Cosas que influyen en nuestro cerebro

De todos los órganos de nuestro cuerpo, el cerebro es quizás el más interesante. Esto se debe a que controla todo, desde las emociones y los antojos hasta nuestros patrones de sueño y nuestra salud física.

En contra de la creencia popular, utilizamos el 100% de nuestro cerebro, con todas sus partes funcionando a lo largo del día, incluso cuando estamos dormidos. Y, últimamente, los científicos han descubierto que ciertas cosas de nuestra vida influyen en determinadas partes del cerebro. He aquí algunas de ellas.

Deportes

A menudo, los deportistas y los intelectuales se enfrentan entre sí, con la creencia de que ambos funcionan de forma separada. Sin embargo, investigaciones recientes indican que el deporte y la actividad física mejoran la cognición.

En concreto, el deporte mejora el funcionamiento cognitivo (procesamiento de la información), la memoria y la concentración. En los niños, también mejora el comportamiento y el rendimiento académico. Por el contrario, la inactividad puede tener un impacto negativo en la salud del cerebro y la cognición. Por ello, es importante dar prioridad al deporte tanto en el currículo académico como en nuestro estilo de vida.

Leer

La imagen clásica de un «empollón» siempre ha sido la de alguien con la nariz enterrada en sus libros. Y puede que haya algo de verdad en el estereotipo. Los estudios dicen que la lectura mejora la cognición.

Investigadores de Stanford analizaron la relación entre la lectura, la atención y la distracción haciendo que los sujetos de prueba leyeran a Jane Austin. Se hizo un seguimiento del flujo sanguíneo en el cerebro de los sujetos cada vez que leían fragmentos de la novela.

Al principio, se les pidió que hojearan las páginas. Después, se les pidió que prestaran atención al texto, como si estuvieran estudiando para un examen.

Se comprobó que la lectura atenta aumentaba el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejoraba la cognición y la concentración. Esto podría deberse a que prestar atención a los textos literarios exige la coordinación de múltiples funciones cognitivas complejas en el cerebro. Así que, la próxima vez que cojas un libro, asegúrate de no estar hojeando el texto.

Consumo excesivo de azúcar

El consumo de postres y bebidas azucaradas no sólo te provocará caries y diabetes. Las investigaciones afirman que el consumo excesivo de azúcar puede tener un efecto negativo sobre tus capacidades cognitivas y tu estado de ánimo.

Se cree que el consumo excesivo de azúcar provoca un deterioro cognitivo, especialmente en lo que respecta a la memoria y el aprendizaje espacial. Sin embargo, se desconoce la causa exacta.

Además, el consumo de azúcar podría desencadenar trastornos psicológicos como la depresión. Tanto los trastornos psicológicos como la disminución del funcionamiento cognitivo pueden preparar el terreno para un control inadecuado del apetito. Por lo tanto, asegúrate de reducir el azúcar.

Amor

Los cínicos protagonistas de la mayoría de las comedias románticas ya han establecido que el enamoramiento implica una reacción química. Para ser precisos, el acto de enamorarse libera oxitocina, dopamina, adrenalina y norepinefrina, que hacen que te sientas bien y provocan el repiqueteo del corazón. También provocan inquietud, preocupación por la persona y euforia.

Una vez enamorados, los estudios indican que las personas que eran socialmente torpes antes de juntarse con su amado, podrían ver una mejora en su cognición social. Esto podría atribuirse a la hormona natural oxitocina, que hace que las personas sean más empáticas y comprensivas. Sin embargo, esto tiene muy poco efecto en las personas que ya son socialmente competentes.

Los estudios también afirman que tanto el amor como el odio activan dos partes del cerebro, el putamen y la ínsula. Sin embargo, a diferencia del odio, los expertos creen que el amor puede perjudicar el juicio. Sin embargo, esto necesita más investigación.

Embarazo

Ya que estamos hablando de la cognición social, es importante mencionar el embarazo. Las investigaciones indican que el embarazo encoge la materia gris del cerebro que dicta la memoria, las emociones, el control muscular, la percepción sensorial, la memoria, las emociones, el habla, la toma de decisiones y el autocontrol.

Se cree que este encogimiento prepara el terreno para los instintos maternales y la cognición social. Otros estudios afirman que estos cambios pueden durar hasta dos años.

El estrés

El estrés es el culpable de desencadenar una amplia gama de problemas de salud. Y resulta que el estrés también tiene un efecto importante en el cerebro. Los estudios indican que acelera el deterioro cognitivo que conlleva el envejecimiento.

Esto se debe a que los periodos prolongados de estrés provocan la pérdida de neuronas, especialmente en el hipocampo, que desempeña un papel importante en la consolidación de la información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.

Además, el estrés también puede desencadenar trastornos del sueño. Esto, a su vez, provoca la acumulación tóxica de beta-amiloide, también llamada «proteína del Alzheimer», que causa la pérdida de memoria. Por lo tanto, si tiendes a estar estresado, prueba a hacer ejercicios para aliviar el estrés, como la meditación.

Pintar

Canalizar el Picasso que llevas dentro podría mejorar tus capacidades cognitivas. Las investigaciones afirman que la pintura y la contemplación del arte ralentizan el curso del envejecimiento y el deterioro cognitivo relacionado.

Sin embargo, en el estudio, las clases de pintura fueron más efectivas que la historia del arte para frenar los efectos del envejecimiento. Así que puede ser un buen momento para comprar un lienzo y un juego de pinturas.

Deshidratación

Mantenerse al día con 8 vasos de agua no sólo mejora la salud de la piel y el intestino. Los estudios indican que la deshidratación encoge el cerebro.

Esto, a su vez, conduce a la pérdida de memoria y al deterioro del funcionamiento cognitivo. E incluso una pérdida moderada de líquido podría desencadenar esta reacción, así que asegúrate de mantenerte hidratado.

Es interesante observar cómo las cosas emocionales y fisiológicas de nuestras vidas pueden desencadenar cambios en el cerebro. Además, estos estudios arrojan luz sobre el futuro de la psicología y la neurociencia cognitiva.