Formas de gestionar la depresión en los empresarios

Hoy en día, el mundo está protagonizado por el nacimiento y la muerte de nuevas empresas. Son muchos los países que ofrecen oportunidades y apoyo gubernamental y de instituciones privadas para que todo emprendedor en ciernes tenga éxito. El boom de las start-ups no ha hecho más que empezar y puede cambiar el mundo tal y como lo conocemos en los próximos 20 años. Pero las empresas no surgen de la nada tras duros esfuerzos y sacrificios. Incluso si una persona pone todo lo que tiene para abrir una pequeña empresa, ésta puede fracasar. Tomemos el ejemplo de Blackberry. La empresa dominaba la industria de la telefonía móvil en todo el mundo, pero murió rápida y repentinamente cuando aparecieron otras opciones para teléfonos móviles. Ninguna empresa ni persona está a salvo de las fluctuaciones del mercado y del fracaso empresarial. Esto pone a muchos empresarios en una situación muy difícil. Tienen que dedicarse a trabajar por las pequeñas raíces de su negocio 24 horas al día, 7 días a la semana, hasta que puedan alcanzar cierto nivel de éxito. Esto puede llevar desde meses hasta años, lo que deja a muchos empresarios vulnerables a trastornos como la depresión y la ansiedad.

En el mundo de los negocios, cualquier tipo de trastorno emocional basta para hundir una empresa. La confianza reina en el mundo de los negocios, y cualquier desviación de la misma significa una pérdida de fe y confianza por parte de los inversores. Por eso, la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas se abstienen de hablar de sus problemas emocionales con nadie. Esto puede ser un bucle negativo muy peligroso porque las crecientes luchas financieras y personales de mantener un negocio en marcha pueden afectar gravemente al bienestar mental, pero pedir ayuda para estas luchas significa que los problemas del negocio pueden empeorar potencialmente. Parece que no hay salida para muchas personas que se enfrentan a la depresión, lo que puede dar lugar a hábitos negativos como comer en exceso y abusar del alcohol, el tabaco y las drogas recreativas. Si ocurre lo peor, como el fracaso de un negocio, el golpe puede ser lo bastante angustioso como para provocar pensamientos suicidas. Los empresarios no sólo son más propensos a desarrollar depresión, sino que además luchan solos contra ella la mayor parte del tiempo. Si has estado luchando contra la depresión y eres empresario, a continuación te ofrecemos algunos puntos que quizá quieras tener en cuenta.

Replantearse

Es una dura verdad que un buen número de empresarios no están hechos para ser empresarios. Muchos se meten en la creación de una empresa por presión familiar o porque les atrae la fantasía y el glamour de un supuesto éxito sin saber cuáles son las exigencias y los sacrificios. Un empresario de éxito tiene cierta personalidad que le empuja a triunfar. Asume riesgos, no se deja intimidar por la exigencia de importantes sumas de dinero y tiene intuición para tomar las decisiones correctas, por ejemplo. No todo el mundo tiene estos rasgos, y no hay nada malo en ello. Tomar la decisión de anteponer tu futuro y aceptar un trabajo estable con un sueldo fijo puede asegurarte más que repetidos intentos fallidos de ser emprendedor.

Conócete a ti mismo

Nunca podrás tener una buena idea de lo que conseguirás como empresario si no conoces tus puntos fuertes y también tus puntos débiles. Muchas personas siguen adelante con sus ideas pensando que sus puntos fuertes son lo suficientemente buenos como para compensar sus puntos débiles. Conocer sus puntos débiles puede ahorrarle muchos disgustos en el futuro, porque nunca se sabe cómo estos defectos pueden afectar a su juicio. Consultar a un profesional que pueda hacerle un análisis en profundidad de su personalidad es una buena opción antes de emprender un nuevo negocio. Otra buena forma de contrarrestar esto durante las etapas intermedias podría ser contratar a personas cuyas personalidades sean diferentes, pero que puedan complementar la tuya. De este modo, ambas partes pueden compensar las carencias.

Desconecta

Hoy en día, el principal culpable de la depresión y la ansiedad son las redes sociales. Nos ahogamos en un inmenso mar de información sobre personas que utilizan sitios como Facebook, Instagram y Twitter para anunciar los grandes momentos de su vida. Aunque esto puede mostrarnos las diversas posibilidades positivas de nuestra propia vida, la mayoría de las veces tiene el efecto contrario. Empezamos a comparar nuestros fracasos con sus éxitos y acabamos sintiéndonos peor con ellos. Desconectar por completo durante un tiempo te ayudará a recuperar la claridad sin tener que preocuparte por cómo les va a los demás.

Señales de alarma

Esté atento a las señales de advertencia que acompañan a la depresión: insomnio o sueño excesivo, falta de concentración, falta de apetito, irritabilidad, letargo, pérdida de interés por todo, aislamiento, pérdida o aumento de peso, cambios repentinos de humor, miedo, desesperanza, impotencia y agotamiento mental y emocional. Si estos signos han sido constantes en su vida, puede que haya llegado el momento de que busque un cambio en su estilo de vida y algo de ayuda. Los cambios en el estilo de vida incluyen una dieta mejor, la incorporación del ejercicio a su vida, un horario de sueño saludable, la reducción de comportamientos nocivos como el consumo de alcohol y drogas, y el aumento de la interacción social.

Buscar ayuda

Por último, si las cosas parecen estar demasiado fuera de control y tienes pensamientos e ideas suicidas, sin duda es el momento de pedir ayuda a alguien. Si tienes que elegir entre calidad de vida y un negocio próspero, tu vida siempre debe ser lo primero. Un terapeuta o consejero está capacitado para ayudarte a guiar tus pensamientos y sentimientos hacia un mayor bienestar emocional. La depresión te pasa factura personalmente, y sin duda es lo suficientemente fuerte como para afectar a la forma en que diriges un negocio. Tomarte un tiempo para recuperarte puede permitirte volver a la empresa con ideas y entusiasmo renovados, y ayudar a reactivar también tu negocio.