Cuáles son las causas de los ataques de pánico y cómo tratarlos

Un ataque de pánico puede dejarle abrumado por la ansiedad o el miedo. Un ataque puede aparecer de repente y es posible que tiemble y sude de terror. También puede tener dolores en el pecho y dificultad para respirar. Se calcula que millones de adultos padecen trastorno de pánico, es decir, sufren ataques de pánico con regularidad, normalmente sin motivo aparente. Este trastorno suele aparecer en los primeros años de la edad adulta y las mujeres tienen más probabilidades de padecerlo que los hombres.

Los niños y adolescentes también pueden sufrir ataques de pánico. En los niños, los ataques de pánico pueden provocar llanto, gritos e hiperventilación. Sin embargo, esta afección es más frecuente en los adolescentes. De hecho, según las estimaciones, el 2,3% de los jóvenes de 13 a 18 años han experimentado un trastorno de pánico.

Echemos un vistazo a los factores que pueden provocar un trastorno de pánico y cómo se puede tratar esta afección.

¿Qué causa los ataques de pánico?

Algunas personas sufren ataques de pánico cuando se enfrentan a un objeto o situación que temen de forma irreal (una fobia). Las personas pueden desarrollar fobias a una gran variedad de cosas, como las arañas o ir al dentista. Otras personas sufren ataques de pánico con regularidad sin motivo aparente. Es lo que se conoce como trastorno de pánico. Aún no conocemos las causas exactas del trastorno de pánico, pero se ha implicado una combinación de factores psicológicos y físicos.

Acontecimientos vitales traumáticos

Los acontecimientos traumáticos, como la pérdida de un familiar, a veces pueden desencadenar ansiedad o pánico. Estos sentimientos pueden experimentarse inmediatamente después del suceso o aflorar inesperadamente años después.

Desequilibrio de los neurotransmisores

Los neurotransmisores son mensajeros químicos que transmiten información a través del cuerpo y el cerebro. Según los expertos, un desequilibrio en estas sustancias químicas puede aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno de pánico.

Genética

El riesgo de desarrollar un trastorno de pánico puede aumentar si un familiar cercano lo padece. Por lo tanto, su material genético puede influir en la aparición de este trastorno.

Sensibilidad al dióxido de carbono

Se ha observado que la inhalación de niveles más altos de dióxido de carbono puede desencadenar ataques de pánico. Según algunos expertos, el trastorno de pánico está asociado a una mayor sensibilidad al dióxido de carbono.

Pensamientos catastrofistas

Según una teoría, tener pensamientos catastróficos, es decir, imaginar el peor resultado posible, puede influir en un ataque de pánico. Se cree que interpretar sensaciones físicas menores de forma catastrófica puede desencadenar una respuesta del sistema nervioso y provocar un ataque de pánico.

¿Se puede tener un ataque de pánico mientras se duerme?

Los ataques de pánico también pueden producirse mientras duermes y despertarte de un sobresalto. Este fenómeno se conoce como ataque de pánico nocturno. Ocurre cuando el cerebro está muy alerta debido a la ansiedad y percibe pequeños cambios corporales como señales de peligro. Los ataques de pánico nocturnos pueden ser especialmente aterradores y puede sentirse confuso e indefenso cuando se producen.

Según las investigaciones, las personas que sufren ataques de pánico mientras duermen presentan más síntomas respiratorios de pánico, como dificultad para respirar. Los expertos también opinan que afecciones como la enfermedad por reflujo gastroesofágico relacionada con el sueño (que causa acidez estomacal, lo que provoca un aumento reflejo de la respiración en la que se dan pequeños jadeos); la apnea obstructiva del sueño (en la que se tienen problemas para respirar durante el sueño); y los laringoespasmos relacionados con el sueño (en los que las cuerdas vocales bloquean las vías respiratorias, dificultando la respiración) están relacionadas con los ataques de pánico nocturnos.

¿Cómo se trata el trastorno de pánico?

Su médico puede aconsejarle medicación, psicoterapia o una combinación de ambas para el tratamiento del trastorno de pánico. En el caso de los niños o adolescentes, su médico puede inclinarse por la psicoterapia, ya que determinados medicamentos utilizados para tratar esta afección pueden no ser adecuados para ellos.

Veamos algunos enfoques terapéuticos que pueden ser útiles si padeces esta enfermedad.

Opte por la terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) se considera la terapia más eficaz para los ataques de pánico. Esta terapia se centra en los patrones de pensamiento o comportamientos que desencadenan o mantienen los ataques de pánico y pretende cambiarlos. Le ayuda a ver sus miedos de forma más realista.

Una técnica muy utilizada durante la terapia cognitivo-conductual para el trastorno de pánico es la terapia de exposición. En ella, el terapeuta le expone a sensaciones físicas de pánico en un espacio seguro. A través de la experiencia de enfrentarse a una situación de miedo, se da cuenta de que la situación no es perjudicial y de que puede controlar sus emociones y afrontarla de forma saludable. Por ejemplo, el terapeuta puede pedirle que hiperventile, contenga la respiración o mueva la cabeza de un lado a otro, lo que desencadenará sensaciones corporales similares a las experimentadas durante un ataque de pánico. Y con cada exposición, su miedo a estas sensaciones disminuye y gana más control sobre su sensación de pánico. La terapia de exposición también es útil para las personas con fobias.

Pruebe la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares

Según las investigaciones, la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) puede reducir la frecuencia de los ataques de pánico. También disminuye el miedo a las sensaciones físicas que suelen producirse durante un ataque en las personas con trastorno de pánico.

En este enfoque psicoterapéutico, el terapeuta le pide que mantenga en su mente el recuerdo de un estímulo desencadenante de ansiedad mientras sigue con la mirada el movimiento de su dedo de un lado a otro. Se ha comprobado que este movimiento ocular lateral provoca cambios en las emociones o pensamientos. También se pueden utilizar otras formas de estimulación bilateral alternante, como la estimulación auditiva o los golpecitos físicos.

No sabemos exactamente cómo funciona. Pero los expertos han sugerido que podrían intervenir factores como la relajación, la distracción, la sincronización de los dos hemisferios cerebrales y los movimientos oculares de simulación que se observan durante el sueño de movimientos oculares rápidos (sueño REM).

Apueste por la arteterapia

La arteterapia combina técnicas psicológicas con procesos creativos como el dibujo, la pintura y la escultura para mejorar la salud mental. Dado que la imaginería desempeña un papel en los trastornos de ansiedad, la terapia artística utilizada junto con la terapia cognitivo-conductual puede ser un tratamiento útil. Por ejemplo, un estudio descubrió que una paciente que padecía trastorno de pánico con agorafobia (miedo a quedarse atrapada en un lugar sin escapatoria ni acceso a ayuda) y evitaba llevar a sus amigos de viaje por carretera por miedo a sufrir un ataque de pánico, fue capaz de juzgar la probabilidad de sus miedos cuando creó un dibujo del viaje por carretera. El proceso de dibujar le sirvió como desensibilización imaginal, que consiste en visualizar lo que te da miedo mientras estás en un estado relajado. También hizo que se emocionara más con los aspectos positivos del viaje por carretera.

Practicar yoga

El yoga es un antiguo sistema holístico de prácticas mente-cuerpo originario de la India. Incluye técnicas como la respiración controlada (pranayama), posturas físicas (asana), relajación profunda (yoganidra) y meditación (dhyana). Según un estudio, las personas con trastorno de pánico mostraron una disminución significativa de los niveles de ansiedad, las sensaciones corporales relacionadas con el pánico y las creencias relacionadas con el pánico cuando practicaban yoga. Cabe destacar que estos beneficios fueron aún mayores cuando el yoga se combinó con terapia cognitivo-conductual.

Únase a un grupo de apoyo

Unirse a un grupo de apoyo puede ser útil si sufre ataques de pánico. Conocer a otras personas que están pasando por lo mismo te reafirma en que no estás solo. Las experiencias de otras personas también pueden proporcionarle información útil sobre cómo controlar su enfermedad.

Practique técnicas de autoayuda

Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer tú mismo para enfrentarte a los ataques de pánico:

Infórmese sobre el trastorno de pánico

Averiguar más sobre el pánico y la ansiedad puede ayudarte por sí mismo a afrontarlo mejor. Comprenderá que no se está volviendo loco y que los pensamientos y sensaciones aterradoras que experimenta durante un ataque son sólo momentáneos y pasarán. Aunque el cuerpo de cada persona reacciona de forma diferente al estrés y la ansiedad, hay algunos síntomas como temblores, náuseas, dolor en el pecho y aceleración del ritmo cardíaco que suelen experimentar la mayoría de las personas. También es probable que aparezcan sudores y temblores.

Aprenda a controlar la respiración

La hiperventilación puede provocar sensaciones como el mareo y empeorar la sensación de pánico. Aprender a respirar profunda y lentamente es una importante habilidad de afrontamiento que puede ser de gran ayuda en estas situaciones. Al poner en marcha el sistema nervioso parasimpático y aumentar el flujo de sangre y oxígeno al cerebro, los ejercicios de respiración profunda pueden ayudarle a calmarse al instante.

Enfréntese al miedo

Cuando sufra un ataque de pánico, intente identificar el miedo que lo provoca y enfréntese a él. Puedes hacerlo asegurándote a ti mismo que tu miedo no es real y que pasará en un rato.

Visualice y concéntrese

Durante un ataque de pánico pueden venir a tu mente muchos pensamientos negativos. En lugar de dejar que se apoderen de tu mente, visualiza una situación o lugar que te haga sentir relajado y concéntrate en ello. También puedes concentrarte en algo que no sea amenazante, como objetos colocados en una estantería o las manecillas de un reloj en movimiento, para distraerte durante un ataque.

Déjalo pasar

No intentes luchar contra un ataque de pánico. Si se ve incapaz de resistirlo, sólo conseguirá aumentar su ansiedad. En su lugar, asegúrese de que el ataque no es peligroso y de que terminará dentro de un rato.

Adopte técnicas de relajación

Actividades como la respiración profunda, el yoga y la meditación pueden reforzar la respuesta de relajación del organismo (lo contrario de la respuesta de estrés que se produce cuando se siente pánico). Esto puede ser útil para hacer frente a la ansiedad constante que puede experimentar sobre cuándo puede producirse el siguiente ataque de pánico. La aromaterapia o los masajes también pueden ayudarle a relajarse.

Haga ejercicio regularmente

El ejercicio reduce el nivel de cortisol, una hormona que nuestro cuerpo segrega en situaciones de estrés. Por tanto, hacer ejercicio con regularidad reduce el estrés y estimula la liberación de serotonina, una sustancia química que mejora el estado de ánimo. Se recomienda a los adultos realizar al menos dos horas y media de ejercicio aeróbico de intensidad moderada (por ejemplo, caminar a paso ligero o montar en bicicleta) a la semana. También puede hacer ejercicios de fortalecimiento muscular un par de días a la semana. Pero consulta a tu médico antes de empezar un programa de ejercicios si hace tiempo que no haces ejercicio.

Sigue una dieta sana

Los niveles inestables de azúcar, el alcohol, la cafeína y el tabaco pueden contribuir a los ataques de pánico en personas vulnerables. Varios investigadores también han encontrado vínculos entre la deficiencia de ciertas vitaminas y minerales como la vitamina B12, D, calcio y magnesio y la aparición de ansiedad. Por tanto, sigue una dieta sana y equilibrada y evita los estimulantes como el tabaco, el alcohol y el café, así como las bebidas y alimentos azucarados.