Desmontando los 5 mitos más extendidos sobre el estrés
Nos sentimos estresados porque nuestras vidas están perpetuamente llenas de desagradables giros argumentales y porque, a veces, simplemente forma parte del paquete cuando te has labrado una carrera de éxito.
Todos compartimos estas sorprendentes nociones sobre el estrés. Pero en serio, chicos, estáis equivocados.
Es porque perpetuamos esas extrañas teorías sobre el estrés por lo que nuestro cerebro empieza a sudar a mares, poniendo en grave riesgo nuestra salud mental. Por tanto, es hora de acabar de una vez por todas con estos conceptos erróneos. Para contribuir a la causa, he aquí un resumen de los 5 mitos más populares sobre el estrés de los que hemos oído hablar.
1 Mito: El estrés proviene de las situaciones
La verdad: El estrés proviene de los pensamientos que tenemos sobre nuestras situaciones.
Básicamente, todos somos pensadores de nacimiento. Es un rasgo que hemos heredado de nuestros antepasados neandertales, cuyos cerebros fueron diseñados para centrarse en la supervivencia con el fin de promover la longevidad de la raza humana. Así que, naturalmente, identificar posibles señales de riesgos y peligros y recordarlas se convirtió en parte integrante de esta estrategia de supervivencia. Así que, con el paso de los años, nuestro cerebro simplemente ha evolucionado hasta hacerse más inteligente a la hora de cazar malas noticias y almacenarlas en nuestra memoria a largo plazo.
Para colmo, las emociones negativas suelen requerir pensar mucho más. Acabamos pasando horas rumiándolas hasta exagerarlas una barbaridad. Esta versión sobreanalizada se almacena en nuestro cerebro cuando en realidad el problema es probablemente minúsculo.
Por lo tanto, es necesario empezar a entrenar el cerebro para que piense en positivo. Esto detendrá en seco a tu cerebro negativo que piensa en exceso y te ayudará a valorar mejor cualquier tipo de situación en la que te encuentres.
2 Mito: El estrés sólo lo provocan los acontecimientos negativos
La verdad: el estrés lo causa cómo te sientes ante cualquier acontecimiento.
Planificar el día de tu boda, que suele ser uno de los momentos más felices de la vida de la mayoría de las personas, puede ser tan estresante como luchar contra una crisis financiera.
¿Recuerdas lo que te dijimos sobre el cerebro? Se ha entrenado a sí mismo para pensar negativamente con el fin de estar preparado para el peor resultado posible, lo que, a su vez, influye en tus sentimientos. Esto ocurre independientemente de si el acontecimiento es feliz o triste. Así que si te sientes entre la espada y la pared, debes saber que no es por la situación en la que te encuentras, sino porque estás dejando que tu cerebro te diga que algo malo puede ocurrir.
¿La solución? Una vez más, nos repetimos: entrena a tu cerebro para que tenga pensamientos positivos sobre cualquier situación y automáticamente te sentirás mucho menos nervioso.
3 Mito: No puedes evitar sentirte estresado
La verdad: No. ¡Puedes y debes evitarlo!
Ya sabes que el estrés no es más que una respuesta natural incorporada que tu cerebro y, en consecuencia, tu cuerpo han desarrollado a lo largo del tiempo. Sin embargo, no te equivoques pensando que no puedes hacer nada al respecto.
Si sigues ignorando tus ataques de estrés, tu mente seguirá trabajando en múltiples escenarios de «qué pasaría si…». Y aunque lo único que te estresa es tu mente, tu cuerpo seguirá poniéndose en modo «lucha» como si se tratara de una grave cuestión de supervivencia. En realidad, no hay ningún invasor contra el que luchar, y sólo conseguirás hacerte daño a ti mismo. Así que el estrés de tus ataques de pánico innecesarios no sólo puede hacerte daño, sino que también puede matarte.
Del mismo modo que utilizarías estrategias de crianza para enseñar a tu hijo a compartir, tienes que practicar activamente estrategias de gestión mental para evitar que tus pensamientos se descontrolen. Hacer esto no sólo supondría una mejora gigantesca en términos tanto de tu salud mental como física.
4 Mito: Hacer ejercicio puede ayudar a resolver el estrés
La verdad: Hacer ejercicio sólo puede aliviar los síntomas del estrés.
Las estrategias de control del estrés como el ejercicio no se centran en el problema principal: tus pensamientos sobre lo que está ocurriendo en tu vida. Así que, aunque hacer ejercicio puede ayudar a aliviar los efectos del estrés, no resuelve la causa, por lo que el estrés vuelve a perseguirte una y otra vez.
Una estrategia más eficaz sería enseñarse a uno mismo a centrarse en las cosas buenas que suceden en la vida, aunque se trate de pequeños momentos de alegría que de otro modo parecerían intrascendentes. Una buena forma de hacerlo es llevar un diario de agradecimientos.
También deberías aprender a reconocer tus puntos desencadenantes de estrés y entrenarte para pensar y reaccionar de forma diferente en situaciones difíciles, de modo que ya no seas vulnerable a sentirte estresado y ansioso.
5 Mito: ¿No hay síntomas? ¡No estás estresado!
La verdad: Probablemente no eres consciente de cómo reacciona tu cuerpo al estrés.
Existen unas 50 formas «comunes» en las que el estrés afecta a una persona. La razón principal de esto es que el estrés afecta a cada individuo de manera diferente, ya que tiene mucho que ver con los pensamientos de una persona. Así que el hecho de que no experimentes los llamados síntomas «típicos» del estrés no significa que no estés estresado. Más bien, es probable que no seas consciente de cómo reacciona tu cuerpo al estrés.
Si te enfrentas a misteriosos y frecuentes ataques de alergia o a un repentino aumento o disminución del apetito, lo más probable es que la causa sea el estrés.