Lo que los padres deben saber sobre las alergias en los bebés
A menudo se confunde la alergia en los bebés con un síntoma de enfermedad. Una serie de estornudos o un malestar estomacal pueden hacerle pensar que su bebé está enfermo. Antes de autodiagnosticar la enfermedad y correr a la consulta del médico, entendamos qué es realmente una alergia.
Las alergias son el resultado de una respuesta exagerada del sistema inmunitario a una sustancia externa aparentemente inofensiva llamada alérgeno. Algunos tipos comunes de alérgenos son el polen, el polvo, el moho en lugares húmedos de la casa, la caspa de las mascotas y alimentos como los cacahuetes, los frutos secos, los huevos, la leche y el marisco. Un niño puede entrar en contacto con los alérgenos respirándolos, comiéndolos, tocándolos o inyectándoselos en el cuerpo.
El sistema inmunitario reacciona ante estas sustancias como lo haría ante una bacteria, un virus o un parásito y lanza un ataque en forma de sustancias químicas corporales denominadas anticuerpos. Esta respuesta del sistema inmunitario provoca la aparición de síntomas como estornudos, tos, picor y goteo nasal, que pueden confundirse fácilmente con un resfriado común. La sobreproducción de anticuerpos también puede provocar erupciones, hinchazón o malestar estomacal.
A veces, una reacción grave del sistema inmunitario provoca síntomas potencialmente mortales como dificultad para respirar, vómitos, hinchazón de la cara, incluidos los labios, la garganta y la piel, palpitaciones, pérdida de conciencia, sudoración, enrojecimiento de la piel o piel de color azul. Esto se denomina shock anafiláctico o anafilaxia. En tal caso, debe marcar el número de emergencias o llamar a su médico inmediatamente.
Cómo diferenciar entre alergia y resfriado
Dado que los síntomas de varias enfermedades y reacciones alérgicas son bastante similares, puede ser difícil averiguar la diferencia entre ambas. Esté atento a estos signos.
Goteo nasal
Si tu bebé tiene una secreción nasal abundante y turbia, junto con fiebre, es indicio de una infección, un resfriado común. Los síntomas suelen desaparecer en una semana. Puedes visitar al pediatra para aliviar los síntomas.
Sin embargo, si la secreción mucosa es fina y acuosa, es un signo de alergia. Un resfriado puede desaparecer en unos 10 días, pero las alergias pueden atacar a menudo y persistir durante más tiempo.
Tos y sibilancias
La tos y las sibilancias se deben a la inflamación de las vías respiratorias provocada por una infección vírica. Las vías respiratorias sensibles pueden inflamarse con facilidad, provocando una respiración ruidosa en los bebés. La tos y las sibilancias también pueden ser síntoma de asma, pero esta enfermedad sólo se diagnostica en bebés de más de un año.
Si se trata de una alergia, tu bebé puede tener tos seca, que puede persistir y provocar sibilancias o respiración ruidosa. Las sibilancias indican que tu bebé tiene problemas para respirar. Otros signos de dificultad respiratoria son el aleteo de las fosas nasales, la respiración por la boca, la succión del pecho o el estómago al respirar, la irritabilidad y los signos de malestar.
Malestar estomacal
Un malestar estomacal puede deberse a una infección bacteriana o vírica. Tu hijo puede estar vomitando, tener diarrea o gases. Sin embargo, estos síntomas no se desarrollan necesariamente por alergias alimentarias. La ingestión de flemas con un componente alergénico podría incluso provocar irritación en el estómago.
Problemas cutáneos
Los bebés suelen desarrollar erupciones cutáneas en las primeras semanas tras el nacimiento, aunque desaparecen cuando tienen entre 2 y 3 meses. Sin embargo, también es el momento en que son más propensos a padecer afecciones alérgicas como el eccema, que puede desarrollarse en forma de manchas rojas que pican en las extremidades, la cara y el abdomen.
Otro tipo de alergia cutánea es la dermatitis de contacto. Puede desarrollarse en forma de enrojecimiento o inflamación de la piel debido al contacto con una sustancia determinada, como tela, jabón o lana.
Alergias oculares
Una alergia ocular puede parecerse mucho a una infección vírica como la conjuntivitis. Enrojecimiento de los ojos, ojos llorosos, sensación de picor y párpados pegados al levantarse por la mañana son algunos de los síntomas comunes tanto de la alergia como de la infección.
Otra diferencia entre las alergias y las enfermedades es que algunas de ellas, como el resfriado común, suelen aparecer en frío, mientras que las alergias, que pueden provocar estornudos y tos, pueden aparecer durante todo el año.
Prevención
Si descubres que tu bebé es alérgico a algo, lo primero que debes hacer es reducir su exposición a esa sustancia. Para identificar y prevenir las alergias, intenta mantener a tu mascota fuera de la habitación del bebé durante una semana y observa la diferencia. Cubre el colchón con fundas antipolvo y antialérgicas. Sustituye las almohadas de plumas por otras de espuma. Evita fumar dentro de casa y límpiala con regularidad. Lava la ropa del bebé con detergente hipoalergénico.
Presta atención cuando aparezcan los síntomas alérgicos de tu bebé: la alergia puede volver a aparecer si tu pequeño se expone al mismo alérgeno. Tener una alergia también puede hacerles más propensos a una enfermedad. Por ejemplo, los estornudos, las sibilancias o la tos pueden aumentar el riesgo de asma, infección de oído e infección sinusal.
Si los síntomas no cambian, consulta a un médico: lo más probable es que no sepas cuál es la causa de la alergia o que tu bebé haya contraído una infección y su organismo responda a ella.