Consejos sencillos para calmar al recién nacido

Oír llorar a tu bebé por primera vez es una experiencia inolvidable. Después de nueve meses de espera, cuando por fin llega el bebé, lo único que quieres es abrazarlo y adorarlo sin parar. Con el paso del tiempo, te acostumbras a sus llantos y arrullos, que se convierten en una rutina diaria. Sin embargo, a veces el recién nacido se pone de mal humor e inconsolable a pesar de tus esfuerzos por calmarlo. Esto puede hacerte dudar de tus habilidades como madre.

Identificar la causa subyacente te ayudará a calmar a tu pequeño más rápidamente. El bebé se pone inquieto cuando tiene hambre, busca un cambio de ambiente, necesita moverse, está cansado, quiere que le cambies el pañal, se siente solo y cuando tiene un problema gastrointestinal, que en la mayoría de los casos es un cólico. Aunque la solución más rápida es atender las necesidades, prueba las siguientes cosas que te ayudarán a calmar más rápidamente a tu inquieto paquete de alegría.

Envuélvelo

Envuelve a tu bebé en una manta fina y grande con los brazos cruzados sobre el pecho. Esto tiene un efecto calmante instantáneo. Envolverlo le da una sensación de seguridad que garantiza un sueño profundo y prolongado.

En el caso de los bebés prematuros, resulta útil probar la técnica del canguro. Esta técnica consiste en el contacto piel con piel entre el bebé y tú mientras ambos estáis tapados con una manta fina.

Mecer y balancear

Los movimientos rítmicos tienen un efecto calmante sobre el bebé. Cuando esté inquieto, tómalo en brazos y mécelo suavemente de un lado a otro. También puedes caminar de forma no brusca, lo que le dará el movimiento justo que necesita para calmarse.

Si te cansas, ponle en un columpio o en una cuna. Como los bebés se balancean en el vientre materno, ponerlos en una cuna los hace menos inquietos y les induce el sueño en poco tiempo. A algunos bebés, sin embargo, les gusta tumbarse tranquilamente en una cuna inmóvil. Es importante reconocer el patrón y comprender sus necesidades.

Utiliza sonidos relajantes

Cuando estaba en el útero, tu bebé ya estaba familiarizado con varios sonidos. Ya sean los latidos de tu corazón, la sangre que pasa por el útero o la agitación de tu estómago. Exponerle a sonidos constantes y relajantes calmará al bebé inquieto. El chupeteo es una de las técnicas de eficacia probada, que consiste en acercar el sonido a los oídos del bebé para que se duerma en un santiamén. También garantiza un sueño profundo durante más tiempo.

Algunas madres también encienden el ventilador o una aspiradora para producir un sonido rítmico. Las grabaciones de una cascada, el mar o cualquier fuente de agua corriente tienen un efecto tranquilizador.

Cambia de postura

Tu pequeño no estaba tumbado cuando estaba en el vientre materno. Si le pones boca arriba durante mucho tiempo, puede ponerse inquieto o tener miedo a caerse. Sujétalo suavemente para que se tumbe de lado o boca abajo, y así se calmará. Además, si lo mantienes mucho tiempo en la misma posición, se pondrá de mal humor. Cambia a menudo de postura, pero asegúrate de que siempre sea cómoda para el bebé.

Elimina los gases

El aparato digestivo del bebé no está preparado para digerirlo todo con facilidad y los gases son un efecto secundario. Ayuda a tu bebé a deshacerse de los gases tumbándole sobre tus rodillas y frotándole suavemente la espalda. También puedes acariciarle suavemente las piernas mientras está tumbado boca arriba.

Otro motivo por el que tu bebé llora desconsoladamente son los cólicos. En algunos bebés, ocurre una vez cada tres semanas, cuando lloran continuamente durante 3 o 4 horas. En este caso, si estás amamantando al bebé, revisa tu dieta y comprueba si hay algún alimento que le esté afectando negativamente. Siempre es bueno evitar los alimentos picantes y grasos y las verduras como la cebolla y la col.

Utiliza un chupete

Si tu bebé no se calma después de haber intentado darle el pecho, utiliza un chupete. Le ayuda a succionar constantemente, lo que le calma poco a poco. Además, evita que le des de comer en exceso, lo que daría lugar a otra serie de problemas.

Masaje

Los masajes son una maravilla cuando tu bebé está siempre de mal humor. Atenúa las luces de la habitación, pon música relajante y masajea a tu pequeño durante unos 10 o 15 minutos. Los movimientos suaves y calmantes tranquilizarán al bebé. Asegúrate de que el entorno no estimule al bebé y lo despierte de nuevo.

Probar una combinación de estas técnicas te ayudará, ya que cada bebé es diferente. Pide ayuda al padre cuando sea necesario, ya que no sólo ayuda a calmar al bebé, sino que también desarrolla un fuerte vínculo paterno-filial. Si el bebé está de mal humor durante más de 4 horas, busca la ayuda de un médico.