Formas de afrontar la ansiedad por la tecnología
El siglo XXI está dominado por la tecnología. Todo nuestro mundo se condensa en pequeñas pantallas que ofrecen servicios que van desde la información hasta el entretenimiento.
La imagen de personas con la cara enterrada en sus teléfonos es el sello de nuestra generación. De ahí que se pueda decir que todos estamos atrapados en este mundo. Pero, últimamente, las investigaciones han analizado las implicaciones de la tecnología en la salud mental, tal y como se utiliza hoy en día. Y resulta que nuestra dependencia de la tecnología puede provocar ansiedad. Antes de pasar a analizar las formas de abordar esta cuestión, es importante entender en qué consiste esta forma de ansiedad.
¿Qué es la ansiedad tecnológica?
Las asociaciones psiquiátricas occidentales no reconocen formalmente el término «ansiedad por la tecnología», pero sí reflexionan sobre las consecuencias negativas de su uso. De hecho, investigaciones recientes han arrojado luz sobre el efecto de los rápidos cambios tecnológicos en los seres humanos. Y, algunos «subproductos psicológicos» de la tecnología son
Baja capacidad de atención: La tecnología ha llevado a una era de multitarea. Y los estudios indican que esto conduce a una disminución de la capacidad de atención, depresión y ansiedad social.
Poca paciencia: Nos hemos acostumbrado a los resultados instantáneos. De ahí que los retrasos se reciban ahora con frustración y enfado.
Evitar la interacción cara a cara: La tecnología se ha convertido en el principal modo de comunicación en los últimos tiempos, por lo que la mayoría de nosotros acaba enviando mensajes de texto a personas que podrían estar en la misma habitación que nosotros.
Obsesión por «estar al día»: La información nueva inunda las interwebs cada día. Y eso hace que la mayoría de la gente se esfuerce por mantenerse al día. La incapacidad de hacerlo puede llevar a una preocupación excesiva.
Todos estos factores reflejan los signos de ansiedad reconocidos por todas las asociaciones psiquiátricas. Además, la tecnología podría llevar a desarrollar un sentido sesgado de la realidad y a la depresión debido al abuso o al acoso en línea. Todos estos factores apuntan a la necesidad de encontrar formas de gestionar la ansiedad tecnológica.
1. Apagar el teléfono por la noche
Las investigaciones indican que la mayoría de las personas son adictas a sus teléfonos. Esto les provoca ansiedad cuando se alejan de sus teléfonos aunque sea por un rato. Esto, a su vez, les lleva a comprobar sus teléfonos por la noche. Y, revisar los teléfonos se ha convertido en una causa común de insomnio en la mayoría de las personas.
Además, se cree que la mayoría de las personas adictas a los teléfonos móviles tienen una baja autoestima y malas relaciones sociales. Esto hace que quieran estar en contacto constante con la gente a través de sus teléfonos. Estar lejos de sus móviles puede hacer que las personas experimenten ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño, temblores, insomnio y problemas digestivos.
Por eso, si quieres reducir la ansiedad que provoca el uso del móvil, apágalo antes de irte a dormir cada día. Esto evitará que lo cojas cada vez que te despiertes para ir al baño o beber agua.
2. Quedar en lugar de enviar mensajes de texto
La interacción a través de las redes sociales puede alejarte de desarrollar relaciones fuera de una pantalla. Esto, a su vez, puede provocar ansiedad social y la necesidad de enviar mensajes de texto constantemente para mantenerse en contacto.
En lugar de eso, sal a conocer gente para tener conversaciones cara a cara. Esto te ayudará a ser sensible al lenguaje corporal y a otras señales sociales.
3. Deja de compararte
Las redes sociales han llevado a muchos de nosotros a medir nuestra autoestima en función de los likes y los comentarios. Esto nos lleva a rumiar las cosas que hemos publicado. La mayoría de nosotros puede incluso volver a ver nuestras publicaciones varias veces para comprobar cuántos «me gusta» hemos obtenido.
Para hacer frente a la ansiedad provocada por esto, lo más sencillo (y a la vez más difícil) sería dejar de compararse con los demás. Recuérdate que no hay dos personas iguales y que las respuestas de las redes sociales no pueden juzgar tu valía.
4. Apagar las notificaciones
Los estudios afirman que los smartphones potencian el miedo a perderse algo, conocido popularmente por el término millennial «FOMO». Además de esto, consultar constantemente el teléfono puede provocar estrés, menos productividad y ansiedad. Así que asegúrate de desactivar las notificaciones de la mayoría de las aplicaciones. Esto evitará que mires tu teléfono cada vez que suene.
La ansiedad tecnológica puede no parecernos tan real como otros trastornos de salud mental. Sin embargo, basta con echar un vistazo a los síntomas para saber que la mayoría de nosotros se siente identificado con al menos uno de ellos. Aunque no es fácil abandonar nuestra dependencia de la tecnología de la noche a la mañana, incorporar los consejos anteriores a nuestra vida diaria es un buen comienzo para disminuir la ansiedad.