que afecte a unos órganos que a otros. Suele comenzar en los pulmones, la piel y/o los ganglios linfáticos (especialmente los del pecho). Además, la enfermedad suele afectar a los ojos y al hígado. Aunque es menos frecuente, la sarcoidosis puede afectar al corazón y al cerebro, dando lugar a complicaciones graves.
Aunque la sarcoidosis afecta a personas de todas las edades y razas, es más frecuente en mujeres que en hombres. Pero se da con más frecuencia entre afroamericanos y personas de ascendencia del norte de Europa. La causa es relativamente desconocida, pero los expertos creen que los genes y el sistema inmunitario pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de esta afección. El tratamiento depende de los síntomas y de los órganos específicos afectados.
¿Qué causa la sarcoidosis?
La causa exacta de la sarcoidosis no se conoce del todo y más de un factor puede desempeñar un papel en el origen de la enfermedad. Sin embargo, el sexo, la raza y la genética pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Algunos expertos sugieren que la sarcoidosis se desarrolla cuando el sistema inmunitario responde a un desencadenante, como virus, bacterias, polvo o sustancias químicas. La genética también puede desempeñar un papel en la sarcoidosis. Los investigadores sugieren que la sarcoidosis se produce si se tiene uno o varios genes concretos que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad y si se está expuesto a una sustancia nociva que desencadena el sistema inmunitario. Incluso las personas con antecedentes familiares de sarcoidosis pueden tener un riesgo considerablemente mayor de desarrollar la enfermedad.
En condiciones normales, nuestro sistema inmunitario funciona de una manera muy interesante. El sistema inmunitario protege al organismo de sustancias extrañas o nocivas y produce células especiales para proteger los órganos que están en peligro. Estas células, a su vez, producen sustancias químicas que reclutan a otras células para aislar y destruir la sustancia nociva.
Este proceso provoca inflamación y, una vez destruida la sustancia nociva, las células y la inflamación remiten. Pero, en las personas con sarcoidosis, la inflamación permanece y las células del sistema inmunitario se agrupan formando bultos denominados granulomas en distintos órganos del cuerpo.
Signos y síntomas de la sarcoidosis
Algunas personas con sarcoidosis pueden no presentar signos ni síntomas visibles. Los síntomas pueden variar en función de la parte del cuerpo afectada por la enfermedad. Aunque puede aparecer en cualquier órgano, suele afectar a los pulmones. Los síntomas pueden clasificarse en síntomas generales, síntomas pulmonares, síntomas cutáneos, síntomas oculares y síntomas del sistema nervioso.
1. Síntomas generales
Boca seca
Fatiga
Fiebre
Pérdida de peso
Hemorragias nasales
Dolor articular
Hinchazón abdominal
2. Síntomas pulmonares
Falta de aliento
Tos seca
Sibilancias
Dolor torácico alrededor del esternón
3. Síntomas cutáneos
Erupciones
Llagas
Cicatrices elevadas
Caída del cabello
4. Síntomas oculares
Dolor ocular
Ojos secos
Secreción ocular
Picor ocular
Pérdida de visión
Sensación de ardor en los ojos
5. Síntomas del sistema nervioso
Pérdida de audición
Convulsiones
Dolores de cabeza
¿Cuáles son las opciones de tratamiento de la sarcoidosis?
Por desgracia, la sarcoidosis no tiene cura. Y no todos los casos de sarcoidosis requieren tratamiento, ya que la mayoría de los síntomas suelen mejorar sin tratamiento. Si la inflamación es grave, su médico puede recetarle medicamentos como corticosteroides o inmunosupresores, que pueden ayudar a reducir la inflamación.
La necesidad de un tratamiento, su duración y el tipo de tratamiento requerido dependen de los signos y síntomas, los órganos afectados y la salud de estos órganos. A menudo, pueden prescribirse tratamientos tópicos y/o medicamentos para tratar la enfermedad. A veces, si la sarcoidosis afecta a órganos como los ojos, el corazón o el cerebro, el tratamiento es necesario aunque no se presenten síntomas. Los principales objetivos del tratamiento son:
Aliviar los síntomas.
Mejorar la función del órgano.
Controlar la inflamación y reducir el tamaño de los granulomas.
Prevenir la fibrosis pulmonar (cicatrización pulmonar, si los pulmones están afectados).