Identificación y tratamiento de la alergia a las solanáceas

Las verduras de hoja caduca son muy nutritivas y versátiles. Sin embargo, no todos podemos disfrutar de sus beneficios. Especialmente si se padece alguna alergia alimentaria, intolerancia, síndrome del intestino irritable o enfermedades autoinmunes, se es más vulnerable a ser sensible a las verduras de hoja caduca.

Aunque hay más de 2.000 especies en esta categoría, los miembros más destacados y comestibles de este grupo de verduras son las patatas, los tomates, las berenjenas, los pimientos y los arándanos. Un miembro no comestible popular de este grupo es la planta del tabaco.

Alérgenos comunes en las solanáceas

Los alcaloides de las solanáceas son los responsables de provocar reacciones alérgicas en los seres humanos. Entre ellos se encuentran la solanina, la capsaicina y la nicotina.

Solanina

La solanina se encuentra en las patatas y no es tóxica a menos que se consuma en grandes cantidades. La característica distintiva de los metabolitos de la solanina es que se liberan en momentos de estrés. La tomatina es similar a la solanina y se encuentra en los tomates.

Es importante tener en cuenta que estos alcaloides están más concentrados en las partes de hoja verde de estas plantas. Por lo tanto, se aconseja no comer patatas que ya hayan empezado a brotar. Estas sustancias químicas son las principales responsables de la irritación del tracto gastrointestinal, que provoca síntomas como vómitos intensos y diarrea. Si no se trata, puede provocar deshidratación y muerte.

Capsaicina

La capsaicina es lo que hace que los pimientos sean picantes y deliciosos. Aunque se ha demostrado científicamente que tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos, en dosis elevadas puede ser irritante. Cuando la piel o las mucosas entran en contacto con la capsaicina, se produce inicialmente una sensación de quemazón que se reduce con el tiempo. Algunos estudios han revelado que puede provocar ardor de estómago y reflujo ácido en personas sensibles a ella.

Nicotina

La nicotina es probablemente el alcaloide más popular y se encuentra principalmente en las plantas de tabaco. Tiene la capacidad de mantener alejadas a las plagas, pero en los seres humanos puede tener un efecto adictivo. Aunque no consumas tabaco en ninguna de sus formas, no podrás escapar a los efectos nocivos de la nicotina. La nicotina está presente en casi todas las solanáceas comestibles. Esa es la razón por la que un paquete de patatas fritas te parece tan irresistible.

Síntomas de la alergia a las solanáceas

Los síntomas más leves de la alergia a las solanáceas son erupciones cutáneas, picor, congestión nasal, sibilancias o dificultad para respirar, náuseas y vómitos. Muchos experimentan problemas digestivos como hinchazón de estómago, diarrea, flatulencia, diarrea y estreñimiento. Sin embargo, los síntomas más graves incluyen dificultad para respirar, constricción de la garganta, mareos o pérdida del conocimiento.

Muchas veces las personas no son capaces de reconocer estos signos como indicadores de alergia a las solanáceas porque parecen solaparse con una alergia preexistente al gluten o a la lactosa.

Cómo afrontar la alergia a las solanáceas

Si sospechas que puedes ser alérgico a las solanáceas, lo mejor es que te hagas una prueba de alergia. Hacer modificaciones en la dieta es más fácil si conoces tus alergias alimentarias. Tendrías que dejar de comer plantas solanáceas y optar en su lugar por las que se indican a continuación.

Batatas y boniatos
Coliflor
Acelga
Apio
Rábanos
Setas
Especias como la pimienta blanca y negra
Tamarindo

El médico suele recetar antihistamínicos, aerosoles nasales o epinefrina si las reacciones son leves o moderadas. Si comes con conciencia, puedes prevenir estas alergias.