Las carreras con mayor índice de depresión

Todos pasamos muchos años de nuestra vida estudiando para conseguir al final un trabajo que nos mantenga económicamente. Muchos de nosotros elegimos nuestras futuras carreras basándonos en lo que nos pagará más dinero, mientras que otros optamos por seguir nuestras pasiones durante un tiempo antes de pensar en la estabilidad financiera. Entre todos, sólo unos pocos encuentran un trabajo que les guste y les pague bien. Sin embargo, es posible que muchos de nosotros no comprendamos realmente hasta qué punto un trabajo puede pasarnos factura tanto física como mentalmente. Hay algunos trabajos que son muy necesarios para que la sociedad funcione, pero que también pueden afectar al bienestar mental de una persona. Muchas veces entramos en estos campos por elección propia, pero no sabemos muy bien cómo nos afectarán, y otras veces puede que hayamos aceptado un trabajo porque no teníamos otra opción. Los trabajos que se enumeran a continuación son muy estresantes y pueden requerir mucha fuerza mental para trabajar cada día. Acudir a un consejero de salud mental o encontrar formas de manejar el estrés de manera saludable puede aliviar parte de la presión que suponen estos trabajos.

Cuidadores

Las personas que trabajan en residencias de ancianos o en lugares donde la gente necesita ayuda a tiempo completo pueden sufrir mucho estrés. No sólo tienen que responsabilizarse de otra persona, sino que la mayoría de las veces tampoco se les agradece todo lo que hacen. Un día normal para alguien en este campo incluye alimentar, bañar, limpiar y cuidar a alguien, y aunque el trabajo tiene sus recompensas personales, puede ser difícil ver a alguien en su estado más vulnerable. Además, las personas a las que se cuida pueden resentir la dependencia que sienten y no reaccionar bien ante los cuidadores.

Trabajadores del sector de la alimentación

Muchas personas trabajan en el sector de la alimentación y ocupan diversos puestos, desde camareros a ayudantes de camarero o gerentes. Entre ellos, las personas que sirven la comida son más propensas a desarrollar episodios depresivos mayores. A los camareros no se les paga muy bien, tienen largas jornadas laborales y tienen que tratar con personas que no siempre son consideradas. Esto puede ser agotador física y mentalmente, y como están en el extremo inferior de la cadena, a menudo sienten que están a merced de sus jefes. Esta incapacidad para opinar, combinada con el hecho de enfrentarse a personas imprevisibles, puede ser muy estresante.

Trabajadores sociales

Los niveles de estrés de los trabajadores sociales son similares a los de los cuidadores. Tienen que enfrentarse constantemente a situaciones que son traumáticas, y tienen que ayudar a las víctimas y a las familias a afrontar todo lo que ha ocurrido. No sólo tienen que ser de los primeros en responder a un suceso de crisis, sino que también tienen que quedarse y hacer un seguimiento después de que todo se haya solucionado. Aunque se alaba mucho el trabajo que hacen, al final son los únicos que pueden ocuparse de su estado mental. Las personas que trabajan en este campo lo hacen porque quieren ayudar a la gente, pero a veces pueden sacrificarse demasiado y agotarse muy rápidamente.

Profesionales sanitarios

Los profesionales de la salud son médicos, enfermeros, terapeutas y otras profesiones que implican atender a enfermos y moribundos, y no siempre con éxito. Estas profesiones te exponen a diario a accidentes horribles y truculentos, casos complicados y trágicos, así como a la muerte. Este estrés constante va acompañado de horarios irregulares y prolongados que también afectan a la salud física del individuo. Al fin y al cabo, la vida de muchas personas está literalmente en manos de los profesionales sanitarios, y saber que eres lo único que se interpone entre la vida y la muerte puede ser una sensación muy estresante.

Trabajadores de mantenimiento

A los trabajadores de mantenimiento sólo se les llama cuando las cosas van mal, y no siempre se les respeta por el trabajo que desempeñan. Aunque nada funcionaría sin los trabajadores de mantenimiento, su profesión siempre suscita el aprecio de la gente a la que ayudan. Además, los horarios pueden ser largos e irregulares, y muchos también tienen que hacer turnos de noche. Por último, los trabajadores de mantenimiento también pueden sentirse aislados y solos. Es posible que lleven años trabajando para una empresa o en un lugar determinado sin que los demás les reconozcan realmente, y pueden sentirse infravalorados por todos sus esfuerzos.