Piel grasa y cómo conseguirla, consejos y remedios naturales

Vivir con la piel grasa puede ser un terreno resbaladizo. Utilizar un limpiador facial puede parecer totalmente inútil, mientras que el maquillaje sólo empeora las cosas. ¿Y quién querría volver a aplicarse polvos matificantes cada hora? Por si fuera poco, la piel grasa es el caldo de cultivo perfecto para el acné, algo con lo que nadie quiere lidiar.

Ni que decir tiene que la piel grasa necesita una atención especial, y los ingredientes o hábitos incorrectos no harán más que aumentar la grasa. El objetivo debe ser controlar el exceso de sebo, no eliminarlo. Secar la piel favorece que las glándulas sebáceas produzcan más grasa. Para equilibrar las cosas y controlar la hiperactividad de las glándulas sebáceas, puedes hacer lo siguiente.

Límpiate la cara con un aceite limpiador

Un aceite limpiador puede parecer lo último que necesitas, pero cambia las reglas del juego. Elimina el sebo, la suciedad y el maquillaje a la vez que aporta hidratación. No es de extrañar que sea un producto básico en el cuidado de la piel coreano y que esté empezando a aparecer en Estados Unidos. Una buena opción es el aceite de bayas de espino amarillo, un remedio de eficacia probada para controlar el exceso de sebo. También puedes probar el aceite de jojoba, que se cree que imita el sebo de la piel para «engañar» a las glándulas sebáceas para que produzcan menos sebo y ayudar a mantener equilibrados los niveles de grasa. Dicho esto, es importante señalar que no existen estudios científicos que respalden esta teoría, por lo que tendrás que probarlo para ver si tu piel responde realmente bien.

Limita el lavado de cara a dos veces al día

La piel grasa puede hacer que quieras frotarte la piel varias veces al día. Pero es importante limitarse a lavarse la cara dos veces al día y después de sudar. Si te excedes, eliminarás la grasa natural, que es necesaria para tener una piel sana y flexible.

Asegúrate de limpiarte la piel después de utilizar un aceite limpiador para eliminar el exceso de grasa y suciedad. Intenta evitar los productos con ácido salicílico o peróxido de benzoilo. Aunque estos ingredientes combaten el acné, también resecan bastante. Utilízalos en tratamientos puntuales. Así evitarás exponer la piel sana a sus efectos agresivos.

Utiliza una mascarilla 2-3 veces a la semana

Como las pieles grasas son más propensas a los brotes y al acné, aplicar una mascarilla facial 2 ó 3 veces por semana destapará los poros y eliminará la grasa y la suciedad atrapadas. Además, es una forma fácil y relajante de darle a tu piel un respiro. Y lo que es mejor, una mascarilla con ingredientes que absorben la grasa se encargará del exceso de sebo. Además, busca mascarillas que contengan ácido hialurónico o ácido alfa hidroxi (AHA) para eliminar la grasa. Aquí tienes dos ingredientes populares para mascarillas faciales que eliminan la grasa si estás pensando en hacerlo tú misma.

Papaya

Te dará un brillo natural. Un estudio publicado en el Indian Journal of Pharmaceutical Science descubrió que la papaya combate tanto la grasa como las bacterias. También reduce la melanina, el pigmento natural que provoca la hiperpigmentación, sin dejar la piel seca. Simplemente machaca la fruta fresca y úsala como mascarilla o limpiador.

Arcilla

La arcilla es increíble para absorber el exceso de grasa. Muchos productos comerciales la tienen, pero ahórrate el dinero y compra arcilla cosmética en polvo en la tienda de productos naturales. Mézclala con papaya para obtener una mascarilla que absorbe la grasa al instante. Eso sí, úsala sólo durante 15 minutos y no dejes que se seque del todo.

Claras de huevo y limón

Se cree que el limón y las claras de huevo, un remedio popular para la piel grasa, cierran los poros. Para probarlos, combina 1 clara de huevo con 1 cucharadita de zumo de limón recién exprimido y úsalo como mascarilla. Puedes añadir a la mezcla una taza de fresas machacadas para obtener una dosis de vitamina C. Si tienes alergia al limón o la piel sensible, quizá sea mejor que te saltes este remedio.

Prueba siempre una mascarilla nueva. Basta con aplicar una pequeña cantidad en el cuello, la parte posterior de la oreja o la cara interna de la muñeca. Espera unas horas y observa si se produce alguna irritación.

No olvides la hidratación

Incluso las pieles grasas necesitan mantenerse hidratadas. De lo contrario, la sequedad hará que tus glándulas sebáceas trabajen aún más. Utiliza una crema hidratante a base de agua sin perfume. Así evitarás que tus poros se llenen de grasa.

Añade miel a tu rutina de cuidado de la piel

La miel es un remedio poco común que sirve para todo. Reduce la grasa, hidrata la piel y elimina las bacterias causantes del acné, como el Propionibacterium acnes y el Staphylococcus epidermidis. Añádelo a tus mascarillas faciales, úsalo como tratamiento localizado o aplícatelo cada dos días durante unos minutos antes de quitártelo.

Utiliza un tónico de té verde

Los tónicos ayudan a cerrar los poros y a eliminar la grasa. Y aunque puedes encontrar varias marcas diferentes de tónicos, te sugerimos que optes por el té verde o por un producto que lo contenga como ingrediente. Esto se debe a que los polifenoles (antioxidantes) que contiene controlan la inflamación, el sebo y las bacterias, lo que lo convierte en una opción excelente para la piel irritada y grasa. Todo lo que tienes que hacer es remojar las hojas de té verde en agua tibia, verter el té en una botella con pulverizador y rociar la solución sobre el rostro con regularidad o después de la limpieza.

Papel secante a mano

Cualquiera que tenga la piel grasa sabe lo que es tener que lidiar con una piel excesivamente grasa que hace que parezca que estamos sudando constantemente. Y como empolvarse la cara constantemente sólo le dará una palidez pastosa, lo mejor es llevar papel secante. Aunque estos finos y pequeños papeles no pueden evitar que se produzca la grasa, sí que minimizan los brillos y la untuosidad que conlleva la piel grasa, sobre todo en los calurosos días de verano. Así que puedes secarte la grasa siempre que quieras. ¿Y lo mejor? Son baratos y fáciles de conseguir.

Exfolia con avena o almendras molidas todas las semanas

Es una práctica importante para el cuidado de la piel, ya que elimina las células muertas, la grasa y la suciedad. Y la exfoliación regular evitará que el sebo de las células de la piel se obstruya y aparezcan brotes. Ingredientes naturales como la avena y las almendras molidas exfolian la piel sin resecarla demasiado (lo que, como todos sabemos, aumenta la producción de grasa). Combina cualquiera de los dos con miel y frota suavemente la piel antes de lavártela. Evita exfoliarte más de dos veces por semana.

Come limpio

Aunque no hay suficientes investigaciones para comprender plenamente los beneficios de una dieta limpia en la piel, la medicina tradicional sostiene que la piel grasa empeora con el consumo de una dieta rica en comida rápida grasienta. Además, cambiar a verduras de hoja oscura, así como a frutas, frutos secos y cereales integrales, puede aportar a tu piel la nutrición que necesita para mantenerse sana.