Deficiencias nutricionales que pueden causar depresión

Los nutrientes desempeñan un papel vital no sólo en la salud física, sino también en la salud mental y la armonía. Como todos los demás órganos del cuerpo, el cerebro necesita nutrientes para funcionar mejor. La ausencia de algunos nutrientes puede provocar depresión y ansiedad. El folato, la vitamina B12, el hierro, el zinc, el selenio, los ácidos grasos omega-3, los minerales y la vitamina D son sólo algunos de los muchos nutrientes que necesitamos para mantenernos felices. De ahí que un examen de los niveles de estos nutrientes en el organismo sea una buena forma de que los profesionales sanitarios detecten el problema.

Nutrientes importantes para el cerebro

La deficiencia de vitamina B12 puede causar depresión

Los niveles de vitamina B12 se controlan constantemente en personas con trastornos del estado de ánimo para determinar si su problema tiene una base nutricional. En las mujeres que acaban de dar a luz, los niveles bajos de vitamina B12 son una de las razones para desarrollar depresión posparto.

Una dieta equilibrada que pueda tratar estas deficiencias puede incluir productos animales como aves de corral, carne, huevos y productos lácteos que son fuentes naturales de vitamina B12 y verduras de color verde oscuro como el brócoli, las espinacas y las lentejas que son buenas fuentes ricas en folato.

Las deficiencias de ácidos grasos omega-3 pueden causar depresión

Los ácidos grasos omega-3 son un nutriente esencial necesario para una salud cerebral óptima. Estos ácidos se encuentran en abundancia en el marisco, las verduras de hoja verde, los frutos secos como las nueces y las semillas de lino. Las personas que consumen marisco como parte de su menú son menos propensas a la depresión y a los trastornos del estado de ánimo. Tome un puñado de nueces al día como tentempié entre comidas para su salud cerebral.

La deficiencia de hierro, zinc y selenio puede causar depresión

Nutrientes como el hierro, el zinc y el selenio desempeñan un papel vital en el desarrollo físico y mental de los niños. Estos nutrientes también contribuyen a mejorar la función del sistema inmunitario y de la glándula tiroides, y una tiroides deficiente está estrechamente relacionada con los trastornos del estado de ánimo.

Están disponibles en abundancia en fuentes naturales como las verduras de hoja verde y las frutas. Esta es también una de las razones por las que deberías tener un plato de verduras y frutas de una amplia variedad de colores para una dieta más equilibrada. Si tiene poca energía y le resulta difícil hacer frente incluso a las tareas más sencillas cada día, hágase evaluar inmediatamente sus niveles de hierro, zinc y selenio.

La deficiencia de vitamina D puede causar depresión

Un interesante estudio revela que las personas que viven en lugares más fríos y con menos luz solar son más propensas a la depresión y a los cambios de humor. La depresión y los pensamientos suicidas se han atribuido a la falta de luz solar, y por tanto de producción de vitamina D, en estas zonas. Una dosis diaria de luz solar puede hacer maravillas para la salud de todo el organismo. La vitamina D, una vitamina importante para la salud mental, se sintetiza en el cuerpo cuando nos exponemos a la luz solar. También está presente en trazas en otras fuentes naturales como el pescado, los productos lácteos y los huevos. Ponte un sombrero, olvídate del bronceado y simplemente toma el sol durante media hora al día para obtener tu dosis diaria de vitamina D.

Otras deficiencias de microminerales pueden causar depresión

Te sorprenderá saber que los minerales de los que no sabemos mucho son los que influyen en el equilibrio de nuestro estado de ánimo. Minerales como el cromo y el magnesio determinan los niveles de energía diarios y equilibran el estado de ánimo. Según algunos estudios, los niños muestran una mejora considerable en su estado de ánimo y su comportamiento cuando su dieta se complementa con un suplemento multimineral y vitamínico. Y estos minerales se encuentran en abundancia en alimentos como la leche, el plátano, los huevos, el pescado, los frutos secos, las semillas, las verduras de hoja verde y las legumbres.

Una dieta equilibrada, actividad física y un paseo al sol son suficientes para dar a tu cuerpo los recursos que necesita para mantenerse sano y feliz.