Por qué hay que limpiar, tonificar e hidratar a diario

¿Qué le viene a la mente cuando piensa en el cuidado de la piel? Para la mayoría de la gente, la rutina típica consiste en lavarse la cara y nada más. Es una parte básica de la higiene habitual, sobre todo después de sudar o llevar maquillaje todo el día. El objetivo es mantener un cutis sano y limpio. Pero, ¿es suficiente con lavarse la cara? También puedes limpiar, tonificar e hidratar la piel. Y aunque este trío de pasos parezca una molestia, pueden marcar una gran diferencia.

Eso no quiere decir que lavarse la cara no tenga beneficios. Elimina el exceso de sebo, suciedad y maquillaje, dificultando el crecimiento y la proliferación de las bacterias que causan el acné. El lavado de cara también controla el Staphylococcus aureus, una bacteria que vive en más del 50% de las personas sanas.

Todo esto puede parecer estupendo, pero el lavado de cara no sirve para todos los problemas de la piel. Quizá tengas la piel grasa o irritada. O tal vez seas propenso a la sequedad o la descamación, algo con lo que a nadie le gusta lidiar. Al limpiar, tonificar e hidratar, puedes sacar el máximo partido al lavado de cara y obtener los siguientes beneficios.

Por qué es tan importante la limpieza, la tonificación y la hidratación

Limpieza

La limpieza es anterior al lavado facial, pero no son lo mismo. Los limpiadores están diseñados para disolver la suciedad, la grasa y el maquillaje en lugar de simplemente eliminarlos. Además, tienen una base oleosa, lo que los hace perfectos para esta tarea. Como dice la ciencia, «lo semejante disuelve lo semejante».

Tonificante

Incluso después de limpiar y lavar la cara, es normal que queden restos de suciedad y maquillaje. Esto es especialmente probable después de un largo día de sudor o de llevar maquillaje. Te sorprendería saber lo que puede quedarse en los poros. Con un tónico, puedes «limpiar» lo que queda. Este producto suele ser una loción acuosa o un lavado facial que se aplica con un algodón.

Hidratación

Lavarse la cara puede ser crucial, pero también puede despojar a la piel de sus aceites naturales. Esto puede provocar sequedad, tirantez y descamación. Además, la sequedad puede incluso hacer que las glándulas sebáceas trabajen más, provocando aún más grasa. Para terminar tu rutina de cuidado de la piel, hidrátala como último paso.

¿Con qué frecuencia debes limpiar, tonificar e hidratar?

Los tres pasos deben realizarse siempre que te laves la cara. La mayoría de la gente debería hacerlo dos veces al día: una por la mañana y otra por la noche. Después de sudar, hazlo lo antes posible. Escucha a tu piel Las personas con cutis seco pueden beneficiarse haciéndolo una vez al día.

Opciones naturales de limpiadores, tónicos e hidratantes

Aceite limpiador

El aceite limpiador es un paso habitual en el cuidado de la piel coreano. Y gracias a su popularidad, es fácil encontrarlo en Estados Unidos. Sin embargo, se ha descubierto que el aceite de bayas de espino amarillo tiene efectos antiseborreicos. Considera su uso como aceite limpiador si siempre tienes el cutis graso.

Tónico

Utiliza tónicos sencillos y dulces como el hamamelis o el agua de rosas. Para controlar la inflamación, el acné y el sebo, utiliza té verde para potenciar los antioxidantes Si decides comprar un tónico, busca estos ingredientes. Asegúrate también de que el producto no contenga alcohol.

Hidratante

Olvídate de las caras lociones y cremas faciales. Los aceites naturales de semilla de uva, jojoba o almendra hidratan la piel sin engrasarla demasiado. El aceite de coco es una opción especialmente popular, ya que es un potente emoliente antiinflamatorio. Un poco da para mucho.

Si prefieres comprar en lugar de hacer, busca productos suaves sin fragancia. Cuanto más sencillo sea el producto, mejor. Haz siempre una prueba para asegurarte de que no causa irritación.