Debes escuchar a tu intuición o ceder al pensamiento racional
Nuestro cerebro toma un gran número de decisiones a diario y puede que ni siquiera seamos conscientes de la mitad de ellas. Estas decisiones pueden ser grandes o pequeñas y requerir que utilicemos nuestro pensamiento racional o nuestra intuición. Aunque todos los seres humanos somos capaces de utilizar ambas facultades para tomar decisiones, algunos podemos estar predispuestos a utilizar una sobre la otra.
¿Qué significa utilizar la intuición?
Las decisiones intuitivas son lo que popularmente se conoce como «una corazonada». Es la experiencia de saber algo sin saber exactamente cómo lo sabes. Por ejemplo, ¿alguna vez ha mirado a alguien por primera vez y ha sentido instintivamente que le iba a gustar o a disgustar? Si es así, puede que haya experimentado una de estas dos cosas. Que tu instinto estaba en lo cierto (bien por ti) o que tu instinto estaba muy equivocado. Dado que el proceso de confiar en el instinto es poco fiable, los psicólogos se preguntan a menudo si se trata realmente de un conocimiento intuitivo o si tal vez son sólo errores de cálculo del cerebro humano que a veces resultan ser lo mejor.
Lo bueno de usar la intuición
Ha habido casos en la experiencia humana en los que utilizar el conocimiento intuitivo puede haber salvado vidas. En la época de los primeros hombres, se decía que los rasgos intuitivos eran muy esenciales porque nuestros antepasados neandertales tenían que decidir en cuestión de segundos si alguien con quien entraban en contacto era amigo o enemigo. Este rasgo lo utilizan hoy muchos profesionales, como controladores aéreos, bomberos y cirujanos de urgencias, que tienen que tomar decisiones de vida o muerte en cuestión de segundos. En situaciones en las que no hay tiempo para reflexionar sobre pros y contras es quizá donde mejor nos ayuda la intuición. Muchos escritores y estudiosos han reconocido este rasgo e incluso han escrito libros sobre curación intuitiva, aprendizaje y espiritualidad, entre otros temas relacionados.
Utilizar la intuición también puede tener consecuencias negativas
Así como existen muchos ejemplos positivos cuando se trata de confiar en la intuición, también existe un gran número de ejemplos negativos. Aunque es una parte importante de cómo tomamos decisiones, a menudo puede salir drásticamente mal. Se han producido accidentes mortales por confiar en la intuición. Los estudios han descubierto incluso que profesionales altamente cualificados, como deportistas, entrenadores e inversores, han cometido errores costosos al confiar en su instinto. ¿Qué significa esto? ¿Lo que consideramos nuestra conexión subconsciente y espiritual con el universo no es más que un montón de cálculos mentales inexactos? Los estudios han demostrado que en la toma de decisiones humanas influyen muchos factores, como nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. Teniendo esto en cuenta, quizá debamos entender que confiar en nuestro instinto no es tan fiable como algunos pensamos.
El veredicto: ¿debería confiar en su instinto?
Confiar en la intuición a veces funciona y otras veces no. Hay personas que han tomado decisiones viscerales sobre sus parejas y algunas de ellas han tenido un matrimonio largo y maravilloso, mientras que para otras, terminó poco después. Los psicólogos han llegado a la conclusión de que, aunque la intuición funciona bien en algunas situaciones, confiar en datos prácticos y bien pensados funciona mejor en otras. Si decidimos fiarnos por completo de nuestro instinto, podemos acabar cavando nuestra propia tumba. Pero al mismo tiempo, si confiamos por completo en el pensamiento racional, ¿qué ocurre con esa comprensión espiritual y casi mágica de cómo funcionan las cosas? La clave está en lograr un equilibrio entre ambos tipos de pensamiento. Acoplar intuición y racionalidad podría convertirlas en una fuerza más poderosa con la que contar.