Enfermedades que los médicos suelen diagnosticar mal
Siempre que experimenta un problema de salud, como dolores repentinos en distintas partes del cuerpo, náuseas, problemas digestivos u otros síntomas extraños, acude directamente al médico. Confía en que diagnosticará su problema de salud con precisión y se asegurará de que recibe el tratamiento adecuado. Pero, ¿y si el médico, al que tanto confías tu vida, se equivoca? Los casos de médicos que se equivocan al diagnosticar una enfermedad son bastante frecuentes. A veces, los síntomas de una enfermedad pueden no ser específicos de esa enfermedad concreta y diferir de una persona a otra. Las probabilidades de que le diagnostiquen mal aumentan si padece una enfermedad muy común o muy rara. Éstas son las enfermedades que los médicos suelen diagnosticar erróneamente.
Lupus
El lupus es una enfermedad inflamatoria crónica. Su signo más prominente es una erupción en forma de mariposa en la mejilla, pero no todos los pacientes desarrollan esta erupción. En estos casos, resulta muy difícil diagnosticar la enfermedad con precisión. El lupus afecta a los riñones, el cerebro, los pulmones, la piel y las articulaciones, lo que dificulta aún más el diagnóstico. Para diagnosticarla, hay que someterse a un examen físico completo y a análisis de sangre y orina.
Enfermedad de Lyme
Las picaduras de garrapata son muy peligrosas y pueden causar la enfermedad de Lyme. Los pacientes suelen desarrollar una erupción cutánea, pero no en todos los casos. Sus síntomas son fatiga, rigidez, dolores de cabeza, dolores musculares y articulares y otros síntomas parecidos a los de la gripe, que pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades. Un análisis de sangre puede confirmar la presencia de anticuerpos de la enfermedad de Lyme, pero estos anticuerpos tardan en aparecer en la sangre. Dado que los análisis de sangre no son completamente fiables, las personas pueden incluso sufrir durante un año antes de que se diagnostique con exactitud la enfermedad de Lyme.
Celiaquía
La celiaquía es una reacción inmunitaria al gluten, que provoca una inflamación del intestino delgado. La principal razón por la que esta enfermedad suele diagnosticarse erróneamente es que presenta muchos síntomas que varían de una persona a otra y algunas personas no muestran ningún síntoma. Las personas que padecen esta enfermedad tienen problemas digestivos cuando ingieren gluten y aproximadamente la mitad de ellas experimentan diarrea y pérdida de peso. Otros síntomas de la celiaquía son dolores de cabeza, reflujo ácido, dolor articular y picor en la piel.
Fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad crónica que provoca dolor muscular y articular, ansiedad y fatiga. Lo extraño de esta enfermedad es que cuando las personas se quejan de sus dolores persistentes, no parece haber ninguna causa física. En estos casos, los médicos suelen diagnosticar la enfermedad como fibromialgia. En muchos casos, esta enfermedad se confunde con la artritis reumatoide y el lupus.
Hipotiroidismo
La glándula tiroides es responsable de la producción de hormonas tiroideas que ayudan a regular los procesos metabólicos del cuerpo. En el caso del hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce una cantidad suficiente de hormonas tiroideas. El desequilibrio hormonal provoca fatiga, piel seca, aumento de peso, debilidad y dolor muscular. Estos síntomas suelen confundirse con los de la fibromialgia y la depresión. Dado que es frecuente en mujeres mayores, los síntomas suelen atribuirse al deterioro de las funciones corporales debido a la edad.
Infarto de miocardio
Un infarto de miocardio es potencialmente incapacitante y mortal, por lo que nunca deben pasarse por alto sus primeros síntomas. En muchos casos, los jóvenes con síntomas tempranos de ictus suelen ser diagnosticados erróneamente de intoxicación etílica, migraña o vértigo. Un ictus puede producirse a cualquier edad, por lo que nunca hay que ignorar sus síntomas, como dolor de cabeza intenso, confusión, problemas de visión, caída de un lado de la cara, dificultad para hablar y debilidad en el brazo. Si usted o alguien que conoce experimenta estos síntomas, no debe perder tiempo en pedir ayuda.
Apendicitis
La apendicitis es una afección en la que se inflama el apéndice, un tubo de entre 6 y 10 centímetros de longitud que sale del intestino grueso. Sus síntomas son dolor en la zona del ombligo, náuseas y fiebre leve. En algunos casos, la apendicitis no se diagnostica porque el apéndice de una persona puede estar apuntando hacia atrás debido a lo cual puede experimentar dolor de espalda, lo que lleva a un diagnóstico erróneo. En otros casos, el apéndice puede romperse y el dolor remitir al cabo de un tiempo, lo que hace pensar que no hay de qué preocuparse. Pero puede ser potencialmente mortal si los fluidos intestinales se filtran y causan una infección.
Nunca hay que tomarse a la ligera un dolor repentino o una sensación extraña en cualquier parte del cuerpo. Debe ser consciente de su cuerpo y someterse a una exploración física periódica. Si no estás satisfecho con el diagnóstico de un médico, siempre puedes pedir la opinión de otro para estar más seguro.