Malos hábitos que agotan tu energía
Estar animado, alegre y lleno de energía es un objetivo que la mayoría de nosotros queremos alcanzar. Muchos de nosotros pensamos a menudo que el próximo gran acontecimiento de nuestras vidas nos llevará finalmente a donde se supone que debemos estar. Ya sea un ascenso, una relación o una casa nueva, entre otros logros materialistas. Aunque estos acontecimientos y situaciones pueden tener un efecto tremendo en cómo nos sentimos, también son temporales y, al cabo de unas semanas o meses, podemos sentir que hemos vuelto al punto de partida. En momentos así, es importante que nos controlemos y seamos cautelosos con algunos malos hábitos que hayamos podido adquirir. Estos hábitos pueden parecer inofensivos, pero tienen un efecto muy potente en cómo nos sentimos y, sobre todo, en nuestros niveles de energía. Si te encuentras a ti mismo practicando estos hábitos, puede que quieras trabajar para alejarte de ellos.
Gastar más de lo que ganas
En un mundo que te da fácilmente una tarjeta de crédito sin consecuencias inmediatas, la mayoría de nosotros aprovechamos la oportunidad y sacamos el máximo partido de lo que la tarjeta nos ofrece. Demasiadas personas no piensan en el futuro y gastan su dinero sabiendo muy bien que tal vez no puedan permitírselo. Empujan el pago de cada mes al siguiente hasta que no les queda dinero para pagar y se encuentran con muchos problemas. Aunque pueda resultar tentador gastarse todo el crédito en materiales, intente elaborar un plan financiero que le mantenga dentro de sus posibilidades y que incluso le ayude a ahorrar para el futuro. El miedo y la ansiedad a los que te enfrentas cuando estás endeudado pueden afectar enormemente a tu salud mental.
Inmersión en las redes sociales
En la última década se ha producido un aumento increíble del número de personas que utilizan las redes sociales. Hay millones y millones de cuentas que han posteado más de miles de millones de fotografías y publicaciones hasta ahora, y el número aumenta rápida y exponencialmente. Sin embargo, las investigaciones y los estudios están demostrando rápidamente que, aunque las redes sociales ofrecen una oportunidad maravillosa para expresarse, también causan depresión, ansiedad e infelicidad entre sus usuarios. La gente sabe que lo que ve en las redes sociales no siempre es real, pero empieza a compararse con personas irreales y con sus lustrosas vidas. Si crees que las redes sociales te afectan demasiado, tómate un descanso para poner en orden tus prioridades.
Ser un lobo solitario
Ser un lobo solitario tiene cierto encanto, y las personas que se valen por sí mismas son vistas como misteriosamente atractivas y exitosas. Esta imagen, junto con la incapacidad de algunas personas para encontrar a los amigos adecuados, hace que mucha gente esté descontenta con su estatus, pero tampoco está dispuesta a cambiar su condición de «lobo solitario» porque teme que le hagan daño. Aunque a veces es necesario que nos alejemos de la gente, tener un buen apoyo social puede realmente protegernos contra la depresión y la ansiedad y otros tipos de enfermedades mentales. Búscate unas cuantas personas de las que siempre puedas depender, ya que esto tiene un gran efecto positivo en tu salud.
No tener límites
Muchos de nosotros no somos capaces de decir «no» incluso cuando sabemos que es la respuesta correcta. En un esfuerzo por complacer a todos los que nos rodean, tratamos de difuminar nuestros límites y participar en actividades que nos hacen infelices, temerosos e incluso pueden conducir a un deterioro de nuestra salud mental a largo plazo. Esto es especialmente cierto si te han educado para complacer a la gente que te rodea y no te han enseñado a poner límites. Los límites no sólo te protegen, sino que te dan un sentido más fuerte de ti mismo. Te ayudan a entender y priorizar los acontecimientos y las personas de tu vida.
Quejarse
Quejarse puede parecer divertido en un momento dado, sobre todo cuando te desahogas con personas y situaciones que te frustran. Ayuda a liberar algo de estrés, pero después de esto, en realidad no sirve de mucho. De hecho, incluso puede tener un efecto negativo en ti y puede provocarte más estrés y una actitud negativa. Quejarse puede incluso hacer que la gente que te rodea se canse de tu perspectiva de la vida y, antes de que te des cuenta, convertirte en una persona muy negativa. En lugar de quejarte, intenta ver cómo puedes afrontar los problemas que se te presenten o trata de encontrar una lección en cada situación negativa de tu vida.