Deshidratación durante el embarazo, causas y riesgos

Si notas sed frecuente, piel seca, labios resecos y mareo, estás deshidratada. La deshidratación durante el embarazo es bastante peligrosa y no debe tomarse a la ligera. No sólo afecta a tu salud, sino también a la de tu hijo.

¿Cuánta agua hay que beber?

La cantidad estándar recomendada por los expertos es de ocho a diez vasos al día. Esto incluye zumos, bebidas y otras fuentes de agua. Pero lo ideal es que la primera opción sea agua sola. Otras bebidas contienen calorías además de agua. Durante el embarazo, el cuerpo necesita más agua, ya que tiene muchas otras funciones adicionales. El agua contribuye a la formación de la placenta y, posteriormente, de la bolsa amniótica. La placenta es el medio por el que el feto recibe los nutrientes.

Causas de la deshidratación durante el embarazo

La deshidratación puede deberse a varias causas, como las náuseas matutinas, la diarrea, los viajes, la falta de líquidos en el cuerpo, el sobrecalentamiento o la humedad. En general, el embarazo provoca una mayor pérdida de agua. Si no se repone esta pérdida, se produce deshidratación.

Las náuseas matutinas son la principal causa de pérdida de agua o deshidratación durante el embarazo. La mayoría de las mujeres experimentan náuseas matutinas durante el embarazo. Los síntomas incluyen náuseas, vómitos, micción frecuente y sudoración. Normalmente, las náuseas matutinas duran hasta el segundo trimestre, pero algunas mujeres las experimentan también en el tercer trimestre. Al perder agua, la sensación de náuseas durante las náuseas matutinas no permite beber líquidos.

La diarrea se debe a cambios hormonales, hábitos dietéticos o aversión a algunos alimentos. La diarrea provoca la pérdida de electrolitos y líquidos en el organismo, causando deshidratación.

Habla con tu médico para que te indique el mejor régimen de ingesta de agua para ti y tu bebé. Hay muchos factores de los que depende, como tu peso corporal, el clima y tu dieta.

Además, hacer ejercicio en climas cálidos, la humedad y el sobrecalentamiento también provocan deshidratación.

Síntomas de la deshidratación

La deshidratación puede reconocerse con una lista de síntomas o signos como:

  • Mareos, vértigo.
  • Sed frecuente.
  • Dolor de cabeza, migrañas.
  • Orina de color amarillo oscuro.
  • Boca, nariz o piel secas.
  • Labios agrietados o lengua hinchada.

Efectos de la deshidratación

Si sufres deshidratación durante el primer trimestre, los riesgos son de dos tipos.

Efectos en la madre – Cuando experimentas deshidratación, empiezas a sentir náuseas. Y esta sensación de náuseas no te hará tener ganas de beber agua también, lo que provoca que tu deshidratación empeore. Si persiste, puede ser necesario hospitalizarte y ponerte un gotero.

Efectos en el bebé – Cuando hay falta de líquidos en tu cuerpo, significa que el suministro de tu bebé a través del saco amniótico también se ve afectado. Tu bebé no recibirá suficientes nutrientes y esto puede alterar su crecimiento. Incluso puede provocar la deformación de sus pies o manos.

Tratamiento de la deshidratación leve

Intenta beber mucha agua, agua sola. Además de agua, puedes tomar zumos, fruta con alto contenido en agua, té u otras bebidas. Absténgase del alcohol, ya que sólo agrava la deshidratación.

¿Cuándo llamar al médico?

Si la deshidratación es leve, puede tratarse en casa. Pero, si los remedios anteriores no funcionan y empiezas a experimentar síntomas graves, debes visitar a tu médico sin más dilación. Los síntomas inusuales de la deshidratación grave son:

  • Desmayo.
  • Pulso débil.
  • Pulso débil.
  • Sangre en las heces.
  • Ausencia de ganas de orinar durante más de ocho horas.
  • Vómitos persistentes.

Cuando su médico le recomiende ser hospitalizada, es posible que le haga una serie de pruebas y chequeos para asegurarse de que usted y su bebé están sanos y salvos.