Cosas sencillas que relacionan la diabetes y la depresión

Al principio, la diabetes y la depresión parecen enfermedades totalmente distintas. Una afecta al azúcar en sangre y la otra a las emociones. ¿Cómo pueden estar relacionadas? Según las investigaciones, existe una conexión sorprendentemente fuerte. La diabetes y la depresión pueden coexistir entre sí. A su vez, existe un mayor riesgo de complicaciones peligrosas. Es difícil saber cuál es la causa de cada una. Pero existe una relación clara, y no debe ignorarse. El cribado, la gestión y el tratamiento dependen de ello. He aquí un repaso a la ciencia.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes se define por un nivel elevado de azúcar o glucosa en sangre. Normalmente, el páncreas produce insulina, una hormona que ayuda a las células a absorber la glucosa. Esto mantiene bajo control el nivel de azúcar en sangre. En la diabetes de tipo 1, el páncreas no produce suficiente insulina. En la diabetes de tipo 2, el páncreas produce insulina, pero el organismo no la utiliza correctamente. Millones de personas padecen diabetes. Sin un tratamiento adecuado, puede provocar complicaciones como ceguera, amputaciones e insuficiencia renal.

¿Qué es la depresión?

La depresión es una enfermedad mental. Cada día, una persona deprimida se siente «vacía» y triste. Otros síntomas pueden ser fatiga, irritabilidad, desesperanza y problemas de sueño y apetito. Pueden comer demasiado o demasiado poco. Estos problemas pueden interferir en el trabajo y las relaciones personales, dificultando una vida normal. En el mundo, millones de adolescentes y adultos sufren depresión.

¿Cuál es la conexión entre ellos

Estilo de vida poco saludable

Controlar la diabetes implica cambios en el estilo de vida. Sin embargo, a algunas personas puede costarles adaptarse. Esto puede ser una causa importante de síntomas depresivos. De hecho, la diabetes duplica el riesgo de depresión. La edad y el sexo no son factores determinantes. Por desgracia, es un arma de doble filo. Si una persona tiene depresión, tendrá menos probabilidades de controlar con éxito la diabetes mediante la dieta, el ejercicio y los medicamentos. El riesgo de complicaciones es mayor.

Dieta inadecuada

La depresión puede conducir a hábitos alimentarios poco saludables. Con el tiempo, esto allanará el camino a la diabetes. Los factores de riesgo son la hipertensión, el colesterol alto y el sobrepeso o la obesidad. Una dieta pobre puede amplificar estos factores, haciendo que la diabetes esté a un mordisco de distancia.

Poca actividad física

La inactividad física es un riesgo para la diabetes. Las probabilidades son aún mayores si se fuma o no se come bien. Con depresión, el ejercicio es poco probable. Esto puede deberse al cansancio, a la disminución de la energía o, simplemente, a la pérdida de interés. En general, el autocuidado cae en picado con la depresión.

Niveles de energía alterados

Si tienes diabetes, el control lo es todo. De lo contrario, correrá el riesgo de sufrir hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) o hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre). Posibles síntomas irritabilidad, fatiga, debilidad, cansancio y ansiedad. He aquí el problema: es igual que la depresión. Por lo tanto, sin un buen control de la diabetes, la depresión no hará más que empeorar.

Mal control de la glucosa

La depresión tiene un efecto sorprendente sobre la glucosa en sangre. Un estudio publicado en la revista Diabetes Care descubrió que los síntomas depresivos pueden favorecer la resistencia a la insulina. Aunque el estudio se centró en niños y adolescentes, merece la pena destacarlo. Además, otro estudio descubrió que los diabéticos de tipo 2 con depresión (y que toman insulina) también tienen un nivel más alto de glucosa en sangre.

La diabetes y la depresión están estrechamente relacionadas. Por supuesto, esto no significa que todos los diabéticos vayan a sufrir depresión o viceversa. En cualquier caso, durante el cribado y el tratamiento, es vital recordar las enfermedades coexistentes.