Maneras de tratar las infecciones de oído de forma natural

Las infecciones de oído son muy dolorosas. La zona es tan sensible que conviene ser muy delicado con ella. Por eso es útil conocer algunos remedios caseros. Tanto los niños como los adultos pueden tener infecciones de oído, pero son mucho más frecuentes en los niños. De hecho, las infecciones de oído son una de las principales razones por las que los niños van al médico. Su trompa de Eustaquio, que conecta cada oído con la garganta, suele drenar líquido. ¿Pero si se obstruye? Hola, ¡infección!

Muchas cosas pueden causar obstrucción o inflamación. Algunos ejemplos son las alergias, los resfriados, el exceso de mucosidad y el humo del tabaco. Los síntomas incluyen dolor de oído, sensación de plenitud y, a veces, pérdida de audición, ¡y los más pequeños lloran bastante! La mayoría de las infecciones de oído desaparecen solas. Sin embargo, si los niños afectados tienen menos de 6 meses, llévelos al médico.

Los niños mayores de 6 meses pueden ser vigilados en casa si no tienen fiebre alta ni dolor intenso. Para los niños mayores y los adultos, a veces se recetan antibióticos. Pero si simplemente quieres evitar estos efectos secundarios, prueba estos remedios caseros.

Remedios caseros naturales para las infecciones de oído

Compresas calientes para las infecciones de oído

Este es el remedio menos invasivo. El calor reducirá la inflamación y favorecerá el drenaje. Y lo que es más importante, aliviará el dolor.

Instrucciones

Remoje una toalla de mano limpia en agua tibia.
Escúrrala bien.
Colóquela sobre el oído afectado durante 3 a 5 minutos.
Repítalo según sea necesario.

Compresas de sal para las infecciones de oído

La sal es un tratamiento barato y natural. Para utilizarla para las infecciones de oído, caliente la sal y haga una compresa. Es otra forma de disminuir la inflamación y el dolor.

Instrucciones

A fuego lento, calienta una taza de sal en una olla.
No tueste ni queme la sal.
Vierta la sal caliente en un paño limpio.
Ata los extremos con una goma elástica.
Aplique la compresa durante 5 a 10 minutos.

Vapor para las infecciones de oído

Los tratamientos con vapor suelen hacerse como tratamientos faciales, pero pueden combatir las infecciones de oído. También puede reducir las alergias, los problemas de sinusitis y la congestión nasal. El calor hace maravillas para la hinchazón. ¿La infección fue causada por acumulación de cera? El vapor la aflojará enseguida.

Instrucciones

Pon a hervir agua en una olla.
Viértala con cuidado en un recipiente grande.
Colócate una toalla sobre la cabeza.
Gira la cabeza hacia un lado, con la oreja afectada hacia abajo.
Pasa la cabeza por encima del cuenco, pero no te acerques demasiado.
Para un efecto tonificante, añade de 2 a 3 gotas de aceite de menta o de árbol de té.

Aceite del árbol del té para las infecciones de oído

Como potente antimicrobiano, el aceite de árbol de té es un remedio casero muy popular. Se utiliza a menudo para el acné y cortes menores. Pero gracias a sus propiedades curativas, el aceite de árbol de té también puede matar las bacterias que están detrás de las infecciones de oído.

Calienta 1 ó 2 gotas de aceite de árbol de té y 1/8 de taza de aceite de oliva. No dejes que haga burbujas.
Deja reposar la mezcla hasta que esté tibia pero no fría.
Colóquelo sobre el oído que no está afectado.
Con un gotero, vierte de 2 a 3 gotas en el oído afectado.
Quédese quieto durante 3 minutos.
Siéntese y drene el oído en una bola de algodón o toalla de papel.

Ajo para las infecciones de oído

El ajo es un antiguo remedio natural. Su poder proviene de la alicina, un compuesto activo con actividad antimicrobiana. Las bacterias no tendrán ninguna oportunidad, por lo que es una cura perfecta para las infecciones de oído.

Pica 1 diente de ajo fresco.
Calienta 2 cucharadas de aceite de sésamo, mostaza u oliva en una cazuela. No dejes que hierva.
Añade el ajo y cuécelo durante 20 minutos.
Cuela el ajo.
Espere a que el aceite esté lo bastante caliente para tocarlo.
Añadir 2 gotas al oído afectado.
Utilizar una o dos veces al día.
Cada 24 horas, haz una nueva tanda para evitar el crecimiento bacteriano.

Si no te sientes mejor en unas semanas, visita a tu médico. Puede que necesites cirugía.