La prevalencia de la neumonía neumocócica en los ancianos

Luchamos constantemente contra tantas enfermedades que algunas de ellas pueden pasar desapercibidas. La neumonía neumocócica es una de esas enfermedades que ha caído en el olvido. Sería erróneo decir que está reapareciendo entre las personas mayores porque, en primer lugar, nunca dejó de molestarlas.

Esta enfermedad puede no parecer tan grave porque hemos conseguido proteger a nuestros hijos de ella. Pero, por desgracia, es grave y por fin está llamando la atención de los profesionales de la medicina.

Tanto si es usted una persona mayor como si está relacionada con ella, debe conocer esta enfermedad para poder prevenirla. Afortunadamente, estamos equipados médicamente para prevenirla, pero nuestra ignorancia y negligencia nos han impedido hacer todo lo posible. La información es poder cuando se trata de esta enfermedad.

La anatomía de la neumonía neumocócica

Esta infección bacteriana puede ser causada por muchas cepas de bacterias neumocócicas. Esta enfermedad puede propagarse a través del contacto directo con personas infectadas. La saliva o la mucosidad de los pacientes infectados pueden propagar el germen de esta enfermedad.

Las bacterias neumocócicas infectan los pulmones y causan neumonía. Esta infección puede extenderse al torrente sanguíneo si no se trata, provocando así una bacteriemia. A continuación, puede invadir otros tejidos y causar infecciones sinusales, meningitis, etc. Esta es la razón por la que los médicos llaman a esta enfermedad invasiva, ya que es capaz de extenderse a las partes que normalmente están libres de infecciones.

Por lo tanto, es seguro decir que si esta infección se deja sin tratar, puede causar un efecto de bola de nieve de la enfermedad dentro de nuestro cuerpo.

¿Quién está en riesgo?

Además de los niños, los adultos mayores de 65 años también corren el riesgo de ser infectados por esta enfermedad. Los adultos con sistemas inmunitarios comprometidos, implantes cocleares, fugas de líquido cefalorraquídeo y otras enfermedades crónicas como enfisema, asma, afecciones pulmonares graves, etc., también entran en la categoría de «riesgo». Y las personas que fuman tampoco están a salvo de esta enfermedad infecciosa. Esto puede resultar chocante para muchos, ya que esta enfermedad se ha asociado a menudo con los niños resfriados. Pero lo cierto es que esta enfermedad invasiva puede afectar a los adultos tanto como a los niños.

Grave efecto en los ancianos

La inmunidad comprometida de los ancianos, junto con la ignorancia, han desempeñado un papel importante en la generalización de esta enfermedad. Los síntomas suelen ser más leves en los ancianos. Los síntomas más comunes son fiebre, deshidratación y alteración del estado mental. Y estos síntomas pueden parecer demasiado genéricos para dar la alarma a veces. Pero la detección precoz puede ayudar mucho a prevenir el empeoramiento de esta enfermedad.

La invención de la vacuna antineumocócica fue un gran hito en la historia de la medicina. Ahora hay vacunas antineumocócicas disponibles también para los ancianos. Pero, por desgracia, sólo unos pocos conocen estas vacunas y aún menos se vacunan.

La neumonía es una de las principales causas de muerte entre los ancianos. Alrededor del 90% de las enfermedades neumocócicas invasivas se dan en adultos. Más del 95% de las muertes por neumococo se producen en adultos. Y sin embargo, el 40% de los adultos mayores de 65 años siguen sin vacunarse.

La vacunación es la necesidad

La vacunación es la forma más sencilla de protegernos contra esta terrible enfermedad que se cobra miles de vidas cada año. Aunque las vacunas no nos pueden proteger a todos, sí que pueden reducir varias veces las posibilidades de contraer esta enfermedad.

Hay dos tipos diferentes de vacunas disponibles para las personas mayores. La vacuna antineumocócica conjugada se administra a los adultos mayores de 65 años y a los bebés menores de 2 años. Esta vacuna puede proporcionar protección contra 13 cepas de bacterias neumocócicas. Las personas con inmunidad comprometida también pueden recibir esta vacuna.

Otra vacuna es la vacuna neumocócica polisacárida, que puede proteger contra 23 cepas de bacterias neumocócicas. Esta vacuna está enormemente recomendada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades para todos los adultos mayores de 65 años y todos los mayores de 2 años que estén en riesgo.

Una nueva actitud hacia la salud puede cambiar nuestra vida

Ser proactivos con respecto a nuestra salud nunca puede darnos malos resultados. Por ello, es importante que hablemos con nuestros médicos y nos informemos sobre todas las vacunas que pueden ayudarnos a protegernos de las enfermedades potencialmente mortales. Podemos ayudar a los demás informándoles sobre esta enfermedad y las vacunas disponibles, colaborando con las organizaciones que se encargan de concienciar sobre este tema.

La información correcta y relevante puede cambiar nuestras vidas. Así que informémonos sobre esta enfermedad y hagamos algunos cambios para evitarla juntos.