¿Cómo puede salvarle la vida evitar el uso excesivo de antibióticos?

Los antibióticos son medicamentos que ayudan a prevenir las infecciones causadas por bacterias. Los antibióticos destruyen las bacterias e impiden que se repliquen o reproduzcan. En pocas palabras, cualquier medicamento que mate los gérmenes del cuerpo es un antibiótico.

Antes de la invención de los antibióticos, decenas de personas eran víctimas de infecciones y enfermedades, que causaban numerosas muertes. Pero, tras la invención de los antibióticos en la década de 1940, la esperanza de vida aumentó, las cirugías se hicieron más seguras y la gente sobrevivió a infecciones mortales.

Sin embargo, en las dos últimas décadas, la prescripción excesiva de antibióticos se ha convertido en un problema creciente en la atención primaria, donde los virus causan la mayoría de las infecciones. Casi el 90% de todas las recetas de antibióticos las emiten los médicos de cabecera, y las infecciones de las vías respiratorias son el motivo más frecuente de prescripción.

Muchos países abusan de los antibióticos, sobre todo en los hospitales. En la cría de animales y peces, los antibióticos se utilizan como sustitutos de una buena higiene, sin que se sepa muy bien cómo pueden afectar negativamente a la salud de las personas. Esto ha dado lugar a muchos efectos secundarios y a un grave problema llamado resistencia a los antibióticos. Así que, en el contexto actual, ¡evitar el uso excesivo de antibióticos y agentes antimicrobianos puede salvarte la vida!

¿Por qué necesitamos antibióticos?

Los antibióticos son esenciales para tratar a personas y animales enfermos. No sólo han salvado la vida de personas, sino que también han desempeñado un papel crucial en la consecución de importantes avances en medicina y cirugía. Los antibióticos se utilizan antes de las intervenciones quirúrgicas para que los médicos puedan acceder a los órganos internos y otras zonas del cuerpo. También han aumentado la esperanza de vida al cambiar el desenlace de las infecciones bacterianas.

Pero hay que tener en cuenta que sólo las infecciones bacterianas pueden tratarse con antibióticos. El resfriado común, la gripe, la mayoría de las toses, la gripe estomacal, algunas bronquitis y la mayoría de los dolores de garganta están causados por virus y los antibióticos no pueden tratarlos. Por eso, los médicos suelen recetar medicamentos antivirales.

Efectos secundarios habituales de los antibióticos

Nuestro cuerpo contiene billones de bacterias, la mayoría de las cuales son beneficiosas para nuestro bienestar. Sólo el intestino humano contiene una media de 40.000 especies bacterianas. Pero algunos tipos y cepas de bacterias causan infecciones y enfermedades y deben eliminarse del organismo.

El uso de antibióticos elimina tanto las bacterias buenas como las malas, lo que provoca un desequilibrio en el organismo. Los antibióticos suelen afectar al aparato digestivo mientras tratan una infección. Algunos efectos secundarios comunes son

Náuseas
Vómitos
Hinchazón o indigestión
Diarrea
Dolor abdominal
Pérdida de apetito

Riesgos asociados al uso excesivo de antibióticos

Aumento de la resistencia a los antimicrobianos.
Posibilidad de enfermedades más graves.
Aumento de la duración de la enfermedad.
Mayor riesgo de complicaciones.
Mayor tasa de mortalidad.
Aumento de los costes sanitarios.
Mayor riesgo de efectos adversos, algunos de ellos potencialmente mortales.
Aumento de las recidivas por enfermedades infecciosas.
Mayor medicalización de cuadros infecciosos autolimitados.

¿Qué es la resistencia a los antibióticos?

Los antibióticos son esenciales y pueden salvar vidas cuando se utilizan con cuidado y seguridad. Pero las investigaciones demuestran que casi la mitad de los antibióticos que se nos recetan son totalmente innecesarios y provocan más complicaciones.

El uso excesivo ha conducido a la resistencia antibacteriana, en la que las bacterias aprenden a adaptarse a los antibióticos con el tiempo y se convierten en «superbacterias» o «superbacterias». Se transforman e impiden que los antibióticos les hagan daño o que los productos sean menos eficaces.

Estas superbacterias suponen una amenaza aún mayor, ya que la ciencia todavía no ha desarrollado medicamentos para destruirlas. Dado que la mayoría de las bacterias, virus y otros microbios se multiplican con rapidez, pueden evolucionar rápidamente y desarrollar resistencia a los medicamentos antimicrobianos. El uso excesivo o incorrecto de los medicamentos antimicrobianos puede hacer que la resistencia se desarrolle aún más rápido.

Efectos del uso excesivo de antibióticos

Los antibióticos tienen un efecto adverso en el microbioma intestinal al alterar negativamente su estado, diversidad y función. Suele provocar un metabolismo y una absorción de vitaminas deficientes por parte del organismo. Puede aumentar el riesgo de infecciones y provocar el crecimiento excesivo de levaduras y bacterias nocivas. Pero, lo más importante, el uso excesivo provoca resistencia a los antibióticos, lo que se traduce en:

Baja producción de antibióticos, ya que se vuelven ineficaces.

Aumento del riesgo de infección durante las intervenciones quirúrgicas y entre los pacientes que sufren derrames cerebrales, las personas que necesitan bombas para la diabetes y las que se someten a diálisis.

Prevención de futuras intervenciones quirúrgicas, ya que los antibióticos se administran antes de muchas operaciones para evitar infecciones.

Reducción de la protección de sistemas inmunitarios comprometidos, como en el caso del cáncer, el sida, los bebés prematuros y los receptores de trasplantes.

Mayores costes de tratamiento debido a la menor eficacia.

¿Cuál es la causa de la resistencia a los antibióticos?

La crisis de resistencia a los antibióticos se ha atribuido al uso excesivo y abusivo de los medicamentos antibióticos, así como a la falta de desarrollo de nuevos fármacos por parte de la industria farmacéutica debido a la reducción de los incentivos económicos y a los exigentes requisitos normativos.

Se calcula que en los últimos 50 años se han liberado a la biosfera muchos millones de toneladas métricas de compuestos antibióticos. Los agentes antimicrobianos se introducen indiscriminadamente en nuestro entorno, lo que hace que incluso las bacterias mortales sean inmunes a estos fármacos. Algunos usos alternativos de los agentes antimicrobianos son:

Promoción del crecimiento o uso profiláctico (destinado a prevenir enfermedades) en animales.

Uso terapéutico o profiláctico en humanos.

Uso terapéutico o profiláctico en acuicultura.

Uso terapéutico o profiláctico en animales domésticos.

Control de plagas o clonación para plantas y agricultura.

Uso como biocidas en artículos de tocador, en productos para el cuidado de las manos y la limpieza del hogar.

Esterilidad de cultivos, clonación y selección en investigación e industria.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el uso terapéutico de agentes antibacterianos en humanos representa menos de la mitad de todas las aplicaciones de antibióticos producidos comercialmente.

¿Cómo evitar el uso excesivo de antibióticos?

Practicar una higiene adecuada y consumir antibióticos sólo cuando sean absolutamente necesarios es crucial para minimizar las posibilidades de resistencia a los antibióticos. Hay que animar a los pacientes a que se autogestionen de forma segura las infecciones leves, reduciendo así la dependencia de los antimicrobianos.

Como sociedad, debemos comprender que los antibióticos son fundamentales para la práctica de la medicina moderna. Debe evitarse el uso excesivo de productos antibacterianos, ya que tienden a acabar incluso con las bacterias beneficiosas. Su médico puede limitar la prescripción de antibióticos si no son realmente necesarios.