Por qué es perjudicial respirar por la boca y cómo afecta a la salud

Respirar es esencial para vivir. Lo haces día tras día. Y aunque parezca bastante básico, hay una forma correcta de respirar. La respiración nasal, por ejemplo, es sana y normal.

¿Y la respiración bucal? Es un problema de salud. Afectará tanto a tu boca como a tu calidad de vida en general. Si no abandonas el hábito, puede causar estos siete problemas.

Se seca la boca

La respiración bucal es una forma segura de resecar la boca. Se trata de una afección conocida como xerostomía. Normalmente, las glándulas salivales humedecen continuamente la boca con saliva. Pero si respiras con la boca abierta, la saliva se secará enseguida.

La boca seca es fácil de notar. Sentirás el interior de la boca reseco e incómodo. Incluso los labios se agrietan, se agrietan y se pelan. También puedes sentir ardor en la lengua o en la garganta.

Para solucionar este problema, respira por la nariz. También es buena idea beber mucha agua y utilizar un bálsamo labial hidratante.

Aumenta el riesgo de infección

Cuando tienes la boca seca, las infecciones están a un suspiro. Al fin y al cabo, la respiración regula el nivel de gérmenes nocivos en la boca. Es la primera línea de defensa contra las infecciones, como la gingivitis y la candidiasis bucal.

Una boca seca no tendrá suficiente saliva para mantener a raya a los gérmenes. Si desarrollas una de estas infecciones, te resultará doloroso comer, hablar o cepillarte los dientes.

Favorece las caries

Las caries están causadas por el azúcar, los alimentos y una higiene bucal deficiente. Sin embargo, la sequedad provocada por la respiración bucal es el escenario perfecto para las caries.

Recuerda que la saliva controla las bacterias naturales de la boca. Esas bacterias también se alimentan del azúcar de los alimentos que ingieres. En el proceso, crea un ácido que puede erosionar los dientes. La saliva puede neutralizar ese ácido, previniendo la caries incluso antes de que empiece.

Produce mal aliento

Los malos hábitos son sinónimo de mal aliento. Respirar por la boca es uno de ellos.

La saliva es un fluido autolimpiante. Elimina de forma natural las partículas de comida, impidiendo que prosperen las bacterias que causan el mal olor. Pero cuando tienes la boca seca por respirar por la boca, no hay suficiente saliva para hacer el trabajo.

En su lugar, tendrás mal aliento y necesitarás caramelos de menta.

Tensa los músculos de la mandíbula

Tu cara no está hecha para respirar por la boca. Hace que la mandíbula trabaje de una forma que no debería. Además, respirar por la boca altera el equilibrio de los músculos de los labios, la lengua y las mejillas. La cara y la mandíbula pueden ponerse tensas y doler.

En el caso de los niños, respirar por la boca afecta al desarrollo facial, ya que aún están creciendo. Este mal hábito requiere aún más atención en este grupo de edad.

Impide comer bien

Comer depende de los músculos de la mandíbula. Pero si la respiración bucal los sobrecarga, te resultará difícil masticar los alimentos. Tendrás que masticar más para poder comer algo.

Las dificultades para tragar también aparecerán por la respiración. Si no tienes cuidado, tragarás aire en exceso y desarrollarás gases, hinchazón y eructos.

Interrumpe el sueño

Por la noche, es aún más difícil prestar atención a la forma en que respiras. La respiración bucal puede interrumpir el sueño, lo que subraya la importancia de corregir este hábito.

Está directamente relacionada con la apnea obstructiva del sueño. La respiración con la boca abierta dificulta el alargamiento y colapso de las vías respiratorias superiores. Como consecuencia, la respiración se detiene y se inicia repentinamente, lo que provoca despertares frecuentes.

Las consecuencias pueden alterar tu vida cotidiana, ya que te sentirás aturdido y cansado durante todo el día.

Como ves, respirar por la boca es malo. Pero como todos los hábitos, te llevará algún tiempo solucionarlo.

Para dejar de respirar por la boca, pon una alarma a intervalos iguales. Cada vez que suene, comprueba tu respiración. Haz el esfuerzo consciente de respirar por la nariz. También puedes practicar ejercicios de respiración nasal antes de irte a dormir.