Formas de protegerse del riesgo de hepatitis vírica
La hepatitis vírica es una infección hepática frecuente y potencialmente mortal causada por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E. Los síntomas son náuseas, vómitos, dolor abdominal, fatiga, malestar general e ictericia. Los síntomas son náuseas intensas, vómitos, dolor abdominal, fatiga, malestar general e ictericia. Se calcula que unos 325 millones de personas en todo el mundo padecen hepatitis B crónica o hepatitis C crónica.
Diferentes tipos de virus de la hepatitis
Aunque existen diferentes tipos de virus de la hepatitis, la infección por el virus de la hepatitis C es la más común. Para saber cómo prevenir la hepatitis, es importante conocer qué tipo causa cada infección.
El virus de la hepatitis A se contagia al consumir bebidas o alimentos contaminados con las heces de una persona infectada.
La hepatitis B se transmite al recién nacido de una madre infectada durante el parto. Este tipo también puede propagarse por intercambio de fluidos corporales contaminados, como sangre y semen.
La hepatitis C también se contagia por exposición a la sangre de una persona infectada. Este tipo se observa con frecuencia en consumidores de drogas intravenosas y en el uso inseguro de inyecciones.
La hepatitis D se transmite por contacto con sangre infectada.
La hepatitis E se propaga principalmente a través del agua potable contaminada.
Aunque se trata de una enfermedad muy temible, la hepatitis vírica puede prevenirse adoptando algunas medidas sencillas como parte de su estilo de vida. He aquí 6 maneras de evitar el riesgo de hepatitis vírica y proteger la salud de su hígado.
Lavarse las manos obligatoriamente
Lavarse las manos con un jabón o líquido medicado durante al menos 3 minutos debería convertirse en una norma para todo el mundo. Los patógenos nocivos, incluidos los virus de la hepatitis, pueden refugiarse en las manos y penetrar en el organismo si las manos permanecen sucias. Especialmente si se es personal sanitario, debe seguirse esta norma meticulosamente. La higiene adecuada de las manos mediante lavados o desinfectantes debe practicarse varias veces al día.
No beba ni coma de forma arriesgada
Lavar cualquier fruta o verdura antes de comer puede reducir las probabilidades de que los alimentos estén contaminados. Incluso a la hora de beber agua, opte por agua purificada o hervida y enfriada. Si viaja a menudo, utilice agua embotellada y evite el hielo. Los investigadores han descubierto que las personas que comen crustáceos crudos como ostras, almejas y mejillones también pueden infectarse de hepatitis A. Por lo tanto, evite poner en peligro su salud comiendo y bebiendo limpio.
Evite la exposición a sangre infectada
Si usted es cuidador o profesional sanitario, debe tener doble cuidado para protegerse de pinchazos accidentales al manipular pacientes infectados. Al igual que el VIH, las hepatitis B y C son comunes entre los drogadictos que comparten agujas.
Practicar sexo seguro
Al igual que cualquier otra enfermedad de transmisión sexual, la hepatitis también puede contagiarse por contacto sexual sin protección. Por el bien de tu pareja y el tuyo propio, utiliza preservativos cuando mantengas relaciones sexuales. El contacto directo con sangre, semen, secreciones vaginales y heces durante el coito con una pareja infectada puede aumentar las probabilidades de contraer la enfermedad.
Evite los procedimientos cosméticos en entornos no estériles
Los tatuajes, los piercings y los pies y uñas bien cuidados tienen muy buena pinta. Sin embargo, antes de someterte a un procedimiento de este tipo, fíjate bien en el salón de belleza o de tatuajes en el que te encuentras. Acuérdate de contratar los servicios de un tatuador o esteticista de renombre. Asegúrate de que el equipo utilizado para el procedimiento es nuevo y está esterilizado.
Los estudios han revelado que tatuarse es tan arriesgado como compartir agujas infectadas y transfusiones de sangre. Cuando necesites una manicura o pedicura profesional, llévate tu cortaúñas y limas personales para evitar el riesgo de contraer una infección.
Vacúnese contra la hepatitis
La mejor forma de prevenir una infección de hepatitis potencialmente letal es vacunarse de forma preventiva contra la hepatitis A y B. Puede administrarse en 2-3 dosis y se recomienda específicamente a los viajeros que visitan lugares con malas condiciones sanitarias. Se aconseja vacunarse incluso a los profesionales sanitarios que estén en contacto con pacientes. Las vacunas pueden protegerle durante unos 15-20 años frente a una infección.
A pesar de ser una enfermedad prevenible, la incidencia de enfermos de hepatitis va en aumento. Adopte los consejos anteriores y prevenga el riesgo de contraer la infección.