Mitos sobre el estrés que debes dejar de creer
El estrés es el mecanismo natural del cuerpo para desencadenar una respuesta de «lucha o huida» ante el miedo. También se ha convertido en uno de los principales peligros para la salud en la actualidad.
Vivir bajo un estrés constante puede destruir la salud a largo plazo y, por tanto, no hay que pasarlo por alto. Por otra parte, existen ciertos mitos sobre el estrés que es necesario derribar.
Conceptos erróneos sobre el estrés
El estrés es un proceso corporal normal
Ya sabes que el estrés es la respuesta natural del cuerpo al miedo. Cuando el cuerpo se encuentra con un estímulo de miedo, reacciona con una respuesta de lucha para sobrevivir o de huida de la causa del estrés. A menudo se descarta el estrés como algo sin importancia. Puede que no sean las interpretaciones correctas. Con una exposición prolongada a los factores estresantes, se entra en una fase de adaptación o resistencia y se llega al agotamiento en la fase final. Un autoanálisis puede establecer lo que realmente quieres y trabajar sólo hacia esos objetivos. La autogestión y una planificación eficaz pueden ayudar a evitar los factores estresantes en primera instancia. Si los factores estresantes son constantes, puedes tomar medidas preventivas para adaptarte al entorno antes de encontrarte con ellos.
El estrés es un motivador para lograr tus objetivos
Cuando te quejas de estrés relacionado con la carga de trabajo a tu jefe, a menudo oirás su respuesta pidiéndote que te lo tomes de forma positiva y que trabajes para conseguir tus objetivos. Se trata de un grave mito que te aconseja sumergirte en el mismo trabajo que te está causando el malestar. El rendimiento óptimo sólo puede venir de convertir los factores de estrés en motivadores creativos. Por ejemplo, si en tu organización hay un empleado que tiene problemas de estrés, es crucial que le ayudes a desarrollar sus habilidades individuales de afrontamiento y a reducir el estrés excesivo en el propio lugar de trabajo. Su empleador puede considerar que perderá agudeza mental y eficacia si su trabajo es demasiado blando para manejarlo. Las altas expectativas y los plazos poco realistas pueden causar problemas y, si se ignoran, pueden acumularse en tu interior. Para mantener la eficacia, el estrés debe controlarse y no ignorarse.
El estrés es una enfermedad incurable
El papel del estrés en los problemas de salud no puede pasarse por alto pero, al mismo tiempo, no es una enfermedad grave que no tenga cura. El estrés, como cualquier otra enfermedad, puede tratarse y controlarse. Puede reducirse mediante técnicas como la meditación y ejercicios de respiración, un enfoque positivo de la vida y un estilo de vida equilibrado. La interacción social y el apoyo sincero resultan beneficiosos para los niveles de estrés. Deben diseñarse planes individualizados de gestión del estrés para necesidades específicas que incluyan la eliminación de las fuentes del estrés.
El estrés y la depresión son lo mismo
Dado que ambas afecciones presentan los mismos síntomas, es fácil confundir estrés y depresión. Lo cual no es cierto, por supuesto. Cuando el estrés va más allá de tu capacidad de control, te vuelves impotente y puede sobrevenir la depresión. Por el contrario, todos los acontecimientos estresantes de la vida no predicen significativamente una depresión posterior.
La diferencia entre estrés y depresión depende de la presión que ejerza sobre ti. Mientras que el estrés puede afectar a tu día a día, la depresión es una enfermedad que afecta negativamente a tu razonamiento y estabilidad mental y que requiere intervención médica. La depresión no se desencadena por factores de estrés específicos, y puedes sentirte decaído por nada en absoluto. Controlar el estrés en una fase temprana es beneficioso para evitar la depresión más adelante.
Sin síntomas no hay estrés
Si no presenta ningún síntoma de estrés, significa que no tiene estrés. Esto es un mito. Los síntomas asociados al estrés aparecen en todos los días malos y no todos los síntomas pueden asociarse al estrés. Algunos de los síntomas como la ira o la incapacidad para concentrarse pueden deberse al exceso de fatiga experimentado a lo largo del día. Te costará identificar los síntomas en función de tus puntos fuertes y débiles individuales.
Es posible que experimentes síntomas físicos o de comportamiento, estos últimos pueden ser evidentes para los demás mientras que los primeros lo son para ti mismo. Ser consciente de tu estrés y de cómo gestionarlo puede ayudarte a reducir tu propio estrés y a hacer que los demás sean conscientes del estrés que están experimentando. La oración y la meditación pueden ayudarte a mantener la paz interior. Los ejercicios de meditación para la atención plena pueden disminuir el estrés y los síntomas, si los tienes.
En resumen, el estrés no es una enfermedad grave. Puede tratarse con técnicas de gestión del estrés individualizadas y planificadas y siendo empáticos con los demás. El apoyo social y un enfoque positivo de la vida pueden ayudarte a curarte y a evitar los factores estresantes. Así que, la próxima vez que alguien te hable del estrés en su vida, préstale atención y escúchale. El mero hecho de escucharles puede hacer maravillas por su salud física y mental.