Problemas para sobrellevar la depresión y la ansiedad al mismo tiempo
Sólo hay una cosa que resulta tanto de preocuparse demasiado como de no preocuparse en absoluto. Nunca se puede ganar en nada.
La ansiedad y la depresión son dos trastornos que parecen provenir de extremos opuestos del espectro emocional. Pero te sorprenderá descubrir con qué frecuencia coexisten en la misma mente al mismo tiempo. Por supuesto, se trata de trastornos de naturaleza extremadamente personal y, por lo tanto, afectan de forma diferente a cada persona. Pero eso no significa que sean infrecuentes.
Casi la mitad de las personas que padecen depresión afirman haber luchado también contra trastornos de ansiedad.
Puede ser difícil explicar cómo es vivir con dos trastornos que te provocan sentimientos y pensamientos tan contradictorios. La mejor manera de entenderlo es desglosar primero los dos trastornos por separado.
Cómo es la depresión
Estar deprimido es como deslizarse por un agujero oscuro sin fin. Te roba todos tus pensamientos y emociones positivas y absorbe todo rastro de motivación de la víctima. Como resultado, la persona acaba sintiéndose perpetuamente desesperanzada, como si ni siquiera tuviera sentido intentar seguir adelante.
Muy a menudo, las personas con depresión sienten deseos de esconderse bajo la sábana todo el día, aislándose del resto del mundo, día tras día. A veces, incluso se sienten completamente insensibles. En un momento dado, la persona puede estar llorando por algo tan simple como romper accidentalmente un vaso. Sin embargo, esa misma persona puede no derramar ni una sola lágrima al enterarse de que alguien cercano ha fallecido.
Cómo es tener ansiedad
La ansiedad es prácticamente lo contrario de la depresión. El problema puede parecer muy pequeño, pero sus mentes están acostumbradas a construir montañas enormes a partir de pequeñas moles.
Las personas con trastornos de ansiedad sólo pueden ver el peor resultado posible de una situación concreta y no dejan de obsesionarse con las terribles consecuencias que se van a derivar. La mayoría de las veces, se trata de problemas o situaciones sobre los que no tienen ningún control, por lo que, técnicamente, aunque se preocupen por ellos todo el día o toda la semana, no mejorarán las cosas. En lugar de eso, acaban perdiendo la cabeza y sintiéndose frustrados consigo mismos y con la gente que les rodea.
Cómo es tener depresión y ansiedad a la vez
Puede resultar difícil entender cómo es posible no preocuparse en absoluto y, aun así, obsesionarse con las cosas más insignificantes hasta el punto de llevarnos al límite. Pero es muy posible.
¿Recuerdas lo que dijimos antes sobre que la depresión te hace sentir como si quisieras esconderte en la cama todo el día? Ahora imagina quedarte en la cama todo el día y preocuparte por lo que va a pasar al día siguiente. Eso es estar deprimido y ansioso al mismo tiempo. Por supuesto, como ya se ha mencionado, estos trastornos son de naturaleza muy personal y, por lo tanto, se manifiestan de formas distintas en cada persona.
Una víctima puede preocuparse y llorar por haber estado soltera durante tanto tiempo, pero se las arregla para encontrar la manera de cancelar todas y cada una de sus citas sólo porque no puede soportar la ansiedad de conocer a alguien nuevo y enfrentarse a la posibilidad de ser rechazada.
Otra víctima puede pasarse todo el tiempo preocupada por una presentación que tiene que hacer al día siguiente y, al mismo tiempo, ser incapaz de reunir la energía suficiente para prepararse para la reunión.
Otra víctima puede pasarse todo el tiempo haciendo listas interminables de tareas y quehaceres que hay que hacer, aunque su mente le diga constantemente que lo deje para más tarde.
La depresión y la ansiedad no sólo aparecen cuando ocurre algo malo, sino que encuentran la forma de alterar nuestros pensamientos y emociones incluso cuando se trata de las cosas más insignificantes y cotidianas. Con el tiempo, se acumulan y, al final del día, te sientes agotado, desmotivado y diez veces más ansioso y deprimido. Crees que mañana empezarás de nuevo, pero te despiertas con los mismos sentimientos y no haces más que repetir el mismo círculo vicioso día tras día.
Tratamiento y recuperación
Tanto la depresión como la ansiedad suelen tratarse juntas con la ayuda de las siguientes estrategias de tratamiento eficaces:
Terapia cognitivo-conductual (TCC): Este método se utiliza a menudo para tratar a las personas que sufren trastornos de ansiedad junto con depresión. Este método no sólo ayuda a las personas a controlar sus ansiedades, sino que también contribuye a llegar a la raíz de los síntomas depresivos ayudándoles a averiguar cuáles son realmente las razones subyacentes.
Medicamentos antidepresivos: Suelen recetarse para ayudar tanto en la depresión como en la ansiedad, y a menudo se utilizan junto con la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, cuando se trata de pastillas, puede llevar un tiempo encontrar la combinación o la dosis adecuadas, ya que los efectos secundarios de un fármaco pueden acabar influyendo en la acción de otro. Por ejemplo, ciertas pastillas que tomas para aliviar tu depresión pueden empeorar tu ansiedad, mientras que otra pastilla que puede impedir que tus pensamientos se enreden en un nudo vicioso puede empeorar tu depresión. Por eso, esos fármacos deben tomarse siempre previa consulta con un médico o un terapeuta, nunca por cuenta propia.
Ejercicio: Este es un antiguo remedio natural que es extremadamente útil en el tratamiento de trastornos no sólo de la mente, sino también del cuerpo. El ejercicio libera endorfinas, más popularmente apodadas «hormonas del bienestar», que ayudan a aliviar el estrés y la ansiedad y consiguen que la persona se olvide de la depresión. Un paseo de diez minutos al aire libre puede ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad y la depresión durante horas seguidas. Sin embargo, dado que se trata de una cura temporal, el ejercicio regular es la clave para una recuperación a largo plazo, en lugar de hacerlo en ráfagas cortas.
Ejercicios de atención plena: La meditación y la práctica de la atención plena pueden curar la depresión y la ansiedad enseñándote a controlar tu cuerpo y tu mente. Al llamar la atención sobre las técnicas de respiración y la postura, la meditación no sólo relaja la mente nerviosa, sino que también puede ayudar a mejorar la calidad de vida en general.