Cosas que pasan cuando dejas de tener relaciones sexuales

De vez en cuando habrá un periodo sin sexo: a veces nuestros planes de trabajo y de viaje no coinciden con los de nuestra pareja. El periodo sin sexo puede incluso hacer que apreciemos más nuestra vida sexual y volvamos a ella con entusiasmo y vigor. Hay periodos sin sexo que se prolongan, como después de una ruptura, por ejemplo. Una vez que nos acostumbramos a no esforzarnos por encontrar una nueva pareja, el periodo sin sexo puede prolongarse durante meses, ¡o incluso años! Al cabo de un tiempo, ese periodo sin sexo puede convertirse en algo habitual, a veces sacudido por un encuentro fortuito que nos mantiene lo suficientemente satisfechos como para continuar durante unas semanas. Sin embargo, estos periodos sin sexo pueden tener efectos reales en nuestro cuerpo, los suficientes como para marcar la diferencia a largo plazo. Así que, la próxima vez que tengas un periodo sin sexo, haz el esfuerzo de buscar una nueva pareja (el sexo y la salud salen ganando). Estas son las cosas que le pasan a tu cuerpo cuando dejas de tener relaciones sexuales:

Más estrés

El sexo es casi como hacer ejercicio, y el ejercicio conlleva un gran alivio del estrés. Tu cuerpo libera cualquier tensión sobrante, te vuelves más saludable y tienes sexo, así que es una situación en la que todos ganan. Al igual que el ejercicio, el sexo también libera las hormonas del bienestar: dopamina, endorfinas y oxitocina, que mantienen elevado nuestro estado de ánimo y reducen los daños corporales causados por el estrés.

Riesgo de disfunción eréctil y cáncer

Un estudio demostró que los hombres que practicaban sexo con frecuencia presentaban un descenso del 20% en el riesgo de desarrollar cáncer de próstata en el futuro. Se cree que esto ocurre porque las eyaculaciones frecuentes pueden eliminar sustancias potencialmente dañinas de la próstata.

Además, los hombres que practican sexo con menos frecuencia tienen más probabilidades de sufrir disfunción eréctil más adelante. Dado que el pene es un músculo, el dicho popular reza «úsalo o piérdelo». Ambos problemas se pueden suplir con la masturbación frecuente, pero el sexo es siempre la mejor opción, ya que puede ayudar a ambos miembros de la pareja.

Sistema inmunitario más débil

Se ha demostrado que el sexo ayuda a fortalecer el sistema inmunitario. Especialmente en las mujeres, puede ser una forma de que el cuerpo se prepare para un posible embarazo. Las personas que dejan de tener relaciones sexuales son más propensas a enfermedades como el resfriado y la gripe, ya que el sexo regular desarrolla los anticuerpos que mantienen el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

Pérdida de interés

Mantener relaciones sexuales con regularidad puede hacer que nuestra libido funcione de forma saludable. El sexo funciona esencialmente como un «ventilador» que mantiene encendida la llama de la libido. Tendemos a perder el deseo de disfrutar de la actividad sexual si nos abstenemos durante demasiado tiempo. Aunque hay muchos factores que pueden influir en la pérdida de interés, la falta de relaciones sexuales desempeña un papel importante. Esto no quiere decir que tu libido se haya roto para siempre, sólo significa que las cosas han estado tranquilas durante demasiado tiempo, y que te beneficiaría volver a encender esa llama.

Inseguridades

La falta de sexo puede bajar tu autoestima y hacerte dudar de ti misma, especialmente si tienes pareja. Aunque cada pareja tiene su propio periodo sin sexo, puede afectar a cómo te evalúas a ti mismo. Cuando no estás en una relación, no tener sexo durante mucho tiempo puede hacerte sentir que no eres lo «suficientemente bueno» como para encontrar a alguien que te quiera. Hay muchos otros pensamientos que pueden hacerte sentir muy inseguro de ti mismo. Aunque estos sentimientos suelen ser infundados, pueden ser difíciles de manejar.

Problemas vaginales

Para las mujeres, mantener relaciones sexuales después de un largo periodo sin sexo puede ser realmente incómodo y doloroso. Contrariamente a la creencia popular, no se está «más tensa». La incomodidad se debe a que los músculos vaginales están tensos y no saben cómo relajarse (aunque aprenderán en poco tiempo). La ansiedad de no haber tenido relaciones sexuales en mucho tiempo también puede hacer que te pongas más ansiosa, lo que provoca una menor lubricación en la vagina.