Consejos útiles para reducir el riesgo de cáncer
A muchos nos preocupa que el cáncer sea una de esas cosas horribles que se heredan a través del ADN familiar dañado y, por tanto, algo de lo que no se puede prescindir. Sin embargo, la buena noticia es que la proporción de cánceres causados por ADN defectuoso heredado es muy pequeña. De hecho, los expertos afirman que sólo 2 ó 3 de cada 100 casos de cáncer están asociados a la herencia de ADN dañado.
En cuanto al resto de los casos de cáncer, la mayoría son el resultado de malas elecciones de estilo de vida por parte de los pacientes. Los estudios indican que entre el 25 y el 30% de los casos de cáncer se deben al tabaco, mientras que entre el 30 y el 35% están relacionados con una dieta poco saludable. Otro 15-20% de los casos de cáncer están causados por infecciones, mientras que el porcentaje restante se debe a otros factores como el estrés, la radiación y los contaminantes ambientales.
Lo que esto significa es que, siempre que lleve un estilo de vida saludable, sus probabilidades de contraer cáncer son probablemente minúsculas. He aquí algunas estrategias novedosas para reducir el cáncer que le ayudarán a empezar.
Protéjase del sol
Según las investigaciones, el cáncer de piel es una de las formas más comunes de cáncer. La Academia de Dermatología calcula que una de cada cinco personas desarrollará probablemente un cáncer de piel en algún momento de su vida.
Para prevenir el cáncer de piel, es importante evitar en la medida de lo posible que los rayos ultravioletas del sol incidan sobre la piel. Intente llevar ropa holgada y aireada de manga completa cada vez que vaya a prepararse para pasar un día al sol. Invierta también en un protector solar de alta calidad y amplio espectro que le proteja de forma duradera de los rayos UV. Recuerda aplicarte siempre protección solar en la piel, aunque vayas a salir poco tiempo. Si vas a estar fuera más horas, llévala contigo para poder seguir reaplicándola.
Abastécete de agua
Mantenerse hidratado todo el tiempo puede diluir la concentración de agentes cancerígenos en la orina. Naturalmente, este proceso de dilución también reducirá el daño que pueden causar a tus células. Además, llenarte de agua y líquidos también te ayudará a eliminar estos agentes cancerígenos de tu cuerpo más rápidamente. Según los expertos, es recomendable beber al menos 8 vasos de agua al día.
Bebe un poco más en los días calurosos o cuando realices una actividad vigorosa para compensar el agua que tu cuerpo pierde a través de la transpiración.
Come mucha verdura
La próxima vez que elijas verduras para preparar tu ensalada, elige las variedades de hoja verde más oscuras. El color verde oscuro de las hojas denota la presencia de altos niveles de clorofila, una molécula que recoge la luz. Según las investigaciones, la clorofila se une a carcinógenos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, las aminas heterocíclicas, la aflatoxina (una toxina de los mohos alimentarios que provoca cáncer de hígado) y otras moléculas hidrofóbicas. Dado que el complejo clorofila-carcinógeno es mucho más difícil de absorber por el organismo, la mayor parte se elimina a través de las heces.
Marinar la carne antes de asarla
Asar a la parrilla se consideró durante mucho tiempo la forma más saludable de comer carne, pero ya no es así. Asar carne procesada puede hacer que se chamusque. Esto, a su vez, puede contener aminas heterocíclicas cancerígenas, que comienzan a formarse cuando la carne se chamusca a temperaturas muy altas. Además, al asar la carne al carbón, los agentes cancerígenos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, pueden introducirse en la comida.
Si le gusta más la carne a la parrilla, añada algunas especias ricas en antioxidantes, como romero y tomillo, a su adobo favorito y frótela bien con esta mezcla. Los antioxidantes de estas especias pueden reducir drásticamente la presencia de estos compuestos tóxicos cancerígenos hasta en un 87%.
Haga que su corazón bombee
Practicar regularmente ejercicios de intensidad moderada, como caminar a paso ligero o correr, puede reducir el riesgo de cáncer de mama. El ejercicio regular ayuda al cuerpo a quemar grasa, que de otro modo produciría su propio estrógeno, uno de los principales precursores del cáncer de mama.