Problemas estomacales durante el ejercicio y cómo solucionarlos

Muchos de nosotros hemos experimentado algunos problemas estomacales dolorosos e incluso francamente embarazosos durante un entrenamiento. La mayoría de estos efectos secundarios están relacionados con problemas gastrointestinales, que interfieren con tu régimen de ejercicio e impiden que alcances tu objetivo.

Unas sencillas modificaciones en la dieta y cambios en el estilo de vida pueden ayudarle a mantener un sistema digestivo sano y hacer que su sesión de ejercicio sea agradable y fructífera. He aquí algunos consejos que te ayudarán a prevenir los problemas estomacales más comunes durante un entrenamiento.

Calambres

Los calambres estomacales intensos impiden ir al gimnasio y pueden causar un malestar extremo. Los calambres abdominales pueden deberse a diversos motivos. La indigestión, la intoxicación alimentaria, el estreñimiento y los gases son algunas de las causas comunes de los calambres abdominales.

Los síntomas de esta afección pueden empeorar al consumir alimentos grasos o ricos, grandes cantidades de alimentos fibrosos como frutas y verduras crudas, o incluso al tomar bebidas carbonatadas.

Solución: Lo mejor es beber suficiente agua y mantener el cuerpo bien hidratado. Bebe unos 500 ml de agua entre 3 y 4 horas antes de entrenar y, a continuación, vuelve a beber unos 200 ml de agua media hora antes de empezar a hacer ejercicio.

Ardor de estómago

El reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido del estómago se devuelve al esófago y provoca ardor de estómago, también llamado reflujo ácido. La acidez suele producirse después de una comida muy copiosa, o incluso si se comen alimentos muy picantes o fritos. Algunos cítricos y verduras, y los alimentos grasos también son culpables.

Solución: Si experimentas ardor de estómago durante un entrenamiento programado, lo mejor que puedes hacer es limitar los ejercicios que requieran que te tumbes. Bebe medio vaso de agua para que los alimentos vuelvan a tu organismo y descansa unos 10 minutos. Evitar los alimentos que provocan irritación en el estómago es crucial para prevenir la acidez.

Gases

Expulsar gases en un lugar cerrado como un gimnasio atrae las miradas sucias de los demás. Reducir la ingesta de alimentos ricos en fibra es importante para prevenir la formación de gases. Muchos estudios han demostrado que los alimentos fibrosos pueden provocar la formación de gases, por lo que limitar su ingesta ayuda a reducirlos.

Solución: Evita comer una dieta rica en fibra especialmente cuatro horas antes de tu entrenamiento. Incluso los alimentos fritos, los alimentos ricos en grasas y las bebidas carbonatadas o con gas pueden provocar la formación de gases. Por lo tanto, antes de una sesión de entrenamiento, consume alimentos bajos en fibra y que se puedan digerir fácilmente.

Movimientos intestinales repentinos

Algunas personas sienten la necesidad de ir al baño poco después de empezar a hacer ejercicio. Una de las principales causas es que el sistema gastrointestinal empieza a hacer su trabajo después de calentar un poco. A veces, una dieta rica en fibra o alimentos grasos puede provocar diarrea.

Solución: Una ingesta ligera de una dieta equilibrada un par de horas antes del entrenamiento debería evitar cualquier molestia estomacal. Las ganas frecuentes de orinar pueden indicar que estás bebiendo demasiado líquido. Limita la ingesta de líquidos a menos de 500 ml dos horas antes del entrenamiento.

Distensión abdominal

La distensión abdominal suele estar asociada a trastornos gastrointestinales funcionales o enfermedades orgánicas, pero también puede aparecer sola. La hinchazón puede deberse a un consumo excesivo de alimentos o comida basura, a un exceso de productos lácteos o incluso a un crecimiento excesivo de las bacterias intestinales. Aunque ciertos medicamentos pueden ayudar a aliviar la hinchazón, puedes reducir su gravedad simplemente controlando tu dieta.

Solución: Dedica una hora a digerir un tentempié pre-entrenamiento de unas 200 calorías. Si consumes alimentos de unas 300 calorías, debes asegurarte de que tu sistema digestivo dispone de unas 3-4 horas para hacer su trabajo.

Náuseas

El momento de la sensación de náuseas es vital para determinar la causa real. Por ejemplo, las náuseas o vómitos poco después de una comida pueden deberse a gastritis, úlcera o bulimia. Mientras que las náuseas o vómitos que se producen entre una y ocho horas después de una comida pueden indicar una intoxicación alimentaria. A menudo, las náuseas se confunden con una bajada de azúcar o problemas de tensión arterial. A veces, las náuseas también pueden aparecer si tu nivel de energía es bajo e intentas entrenar duro y hacer un esfuerzo excesivo.

Solución: Antes de la sesión de entrenamiento, asegúrate de no comer en exceso ni demasiado poco. Treinta minutos antes de entrenar, bebe un vaso de zumo de fruta fresca o come unas pasas. Incluso un plátano puede aumentar instantáneamente tus niveles de energía.

Indigestión

Una indigestión durante el entrenamiento puede ser un desastre. La indigestión se debe a muchos factores, como comer demasiado rápido o en exceso, o incluso ingerir alimentos picantes, grasos o grasientos.

Solución: Antes de la sesión de entrenamiento, evita los alimentos que no puedas digerir, ya que pueden provocar malestar estomacal. Consume una dieta equilibrada y ligera que te ayude a mantenerte en forma. Si ha ingerido una comida pesada incluso un par de horas antes de su ejercicio, evite el entrenamiento que podría provocar presión abdominal.