Hábitos sencillos que te ayudarán a controlar el acné adulto

Cuando eres adulto, no hay nada más aterrador que un acné que no cesa. Es como volver a la adolescencia. Sin embargo, el acné del adulto es muy real y te hace retroceder en el tiempo. Pero, ¿por qué aparece? ¿Y hay formas de detenerlo?

Para un número sorprendente de mujeres, estas son preguntas que dan vueltas constantemente en sus cabezas. El acné del adulto afecta al 45% de las mujeres de entre 21 y 30 años, al 26% de las de entre 31 y 40 años y al 12% de las de entre 41 y 50 años. Los brotes inflamatorios son más frecuentes en las mujeres jóvenes, mientras que el acné comedoniano afecta a las mayores y se desarrolla cuando los folículos pilosos se obstruyen. Independientemente de tu edad, el acné del adulto sigue siendo un dolor.

¿Qué causa el acné del adulto?

En la mayoría de los casos, la culpa la tienen los desequilibrios hormonales. En comparación con los hombres, las mujeres experimentan fluctuaciones más frecuentes, sobre todo en esa época del mes. Los antecedentes familiares también pueden influir.

¿Te ha salido algún brote después de probar un nuevo producto de belleza o medicamento? Deja de usarlo inmediatamente y es probable que tu piel se aclare.

Si el acné no puede atribuirse a ningún producto, los siguientes consejos te ayudarán.

Cómo tratar el acné adulto

Evita los productos lácteos

Si tienes intolerancia a la lactosa o eres vegano, es posible que los productos lácteos ya estén fuera de la lista de alimentos que puedes consumir. Pero si consumes productos lácteos, piénsalo mejor. Según un estudio de 2021, los productos lácteos aumentan los niveles de hormonas que favorecen el acné.

Ya sabes que la leche ayuda a crecer a los bebés mamíferos. Activa proteínas promotoras del crecimiento que mejoran la señalización del factor de crecimiento 1 similar a la insulina, o IGF-1, que también resulta ser la principal hormona de crecimiento de la pubertad. La principal función de esta hormona es aumentar la actividad celular, especialmente en las glándulas sebáceas. El resultado es más sebo, o grasa, que a su vez desencadena los granos. Incluso los aminoácidos de la leche favorecen el proceso.

No es mala idea evitar o limitar los productos lácteos para prevenir el acné adulto. Considera la leche enriquecida de almendras o avena y opta por productos no lácteos como el queso de anacardos o el yogur de coco.

Evita los cereales refinados

Aunque la bollería o el pan blanco ocasionales no causan acné, una dieta llena de cereales refinados ciertamente no ayuda. La alta carga glucémica reduce las proteínas de unión que normalmente controlan el IGF-1. A su vez, los niveles de IGF-1 aumentan, provocando que las hormonas sexuales monten una fiesta. El resultado son unas glándulas sebáceas más grandes y, por tanto, más sebo. Un estudio coreano llegó incluso a la conclusión de que las dietas con bajo índice glucémico reducen el tamaño de las glándulas sebáceas. Así que, claramente, merece la pena dejar la chatarra.

Cambia los cereales refinados por cereales integrales como el arroz integral, la cebada y la avena. Estos carbohidratos «buenos» reducirán el riesgo no sólo de diabetes tipo 2 y aumento de peso, sino también de acné.

Abandona los fritos

La comida frita no es la mejor idea para la cintura, el corazón ni la piel. Cuando los alimentos se fríen, se destruyen los nutrientes y se añaden calorías. Además, las grasas insaturadas se descomponen y crean grasas trans. Freír los alimentos también supone un problema para las grasas saturadas.

Por desgracia, tanto las grasas trans como las saturadas provocan la actividad del IGF-1. Incluso aumenta la respuesta inflamatoria en los folículos de la piel, lo que hace más probables los brotes.

Siempre que sea posible, evita los alimentos fritos, como los nuggets de pollo y los aros de cebolla. En su lugar, come alimentos al horno, al vapor o escalfados.

Controla el estrés

El estrés es una parte normal de la vida, pero puede hacer mella en tu cuerpo. Y tu piel no es una excepción. Cuando el estrés se acumula, aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto permite que la inflamación aumente y florezca, facilitando que los problemas de piel existentes empeoren. Si el estrés se acumula, también es más probable que comas más comida basura, como cereales refinados y fritos. Al fin y al cabo, la alimentación emocional es muy real. Haz del alivio del estrés una prioridad y tu piel te lo agradecerá.

Dejar de fumar

Se sabe que fumar reduce la reserva de antioxidantes del organismo. Esto puede alterar la composición del sebo y no en el buen sentido, creando un entorno ideal para el acné postadolescente. Además, disminuyen la circulación cutánea y la síntesis de colágeno. Fumar también aumenta la inflamación en los sistemas nerviosos central y periférico, lo que afecta a las células inmunitarias. Esto, a su vez, ralentiza la cicatrización de las heridas y acelera el envejecimiento de la piel.

Considere también el uso de remedios naturales como el aceite de árbol de té, el aceite de sándalo y la miel para tratar el acné del adulto. Sus propiedades antibacterianas harán maravillas con el acné sin necesidad de productos químicos.

Si ninguno de estos remedios funciona, visita a tu médico lo antes posible para descartar la posibilidad de una enfermedad subyacente como el síndrome de ovario poliquístico.