Consejos prácticos para combatir la ansiedad
La ansiedad es la reacción de nuestro cuerpo al estrés y es algo que todo el mundo experimenta en algún momento de su vida. Pero cuando empezamos a experimentar ansiedad intensa a diario, puede dificultar nuestra capacidad para funcionar de forma productiva e incluso afectar a nuestra salud. Si experimentas ansiedad constante, es aconsejable que hables con un psicólogo o un profesional de la salud mental al respecto. Aparte de esto, poner en práctica algunos de los consejos que se enumeran a continuación puede ayudarte.
Lo que comes afecta a tu salud mental
El presidente de la Sociedad Internacional de Investigación en Psiquiatría Nutricional afirma: «La dieta es tan importante para la salud mental como para la salud física. Una dieta sana es protectora y una dieta poco sana es un factor de riesgo para la depresión y la ansiedad.» Además de asegurarte de que consumes alimentos nutritivos, puede ser útil que evites el café, el alcohol y los alimentos con alto contenido en azúcar y grasa, que a la larga pueden empeorar tu ansiedad. Comer sano cuando estamos ansiosos puede resultar difícil, sobre todo porque nos apetecen alimentos reconfortantes. Pero planificar una dieta nutritiva puede ayudarnos mucho a controlar nuestros niveles de estrés.
No olvide hacer ejercicio regularmente
No permanezca inactivo durante largos periodos de tiempo. Los estudios han descubierto que el ejercicio regular puede reducir el estrés en gran medida. Esto se debe a la liberación de endorfinas en el cuerpo. No tiene por qué ir al gimnasio para desestresarse. Hay un gran número de actividades entre las que elegir, como yoga, correr, tai chi o danza. Dar un paseo enérgico de 10 minutos cuando estamos muy ansiosos puede ayudar a calmar los nervios en gran medida. Hacer ejercicio o caminar antes de acostarse también ayuda a cansarnos, lo que a su vez mejora nuestros patrones de sueño.
Practicar la respiración profunda
Una forma segura de relajar la mente y el cuerpo en momentos de ansiedad es respirar profundamente. Esto se debe a que la respiración profunda indica al cerebro que no existe una amenaza inminente y que puede calmarse. Aparte de esto, la respiración profunda también ayuda a reducir los niveles de presión arterial, aumenta la circulación de oxígeno, ayuda a los músculos a relajarse y contribuye a la liberación de endorfinas.
Practicar la atención plena y la meditación
Hay personas que afirman que practicar la atención plena les ha ayudado a relajarse en momentos de estrés y a abordar el problema para resolverlo en lugar de intentar escapar de él. A veces nos sentimos abrumados por los numerosos conflictos que nos plantea la vida. Practicar la meditación puede ayudarnos a calmarnos y a aislar cada pensamiento individualmente, lo que nos permite centrar nuestra energía en resolver una cosa cada vez.
Aprenda a decir «no»
Es posible que algunos de nosotros, en nuestro esfuerzo por ser reconocidos y aceptados por todos los que nos rodean, olvidemos que tenemos que priorizarnos a nosotros mismos y actuar pensando en nuestro propio interés. Como resultado de ello, algunas personas acaban asumiendo más de lo que pueden manejar, lo que puede provocar estrés y ansiedad. Comprender nuestros límites individuales y aprender a ponernos en primer lugar en determinadas situaciones puede ayudar mucho a contrarrestar los sentimientos de ansiedad.
Asegúrese de descansar bien
Cuando empezamos a recortar tiempo o a cambiar el patrón de nuestro merecido sueño, empieza a interferir en nuestra vida diaria, provocando estrés y ansiedad. Según la Asociación Americana de Psicología «El sueño es tan crucial que incluso una ligera privación de sueño o dormir mal puede afectar a la memoria, el juicio y el estado de ánimo». Disciplinarse para seguir un horario fijo de sueño, realizar actividad física antes de acostarse y no utilizar aparatos electrónicos antes de dormir son algunos consejos que se pueden seguir.
Análisis de la causa
Si se quiere hacer frente a la ansiedad de forma permanente, es importante llegar al fondo de lo que puede estar causándola. Pasar algún tiempo a solas en una reflexión tranquila y sosegada puede ayudarnos a identificar la causa raíz. Una vez que conozcas la causa de tu ansiedad, podrás afrontarla mejor.