La verdad sobre el aceite de coco y la grasa del vientre
El aceite de coco tiene una gran reputación. Todo el mundo parece estar obsesionado con él, especialmente cuando se trata de salud. Puede que incluso hayas oído que combate la grasa del vientre.
Esta afirmación tiene cierto mérito. Pero antes de untar cada comida en aceite de coco, echa un vistazo a la ciencia. Está muy lejos de ser una cura milagrosa.
Cómo combate el aceite de coco la grasa abdominal
1. Ácidos grasos de cadena media
El aceite de coco es una de las fuentes más ricas en ácidos grasos de cadena media (AGCM). No se degradan y almacenan como la mayoría de las grasas. En cambio, los AGCM se utilizan como energía, por lo que no contribuyen al crecimiento de la barriga.
Además, los AGCM no provocan resistencia a la insulina ni inflamación, dos factores de aumento de peso. El cuerpo sale ganando.
2. Termogénesis
Digerir el aceite de coco requiere mucho trabajo – ¡en el buen sentido! El proceso necesita mucha energía, por lo que se quema grasa para proporcionarla. Esto se llama termogénesis, y es una gran noticia para desterrar la grasa del vientre.
La clave está en un consumo de bajo a moderado. Según el European Journal of Clinical Nutrition, de 1 a 2 cucharadas soperas diarias pueden aumentar la termogénesis en un 5%, lo que la convierte en una excelente ayuda para el metabolismo.
¿Cuál es el truco?
El aceite de coco tiene muchos inconvenientes. A pesar de los MCFA «buenos», el 92% de la grasa del aceite de coco es saturada. Sí, esa es la grasa «mala» relacionada con el aumento de peso y la obesidad. También puedes encontrarla en la mantequilla, la manteca de cerdo y diversos alimentos.
Sólo una cucharada de aceite de coco ya tiene 11,2 gramos y 121 calorías. Pero para una persona que consume 2.000 calorías, la ingesta diaria de grasas saturadas debería ser inferior a 11 ó 13 gramos al día.
Tampoco es la mejor opción para las personas que padecen enfermedades cardiacas o tienen un riesgo elevado. Las grasas saturadas aumentan el colesterol «malo» LDL, un factor relacionado con las cardiopatías. La Asociación del Corazón incluso ha publicado una advertencia sobre el aceite de coco.
¿Cuál es la conclusión? Si no corres riesgo de padecer enfermedades cardiacas, el aceite de coco es seguro. Sólo asegúrate de limitar las grasas saturadas en otras partes de tu dieta. De lo contrario, para una persona en riesgo, el aceite de coco debe ser evitado.
Otras formas de combatir la grasa abdominal
El aceite de coco no funciona solo. Es sólo una parte de una rutina de bienestar multifacética. Para ayudar al cuerpo a quemar grasa, adopte estos hábitos saludables.
1. Evite las grasas saturadas y trans
Tanto si consumes aceite de coco como si no, limita u omite las grasas saturadas. Sólo favorecerán el aumento de peso y el crecimiento de la cintura.
Abandona también las grasas trans. Las galletas, los snacks y los alimentos fritos son las fuentes más ricas. Estas grasas son tan tóxicas que muchos países están intentando prohibirlas en la alimentación. El aumento de peso, las enfermedades cardiacas y el cáncer son sólo algunas de las afecciones relacionadas con ellas.
2. Haga cardio
Nada quema más grasa que la actividad física. Es más exigente que descansar, por lo que el cuerpo quema grasa para obtener energía. Basta con 30 minutos 5 días a la semana. No hace falta que corras una maratón. Caminar, bailar y nadar cuentan como ejercicio cardiovascular.
3. Levantar pesas
El entrenamiento de fuerza también es vital. Los músculos queman más energía que la grasa, aunque no te muevas. Esto hará maravillas por el metabolismo y tu vientre.
Para estar seguro, pregúntale a tu médico si está bien consumir aceite de coco. Él podrá decirte qué cantidad es segura para tu estado de salud.