El transporte público puede aumentar el riesgo de enfermedad

La respuesta directa a esta pregunta es «sí» y «no». Sí, porque se entra en contacto con más gente y se está expuesto a diversas superficies del transporte público que pueden ser caldo de cultivo de bacterias.

No, porque si tu nivel de inmunidad es alto o si tomas las medidas de precaución adecuadas, no contraerás ninguna enfermedad.

Aunque el transporte público es un caldo de cultivo de suciedad y de numerosas bacterias y virus causantes de enfermedades, no hay pruebas concluyentes de que las personas que viajan en transporte público enfermen más a menudo. Especialmente durante la temporada de gripe, es frecuente oír a la gente estornudar y toser en el autobús o los trenes. Algunas personas con niveles muy bajos de inmunidad pueden empezar a sentir los síntomas de la enfermedad con bastante rapidez. Y, al final del día, llegan a tener el «paquete completo» de síntomas como dolor de garganta, picor de nariz, fiebre, dolores corporales, catarro y tos.

Sin embargo, las personas con alta inmunidad son menos susceptibles de contraer enfermedades, independientemente de si viajan en transporte público o en su propio vehículo. En realidad, utilizar el transporte público te expone constantemente a los gérmenes y te hace inmune a ellos.

Enfermedades comunes que puede contraer utilizando el transporte público

Resfriado común

El resfriado común está causado por diferentes cepas víricas que también pueden transmitirse por vía aérea. A menudo, la mayoría de estos virus causantes de enfermedades permanecen activos en superficies como reposabrazos, asideros, mesas de bandeja y postes de apoyo durante varias horas. Cuando entras en contacto con estos objetos y luego te tocas la cara, transfieres estos gérmenes a tu cuerpo. Por tanto, es importante lavarse las manos o, al menos, abstenerse de tocarse la cara o consumir alimentos sin lavarse las manos. Desinfectar las superficies que te rodean también ayuda a reducir la posibilidad de contraer estos gérmenes.

Gripe

Los virus de la gripe suelen viajar por el aire a través de pequeñas gotitas que se desprenden cuando una persona enferma tose, estornuda o incluso habla. Los sistemas de transporte público, como aviones, trenes y autobuses, son las zonas de peligro, ya que la gripe puede propagarse fácilmente debido a su proximidad con otras personas. Viajar en avión supone un alto riesgo, ya que el aire seco de la altitud reduce las defensas inmunitarias naturales de nuestro organismo, lo que facilita la entrada del virus en el cuerpo.

Meningitis vírica

Aunque las probabilidades de contraer meningitis vírica en los transportes públicos son muy bajas, se transmite a través de las secreciones respiratorias de una persona infectada. En cambio, la meningitis bacteriana es más peligrosa y mortal. No se propaga como la meningitis vírica y usted no es vulnerable a ella a menos que consuma alimentos o bebidas de una persona que padezca esta enfermedad. Asegúrese de no compartir nunca una taza de café, cucharas o platos de un compañero de viaje. La meningitis bacteriana no se contagia por contacto casual o simplemente por respirar el mismo aire que alguien con esta enfermedad.

Tuberculosis

Aunque es muy raro contraer la bacteria que causa la tuberculosis, es posible. De nuevo, las gotitas en el aire son el principal medio de propagación de la bacteria de una persona a otra. Puede contraer tuberculosis al inhalar la bacteria cuando una persona que padece la enfermedad tose, estornuda, escupe o habla. Afortunadamente, la tuberculosis no es tan contagiosa como el resfriado o la gripe. Los expertos señalan que es más probable contraer la bacteria causante de la tuberculosis de alguien con quien se vive o trabaja que de un desconocido en un transporte público.

Datos alarmantes

Los usuarios del transporte público tienen seis veces más probabilidades de sufrir infecciones respiratorias agudas, y los usuarios ocasionales son los que corren mayor riesgo. Los que viajan todos los días pueden desarrollar inmunidad a los virus, lo que les hace menos vulnerables a la enfermedad que los que sólo viajan de vez en cuando.

Los estudios han demostrado que, de media, las personas se tocan la cara 16 veces por hora.

Los postes y correas metálicos que los pasajeros tocan a menudo están contaminados con microbios y bacterias.

El acero inoxidable es una buena superficie de transferencia y cerca del 50% de los gérmenes de esos postes son recogidos por las manos humanas, lo que los convierte en grandes portadores del virus del resfriado y la gripe.

Los ojos, la nariz y la boca son portales directos de infección y puede reducir mucho el riesgo evitando tocarse la cara.

Métodos preventivos

Durante la temporada de gripe y resfriados, asegúrese de que su cuerpo está bien hidratado consumiendo abundantes líquidos y descanse lo suficiente. Esto puede reforzar su sistema inmunológico y evitar que desarrolle enfermedades.

Después de bajar del transporte público, lávese bien las manos antes de comer nada o tocarse la cara.

Desinféctate las manos con un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol.

Consume alimentos y suplementos naturales que puedan mejorar tu inmunidad.