Consejos para combatir la bacteriemia o las bacterias en la sangre
Las bacterias dañinas que nos rodean pueden causar una serie de infecciones en todo el cuerpo. Incluso el torrente sanguíneo no está exento del ataque de estas criaturas microscópicas. ¿Qué causa la bacteriemia o las bacterias en el torrente sanguíneo? Las infecciones bacterianas, como la neumonía, la infección del tracto urinario o un absceso cutáneo, pueden actuar como desencadenantes. Los procedimientos médicos o dentales también pueden causar bacteriemia. Incluso actividades cotidianas como cepillarse los dientes con fuerza pueden hacer que las bacterias que viven en la boca pasen al torrente sanguíneo. Normalmente, su sistema inmunitario es capaz de manejar la bacteriemia causada por actividades ordinarias y puede eliminarla del torrente sanguíneo. Pero, a veces, la condición puede salirse de control, con las bacterias creciendo rápidamente y causando otras infecciones. Sin embargo, lo realmente peligroso de la bacteriemia es que puede provocar una sepsis.
Si el sistema inmunitario es débil o hay un gran número de bacterias presentes en la sangre durante periodos prolongados, puede desencadenar una respuesta especialmente fuerte y abrumadora del sistema inmunitario. Esto liberará sustancias químicas que provocan inflamación y causan fugas en los vasos sanguíneos y coágulos de sangre. Esto se conoce como sepsis. Esta enfermedad puede afectar al flujo sanguíneo y privar a los órganos de oxígeno y nutrientes, lo que provoca daños en los órganos. A medida que la condición empeora, la persona afectada puede entrar en un shock séptico. La sepsis es una afección peligrosa que puede ser mortal hasta en un 40% de los casos. El shock séptico es aún peor: puede causar la muerte en 6 de cada 10 casos.
La bacteriemia suele tratarse con antibióticos y, debido a las peligrosas complicaciones, es importante tomar los medicamentos según lo prescrito si se padece esta enfermedad. Sin embargo, como medida complementaria, algunos remedios caseros deberían ayudar a reforzar la lucha de su cuerpo contra las bacterias en la sangre.
Tome muchos líquidos y descanse
Dale a tu cuerpo tiempo para descansar y recuperarse si tienes fiebre. Asegúrese también de ingerir muchos líquidos para evitar la deshidratación. Pero evita las bebidas como el café, el té y el alcohol, que pueden dejarte ligeramente deshidratado.
Báñate con una esponja de agua tibia
Pasarse una esponja con agua tibia puede tener un efecto refrescante cuando se tiene fiebre. Sin embargo, evita las duchas o baños fríos. El frío puede hacer que te estremezcas y esto puede generar calor. La piel también contrae los vasos sanguíneos cuando se enfría y esto también puede atrapar el calor corporal.
Toma miel
La miel se ha utilizado tradicionalmente para tratar heridas e infecciones, ya que tiene actividad antibacteriana contra una serie de bacterias peligrosas. Los estudios en animales también han descubierto que puede modular el sistema inmunitario y, por lo tanto, puede ayudar a tratar la sepsis. Así que toma un poco de miel para ayudar a tu cuerpo a combatir las bacterias.
Coma judías mungo
Las judías mungo han atraído mucha atención por sus cualidades nutricionales. Las investigaciones también demuestran que los extractos de judías mungo tienen un efecto protector contra la sepsis letal, y un estudio descubrió que mejoraba las tasas de supervivencia de los ratones entre un 29 y un 70%. Se cree que esto se debe a la inhibición de una proteína conocida como HMGB1, que desempeña un papel en la inflamación sistémica. Los estudios también han descubierto que los brotes de judías mungo muestran una actividad antibacteriana y pueden ser útiles como agente natural que complementa la terapia antimicrobiana.
Mastique un poco de ajo
El ajo, un alimento básico en la cocina, también es conocido por sus increíbles propiedades antibacterianas. Contiene un compuesto llamado aliina y cuando se machaca el ajo, este compuesto se convierte en un compuesto antimicrobiano conocido como alicina que actúa contra una amplia gama de bacterias. Además, contiene otro compuesto conocido como metil-3-formil-4-metilpentanoato (SMFM) que ha demostrado mejorar las tasas de supervivencia de la sepsis en estudios con animales al inhibir la producción de citoquinas proinflamatorias. Así que pica un poco de ajo crudo y añádelo a tu comida para obtener un impulso antibacteriano.
Toma cúrcuma
Al igual que el ajo, la cúrcuma también tiene amplias propiedades antibacterianas. Estos efectos beneficiosos se atribuyen a un compuesto antioxidante conocido como curcumina presente en la cúrcuma. Un estudio en animales también descubrió que la administración de curcumina tenía un efecto protector contra la sepsis. Redujo las lesiones tisulares y la mortalidad, así como la expresión de una proteína de señalización conocida como TNF-alfa, que desempeña un papel en la inflamación sistémica. Así que condimente su cena con esta especia dorada o prepárese una taza de té de cúrcuma para reforzar las defensas de su cuerpo contra las infecciones bacterianas.
La sepsis grave requiere un tratamiento de urgencia
La sepsis grave es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Síntomas como fiebre, escalofríos, palpitaciones, dificultades respiratorias o desorientación son señales de alarma. El tratamiento tiene como objetivo atajar la infección, evitar que la presión arterial baje peligrosamente y proteger los órganos vitales. Los pacientes suelen ser tratados con antibióticos y líquidos. Los casos graves pueden necesitar diálisis renal, un tubo respiratorio o cirugía.