Cómo puede la deshidratación provocar insuficiencia renal

Las condiciones climáticas calurosas y la ingesta reducida de líquidos, especialmente agua, pueden provocar deshidratación. Aunque hay muchos grados de deshidratación, la deshidratación aguda o grave puede causar muchas complicaciones, incluida la insuficiencia renal.

Los riñones son los filtros de líquidos del organismo que eliminan las toxinas y sustancias nocivas de la sangre y regulan los niveles de líquidos en el cuerpo. Cuando el organismo está deshidratado, los riñones se ven afectados y dejan de funcionar de forma óptima. Veamos cómo la deshidratación puede provocar el fallo de los riñones.

¿Qué hacen los riñones?

Los riñones filtran subproductos y toxinas de la sangre y preservan el equilibrio de líquidos y electrolitos corporales. Regulan la cantidad de agua del organismo: excretan el exceso de agua y la retienen en caso de deshidratación variando la cantidad de orina producida por el organismo. También eliminan el exceso de líquidos corporales al tiempo que reabsorben sustancias químicas útiles y permiten que los desechos pasen libremente a la vejiga en forma de orina.

¿Qué es la deshidratación?

La deshidratación se produce cuando se ha perdido un exceso de líquidos corporales debido a problemas de salud y está estrechamente relacionada con la disfunción renal aguda. En general, la deshidratación también puede referirse a la pérdida tanto de agua como de sal. El cuerpo puede entrar en deshidratación debido a muchas causas, como diarrea, exceso de orina, fiebre, vómitos y sudoración excesiva.

La deshidratación moderada provoca letargo, mareos, dolor de cabeza y falta de lágrimas. La deshidratación grave, sin embargo, puede causar síntomas más perjudiciales, como piel seca, incapacidad para sudar, fiebre, presión arterial baja, delirio, aumento de la frecuencia cardiaca e insuficiencia renal.

¿Cómo provoca la deshidratación insuficiencia renal?

Cuando su cuerpo entra en modo de deshidratación, queda muy poca agua en el cuerpo. Debido a esto, los riñones no tienen suficiente líquido para hacer su trabajo y expulsar del cuerpo toxinas como el ácido úrico y la creatinina. Estas toxinas se acumulan en el organismo, provocando insuficiencia renal.

En este caso, los riñones pierden su capacidad de filtrar el agua y los residuos de la sangre. Las toxinas así acumuladas causan problemas de salud peligrosos como la insuficiencia renal aguda o la insuficiencia renal.

Exceso de calor e insuficiencia renal

Las personas expuestas al calor durante mucho tiempo pierden líquidos corporales más rápidamente debido a la sudoración. La deshidratación asociada al calor puede provocar hiperuricemia (exceso de ácido úrico en la sangre), tanto por el aumento de la producción como por la reducción de la excreción de urato asociada a la vasoconstricción renal. La hiperuricemia ha sido reconocida como un factor de riesgo de lesión renal aguda y crónica.

Una enfermedad recientemente descubierta, denominada nefropatía mesoamericana, se ha observado con notable frecuencia entre los trabajadores agrícolas varones de la costa del Pacífico, especialmente en los países centroamericanos. Esta enfermedad provoca una pérdida excesiva de líquidos corporales que puede dar lugar a complicaciones relacionadas con el riñón.

Deshidratación crónica e insuficiencia renal

La deshidratación crónica y prolongada afecta a la función renal y aumenta el riesgo de cálculos renales. Este estado crónico de deshidratación puede deberse a varias muchas afecciones, como pérdidas gastrointestinales, neumonía, obstrucción intestinal y deterioro de la capacidad funcional. En todos estos casos, si el organismo no se repone de líquidos rápidamente, puede dar lugar a muchos otros trastornos renales.

Un rayo de esperanza

La insuficiencia renal y la lesión renal aguda se han considerado en gran medida reversibles y no se asocian a efectos a largo plazo en el riñón. La deshidratación leve puede ser un factor de riesgo en la progresión de todos los tipos de enfermedades renales crónicas. Además, algunas pruebas demuestran que aumentar la hidratación, sobre todo con agua, puede prevenir la enfermedad renal crónica.

Así que no se preocupe si experimenta alguno de estos síntomas. Simplemente beba mucha agua y aumente también su ingesta habitual de agua. Beber constantemente debería convertirse en una segunda naturaleza para usted, igual que comer o respirar.