Cuando tienes miedo de hablar y ser tú mismo en las relaciones
Todo el mundo admira a las personas amables y bondadosas. Tienen la calma suficiente para manejar una situación difícil y tratar con personas rudas. Pero tu dulzura no debe impedirte hablar cuando otra persona te trata injustamente. Las relaciones no tienen sentido si no puedes ser tú mismo. Perderás energía y tiempo preocupándote, en lugar de disfrutar y apreciar los momentos con tu pareja. En toda relación, la pareja debe tener un espacio para expresar su disgusto y descontento. Si no eres capaz de hacerlo, prueba estas formas.
Comprende tus miedos
Darte cuenta de tus debilidades es tan importante como conocer tus fortalezas. Analiza qué te impide hablar. Puede que te asusten algunos rasgos de tu pareja o de tu colega. Cualquiera de sus experiencias pasadas puede haber afectado a tu confianza, impidiéndote expresarte. Si no hablas y reprimes tus sentimientos, con el tiempo pueden convertirse en resentimiento e ira. Por lo tanto, intenta averiguar qué circunstancias te mantienen en silencio. Si eres consciente de los factores desencadenantes, cuando te enfrentes a ellos estarás preparado para hacerlo racionalmente. Descubrir tu autoestima elevará tu nivel de conciencia, aumentando tu confianza.
Disciplina tu mente
Cuando decidas hablar, es posible que en tu mente surjan pensamientos de miedo. La voz del miedo resuena en tu cabeza, frustrando los intentos de hablar. Cuando quieres señalar los errores cometidos por tu jefe, el miedo a perder el trabajo puede perseguirte. Cuando quieres discrepar con tu pareja, el miedo a destrozar la relación puede impedírtelo. Sin embargo, algunas de las señales de advertencia que surgen de tu mente son válidas. Pero, algunas de ellas paralizan tu valor. Aprende a disciplinar tu mente para que sepas diferenciar entre las advertencias auténticas y los desánimos. Utiliza terapias que refuercen tu vínculo cuerpo-mente. Además, lee libros que puedan iluminarte. La meditación te ayuda a calmar la mente, por lo que la toma de decisiones será más fácil.
Busca ayuda
Reconocer tus miedos debería facilitarte la tarea de compartirlos con alguien lo suficientemente sabio como para comprenderte. Si te resulta difícil disciplinar tu mente de otras formas, hablar puede ayudarte. Conectar con otras personas te proporciona nuevas perspectivas. Al conversar sobre las relaciones o la vida con los demás, también tiendes a mirar dentro de ti. Saber cómo superan otras personas este tipo de obstáculos te da una visión más amplia de tu problema.
Elige tus batallas
Armarse de valor para hablar no significa que puedas hacerlo de vez en cuando. A veces acabas haciendo daño a los demás innecesariamente. Si eres una persona que nunca solía enfrentarse a nadie, tu repentino cambio de comportamiento puede sorprenderles. Aprende a elegir tus batallas. Cuando surja una situación molesta, piensa en otra alternativa para afrontarla. Corre con ella, en lugar de elegir la confrontación. Si te enfrentas a cada cosa que dice tu pareja, no se tomará en serio tus palabras. Guarda tu energía para las cosas que importan.
Tome decisiones inteligentes
Este paso es muy importante, pero a la vez duro. No te mereces estar en una relación en la que no tienes voz. Cuando no eres tú misma, con el tiempo te enfadas y te vuelves pasivo-agresiva. Decide lo que quieres. Si no has conseguido ser feliz en una relación después de esforzarte, es hora de que decidas. Decídete antes de que las circunstancias te cambien a la fuerza por otra persona.